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El Barça se estrella con el Celtic y firma su primera derrota tres meses después
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LOS AZULGRANA, PESE A ELLO, SIGUEN LÍDERES DE SU GRUPO

El Barça se estrella con el Celtic y firma su primera derrota tres meses después

El Barcelona ya sabe que no hay bien ni mal que cien años dure. Lo aprendió en Glasgow donde un heroico Celtic sacó partido de dos

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El Barça se estrella con el Celtic y firma su primera derrota tres meses después

El Barcelona ya sabe que no hay bien ni mal que cien años dure. Lo aprendió en Glasgow donde un heroico Celtic sacó partido de dos acciones aisladas para endosar a los azulgrana la primera derrota de la temporada. La segunda, si consideramos la Supercopa el primer torneo del año. Un privilegio en cualquier caso para los escoceses, que tres meses después de que lo hiciera el Real Madrid, han sido capaces de poner patas arriba a este equipo que parecía imbatible. Doce partidos consecutivos donde el equipo de Tito Vilanova ha cimentado su dominio en Liga -ocho puntos sobre el Madrid- y la Champions, donde pese a perder sigue siendo líder de su grupo.

Las explicaciones al naufragio en Celtic Park las encontrarán si revisan algún partido de la pasada campaña ante el Chelsea o el Milan. Ese fue el espejo en el que se miró el orgulloso equipo católico para desnudar al Barça. La receta es fácil: se acumula una montonera de jugadores, se saca provecho de jugadas aisladas y se adereza todo con un portero inspirado. El resultado, un triunfo con el que relamerse durante mucho tiempo. Si, además, como es el caso, cuentas con una atmósfera mágica como la de Paradise -sobrenombre de Celtic Park- hay noches que saben a ambrosía.

Por lo demás, poco que objetar al Barcelona, que creó una ingente montaña de ocasiones desbaratas por el gigante Forster -porterazo tanto hoy como en Barcelona- y que topó con los palos hasta en dos ocasiones, cuando habían conseguido burlar la manopla infatigable de meta escocés. Si acaso, se le puede reprochar la falta de frescura en algunos tramos de la segunda parte. Poco más. Hasta en la recta final pareció que el partido no se les podía escapar, como así fue. Por suerte para ellos, la derrota no dejará traumas. Siguen líderes de su grupo y a un punto de los octavos de final. Con dos jornadas por delante no parece complicado, desde luego.    

Del gol del Celtic a los palos de Messi y Alexis 

De no haber sido por la espectacularidad de la grada y su emocionante 'You'll never walk alone' cualquiera habría dicho que el partido era la prórroga del celebrado hace dos semanas en el Camp Nou. Distinto escenario, mismo argumento: el Barcelona, dueño y señor de la pelota (hasta un 87% de posesión llegó a tener) y el Celtic, replegado, bien juntito y al acecho de cualquier pelota suelta. Así, las jugadas de los de Vilanova parecían durar siglos, mientras que los escoceses veían a Valdés como una pequeña mota en el horizonte. Pero, como ya sucediera en Barcelona, nada en este duelo atendió a la lógica.

El Celtic, al primer córner que tuvo, se puso por delante. Con la defensa del Barça de brazos caídos, Wanyama cabeceó a la red de Valdés sin oponente. Bueno, sí, estaba Alba, pero el keniano le saca un par de cabezas: 188 centímetros frente a 169 cm, nada que hacer. Aunque tampoco lo intentó, porque el lateral ni siquiera saltó. El gol encendió la grada y dejó con cara de bobo al Barça, que como en el Camp Nou volvía a remar contra corriente...

