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El Barcelona vuelve a brillar pero no es suficiente para tumbar al Madrid
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EL BARCELONA SE IMPONE EN LA IDA DE LA SUPERCOPA PERO NO SENTENCIA A LOS DE MOURINHO

El Barcelona vuelve a brillar pero no es suficiente para tumbar al Madrid

El Real Madrid tendrá mucho que agradecer a Valdés y su clamoroso error si finalmente la Supercopa de España se gana un lugar en su lustrosa

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El Barcelona vuelve a brillar pero no es suficiente para tumbar al Madrid

El Real Madrid tendrá mucho que agradecer a Valdés y su clamoroso error si finalmente la Supercopa de España se gana un lugar en su lustrosa sala de trofeos. Cuando el partido moría (85’) y todo parecía abocado a una rotunda victoria  -la séptima desde que Mourinho se sienta en el banquillo blanco- para el Barcelona, un fallo del guardameta en un despeje más que sencillo permitió dejar todo en una derrota amable. Un 3-2 para que el Madrid, abrigado por su parroquia, busque la remontada en el Santiago Bernabéu. Será en seis días.  

Los agradecimientos blancos, justo es decirlo, tendrán que ir repartidos porque el 3-2 con el que cerró el equipo de Mourinho la ida del primer título de la temporada llegó tras una mano salvadora de Casillas para evitar el 4-1 de Messi. Otra más y van… Sin desmerecer a Víctor, ahí está la diferencia entre un portero y otro por si alguno aún tenía dudas. La manopla dura de Iker rechazó el balón que segundos después puso Di María en la red azulgrana. Una jugada perfecta para el Madrid, desgraciada para el Barcelona que se relamía ante una nueva goleada al eterno rival que no pudo ser. La vuelta será una buena piedra de toque para medir al equipo.     

Había ganas, en cualquier caso, de comprobar si el título de Liga había sacudido los complejos del Real Madrid. Si de verdad pasar por Barcelona era un gusto y no un suplicio. El último Clásico en el Camp Nou había dejado un regusto dulce en el madridismo que vio por primera vez a su equipo sometiendo en juego y resultado al innombrable equipo de Guardiola. Una victoria moral que anunciaba un nuevo horizonte. Sin embargo, la Supercopa dejó la sensación de que nada ha cambiado, que el Barça sigue marcando los tiempos. Hubo tantas similitudes con encuentros anteriores que pareció por momentos que estuviéramos en un déjà vu.  Dominó el Barcelona, se adelantó el Madrid; marcó Ronaldo, remontaron los azulgranas que más le han marcado al Madrid: Pedro, Messi y Xavi. Se lucieron Iniesta e Iker, fallaron Ramos y Valdés… Un guión más que conocido. La vida sigue igual, al menos por lo visto sobre el césped. El futuro dirá.

Una posesión casi insultante

La primera parte recuperó esas viejas sensaciones. El Barcelona recordó a su mejor versión, el Real Madrid al equipo temeroso y timorato del que parecía ya se había distanciado. Ni rastro de la presión alta con la que se plantó el pasado mes de abril en el Camp Nou para sentenciar la Liga. Parecía que los complejos habían pasado a mejor vida… Mourinho, por lo visto, sólo altera su clásico guión cuando juega a la desesperada. Ayer no era el caso, el Bernabéu espera. El equipo de Vilanova, fiel a la herencia de Guardiola –imposible apreciar diferencias a estas alturas- creció en el partido alrededor de la pelota. Otro clásico. Xavi, Iniesta y Busquets gobernaron los primeros 45 con autoridad ante la asfixia de Alonso y Khedira, locos detrás de sus colegas. Quizá echaron de menos una manita del no menos asfixiado Özil. Pero no podía.  

Con la posesión al borde de la vergüenza (76%-14%), el Barcelona gozó de las mejores ocasiones. La mejor sin duda la que Messi mandó fuera por poco tras una frenética incursión de Alves por la banda derecha. El lateral brasileño dio muestras de que su ‘despiste’ de la pasada campaña está olvidado. Buena noticia para Vilanova. El Madrid, mientras, achicaba balones para no hundirse definitivamente.

La coartada del físico –algunos como Cristiano se confesaron aún en pretemporada- sirvió al equipo de Mourinho para vivir sin complejos rodeando el área de Casillas. No le fue del todo mal. Las ocasiones del Barça existieron, pero ninguna llegó a ser clamorosa. Un buen disparo desde la frontal de Pedro que exigió la mano dura de Iker fue lo más notable. Eso y una entrada de Albiol a Xavi cuando el centrocampista se colaba en el área listo para fusilar a Casillas. Clos Gómez dejó todo en una simple falta. Sorprendente. Tampoco entendió el colegiado que Ramos derribara a Alexis –peleón pero poco lucido- en una acción que la grada reclamó como penalti. No lo pareció.

El Real Madrid, con un Cristiano Ronaldo desconocido, cerró el primer tiempo con la tranquilidad de no haber encajado un gol. Incluso rascó un par de córner a la contra que Valdés desbarató sin demasiados problemas para mantener todo a cero. Buena renta viendo cómo se desarrollaron los acontecimientos. Esta vez la jugada le salió bien a la espera de nuevas noticias en el segundo acto.

El gol de Cristiano dinamitó el partido

El paso por vestuario parecía traer más de lo mismo para la segunda parte. Nada más lejos. A los cinco minutos, para enmudecer a un Camp Nou atónito, Cristiano dinamitó el partido. Un espléndido cabezazo del luso a la salida de un córner abrió la lata, en el que fue su cuarto tanto consecutivo frente al Barça. El Madrid tenía el partido donde quería. No hace falta tener la pelota para hacer daño al rival. Ese es el eslogan de Mourinho y volvió a darle la razón. Sobre todo cuando enfrente está la zaga azulgrana que, como con Guardiola, volvió a dejar claro que su talón de Aquiles sigue estando en las jugadas a balón parado. Todo un reto para Vilanova.

El tanto, sin embargo, apenas pesó en el ánimo azulgrana, tampoco en el partido porque a renglón seguido Mascherano habilitó a Pedro con un pase de 40 metros para que el canario pusiera el marcador en orden. Uno a uno y vuelta a empezar. No sin polémica porque el rápido extremo azulgrana arrancó en posición dudosa su carrera con Coentrao. Clos Gómez, muy lejos, dejó todo en manos de su juez de línea. Y éste no dudó y dio por bueno el gol. Tampoco dudaría después para corregir al colegiado e indicarle un claro penalti de Ramos sobre Iniesta.

El manchego, precisamente, emergió en el desorden que sobrevino al empate de Pedro. En medio de la efervescencia,  Andrés calmó las aguas y dibujo un partido majestuoso que trajo el tanto de Messi tras un penalti cometido sobre él y llevó a Xavi hasta las mismas puertas de Casillas para que hiciera el 3-1. Todo fue como quiso Iniesta, genio a la sombra de Messi, que ayer no estuvo especialmente brillante. Andrés merece todos los honores.

El Real Madrid tendrá mucho que agradecer a Valdés y su clamoroso error si finalmente la Supercopa de España se gana un lugar en su lustrosa sala de trofeos. Cuando el partido moría (85’) y todo parecía abocado a una rotunda victoria  -la séptima desde que Mourinho se sienta en el banquillo blanco- para el Barcelona, un fallo del guardameta en un despeje más que sencillo permitió dejar todo en una derrota amable. Un 3-2 para que el Madrid, abrigado por su parroquia, busque la remontada en el Santiago Bernabéu. Será en seis días.