La disputa de la Supercopa en China abre otro frente entre los dos bloques de la Liga

Cuestión de Estado. Ese es el mensaje que Ángel María Villar mandará a todos los presidentes de Primera división, con Florentino Pérez y Sandro Rosell a la cabeza, en la reunión que mantendrán este lunes en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Todo vale con tal de que el fútbol profesional dé el 'ok' al acuerdo firmado el pasado mes de junio y por el cual la Supercopa de España pasaría a disputarse en Pekín en cinco de los siete próximo años. Además de los 40 millones de euros que hay en juego, tal y como figura en el contrato firmado entre la Federación y la empresa United Vansen International Sport, han aparecido motivos estratégicos que en el gobierno español han considerados como imprescindibles para el desarrollo de importantes planes empresariales y que el punto de partida pasa por la disputa de la Supercopa en la capital asiática.

Este mismo lunes, se ha producido una nueva reunión para valorar la opinión de los clubes a ala hora de disputar la Supercopa en China. Mientras que los dos 'grandes', Real Madrid y Barcelona, -junto a otros equipos- se volvieron a negar rotundamente, otro bloque ha aceptado de buena gana la propuesta, entre los que se encuentran Sevilla, Atlético de Madrid, Valencia y Levante. Curiosamente, se ha producido la misma separación que en las negociaciones por los derechos de la Liga, lo que provoca que se haya convertido en otro frente entre los dos bloques de la Liga. Ha sido una reunión consultiva -a la que no acudieron Athletic, Espanyol, Granadad ni Getafe-, y no será hasta una próxima junta directiva en la que se tome la decisión definitiva.

Real Madrid y Barcelona se opusieron desde el primer momento a cumplir el acuerdo rubricado por Jorge Pérez, secretario general de la Federación, y que contaba con el 'ok' de Villar, que siempre había sido contrario a la disputa de la Supercopa lejos del calor de las aficiones, por cierto. Afirmaban que el viaje hasta China rompía la preparación deportiva del verano y condicionaba sobremanera el siempre importante -en lo económico- calendario de pretemporada. El desplazamiento hasta Asia impediría otro viaje transoceánico, por lo que la tesorería quedaría demasiado tocada. Además, y por lo que hace referencia al calendario del próximo verano, la presencia, por último año eso sí, del partido amistoso de selecciones en la mitad del mes de agosto, condena el inicio de la experiencia china en agosto de 2013. 

Al margen del componente político, Villar argumenta, para recibir el sí de los equipos, que ahora tendrán garantizado un porcentaje mayor de lo que reciben por taquillas y derechos de televisión, algo que los dos 'grandes' del fútbol español no están de acuerdo. En la última edición, la que en el pasado mes de agosto enfrentó a Real Madrid y Barcelona, ambos equipos recaudaron entre tres y cuatro millones por venta de entradas en taquillas, cantidad que no superaría lo ofrecido por participar en cada una de las finales a disputar.

El factor político, con claves económicas y empresariales, hablan del fútbol como instrumento decisivo en el plan que se tiene previsto poner en marcha con el gobierno en China y que va de la mano del fútbol español, uno de las pocos aspectos en lo que la 'marca España' puede sacar pecho. La selección de Del Bosque es la actual campeona del Mundo y de Europa, mientras que Barcelona y Real Madrid son considerados como dos de los mejores equipos del planeta. motivos más que suficientes para vender e intentar mejorar la imagen que se tiene de España en el exterior.

Tanto en la Liga de Fútbol Profesional como en los dos equipos antes mencionados, no gustó que el acuerdo, pendiente de ratificar, se cerrara sin contar con ellos. Fue una gestión de la Federación sin hablar antes con los equipos. El argumento no es otro que el de ser una competición organizada por la Federación.