Y contra Forster, porque el portero del Celtic tuvo manos para frenar todas las ocasiones en las que el Barcelona ya cantaba gol. Y donde no llegó su manopla lo hicieron los palos, como sucedió en un remate de Messi al larguero y otro cabezazo de Alexis al poste. De nuevo la suerte y el mérito del meta como grandes aliados contra un Barça que apretaba los dientes en busca del empate antes del descanso. Un remedio para no entrar con el gancho en el segundo acto. Pero no lo consiguió. Estuvo bien Iniesta, rápido Alba, pero Alexis y Messi no dieron con la tecla. Todo mientras Samaras, como un naufrago, esperaba en su islote cerca del Bartra y Mascherano otro balón salvavidas con el que dar la puntilla a los azulgrana.

Mucha ansiedad, pocas soluciones 

A vuelta de vestuarios, el partido siguió por los mismos derroteros. Pero esta vez con 45 minutos menos que descontar al reloj. La decoración era la misma, aunque algo en el ambiente indicaba que la remontada esta vez se iba a vender cara. Si es que llegaba. El Barça vio volar los minutos con la ansiedad de topar una y otra vez con Forster. Messi seguro que sueña con él. El argentino cayó en la desesperación presa de la impotencia que le generaba ver cómo sus disparos acababan siempre repelidos por la dura manopla del ex del Newcastle, héroe indiscutible de la noche. Tampoco estuvo mejor Alexis en una doble ocasión que no atinó a embocar el chileno, que cada partido que pasa parece un fiasco mayor.

Viendo que las soluciones no llegaban, Tito Vilanova recurrió a Villa y a Cesc en lugar de Alexis y Song. Este tuvo suerte de no irse antes expulsado, en una nueva demostración que de que el Barcelona no ha entrado en él. Los movimientos del técnico, en cualquier caso, no alteraron el guión y las escaramuzas de Messi y compañía seguían muriendo en la orilla. No daban con la solución. Todo lo contrario que el Celtic, a quien le bastó un saque larguísimo de Forster para asistir a Watt en el segundo gol. Un mazazo dejaba boqueado al Barça. La acción contó con un clamoroso error de Xavi, que no despejó el balón, y la indecisión entre Mascherano y Alba, que no decidieron quién debía acudir a la marca. Un fiasco que pagó caro.

Con el segundo gol clavado en el costado, el Barcelona se fue a la desesperada en un busca de un milagro que por momentos pareció estar cerca tras un gol postrero de Messi. El argentino no tuvo ni tiempo para acordarse de Thiago como es debido. La épica exigía concentración. La prolongación pareció eterna y el equipo azulgrana acarició la idea del empate. Sin embargo, la cuota de suerte ya la había consumido Alba en el Camp Nou con su salvador gol. Los milagros no suelen repetirse. 


Ficha técnica

Celtic:
Forster; Lustig (Watt, min.72), Ambrose, Wilson, Matthews, Commons, Wanyama, Ledley, Mulgrew, Samaras (Kayal, min.79) y Miku.

Barcelona: Valdes; Alves, Bartra (Piqué, min.71), Mascherano, Jordi Alba, Song (Cesc, min.71), Xavi, Iniesta, Pedro, Messi y Alexis (min.65).

Goles: 1-0, m.21: Wanyama. 2-0, m.83: Watt, 2-1: m.91: Messi.

Árbitro: Björn Kuipers (HOL). Motró tarjeta amarilla a Song (min.13), Miku (min.41), Jordi Alba (min.65)

Incidencias: Partido de la cuarta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones disputado en el Celtic Park de Glasgow ante unos 58.000 espectadores.

El Barcelona ya sabe que no hay bien ni mal que cien años dure. Lo aprendió en Glasgow donde un heroico Celtic sacó partido de dos acciones aisladas para endosar a los azulgrana la primera derrota de la temporada. La segunda, si consideramos la Supercopa el primer torneo del año. Un privilegio en cualquier caso para los escoceses, que tres meses después de que lo hiciera el Real Madrid, han sido capaces de poner patas arriba a este equipo que parecía imbatible. Doce partidos consecutivos donde el equipo de Tito Vilanova ha cimentado su dominio en Liga -ocho puntos sobre el Madrid- y la Champions, donde pese a perder sigue siendo líder de su grupo.