Es noticia
Guardiola abre el debate: ¿a la selección se va por orgullo o por interés?
  1. Deportes
  2. Fútbol
TRAS PEDIR LA INDEPENDENCIA PARA CATALUNYA

Guardiola abre el debate: ¿a la selección se va por orgullo o por interés?

"Aquí tenéis un voto más para la independencia". Con estas palabras dio Pep Guardiola su respaldo público a los convocantes de la marcha independentista que tuvo

Foto: Guardiola abre el debate: ¿a la selección se va por orgullo o por interés?
Guardiola abre el debate: ¿a la selección se va por orgullo o por interés?

"Aquí tenéis un voto más para la independencia". Con estas palabras dio Pep Guardiola su respaldo público a los convocantes de la marcha independentista que tuvo lugar el pasado martes en Barcelona con motivo del día de Catalunya, la conocida Diada. Un gesto que ha levantado ampollas en el mundo del fútbol y el deporte español en general. Guardiola siempre ha mostrado orgulloso su catalanismo, pero sin proclamarse independentista como ahora. Así, el revuelo esta vez viene por lo explícito que ha sido quien defendió la camiseta de España hasta en 47 ocasiones y fue parte importante de la Selección que logró el oro olímpico en Barcelona 92. Un contrasentido para muchos.

Alfonso Pérez Muñoz, ex azulgrana y compañero del catalán en la Selección, se apresuró ayer a recriminar la postura política de Guardiola en su cuenta de Twitter: “Con lo que él ha significado como jugador y entrenador del futbol español… ¿Se alegrará de los éxitos de la Selección? Ya tengo mis dudas. Decepción total”. Un mensaje en 140 caracteres que, además de resaltar lo incongruente de la postura, abre un debate más amplio que va más allá de este hecho puntual: ¿los deportistas juegan con sus selecciones por orgullo o por interés?

La pregunta está sobre la mesa y la respuesta parece adivinarse tras las palabras de Guardiola: el interés. El escaparate mediático y la relevancia deportiva que reporta vestir la Roja nada tiene que ver con defender los colores de Catalunya, selección que no puede participar en competición oficial alguna ya que no es reconocida por FIFA ni el Comité Olímpico Internacional. Los deportistas lo saben y, resignados en algunos casos, no dudan en acudir a la llamada de la Selección sea cual sea su ideología. Todo, por no hablar del asunto económico y de mercadotecnia. España significa un público objetivo de casi 46 millones, mientras que el catalán se reduce a sólo 7 millones. Uno es un gran impacto, el otro: residual. Traducido, el mercado español garantiza mayores ingresos publicitarios. Algo que pesa, obviamente, en la decisión de deportistas que tienen que rentabilizar sus cortas carreras.    

El de Sampedor, en cualquier caso, no es el primer futbolista catalán que defiende la independencia de Catalunya públicamente y sin embargo acude a una llamada de la Selección española. En su momento, el también jugador del Barcelona Oleguer Presas, confeso antisistema, se posicionó a favor de un estado catalán y, sin embargo, no tuvo problema de conciencia alguno cuando el entonces seleccionador español Luis Aragonés le llamó par a convivencia con España. Tanto, que estuvo muy cerca de ir al Mundial de Alemania en 2006…

Pero el fútbol no es el único ámbito en el que se da esta disyuntiva. En los Juegos Olímpicos de Londres uno de los buques insignia de la selección española de hockey hierba, Alex Fábregas, abrió la espita con una declaraciones en las que decía no sentirse español pese a defender la bandera rojigualda. “Juego con España porque es con quien me toca jugar, no tengo otra opción. Mi sentimiento es catalán, no siento lo mismo escuchando el himno español que 'Els segadors'. Disfruto por mí, por los compañeros, por la gente que va a verme. En todo momento sé que juego para España, pero…”. La sinceridad de Fábregas le valió duras críticas por parte de los aficionados.  

Los mismos ‘problemas’ en Gran Bretaña

Este dilema no sólo se plantea en España. En el Reino Unido hay casos similares. El más reciente el protagonizado por el también futbolista Ryan Giggs. Galés de nacimiento, aceptó por interés deportivo y personal vestir los colores de Gran Bretaña en la pasada cita olímpica de Londres. Y así lo manifestó, para sonrojo de los ingleses: “Es un orgullo estar en los Juegos, pero no representar a Gran Bretaña”. El jugador del Manchester United no tuvo problemas en escenificare el rechazo a la camiseta que vestía por imperativo cuando decidió no cantar el himno británico en los arranques de cada partido aún luciendo el brazalete de capitán.

En una encrucijada similar se encuentra el golfista Rory McIlroy. Una vez que el golf será olímpico en los próximos Juegos de Río de Janeiro en 2016, el número uno del mundo tendrá que decidir si en esta cita participa bajo la bandera de Irlanda del Norte, su país natal, o bajo la de Gran Bretaña. Pese a que Irlanda del Norte es parte del Reino Unido, sus deportistas, bajo los términos de un acuerdo entre la Asociación Olímpica Británica y el Consejo Olímpico de Irlanda, pueden elegir con quién acudir a los Juegos. De momento, McIlroy prefiere esperar a decantarse por uno u otro para evitar polémicas: “Quiero que sólo se habla de lo que hago sobre la hierba. Sobre Río decidiré en su momento. Aún quedan cuatro años”. Seguro que los intereses comerciales pesan en su decisión, de ahí tanta duda.

Pep Guardiola