San Siro ya echa de menos a un sempiterno Clarence Seedorf

También a los ‘grandes’ se les va apagando la luz en esto del fútbol. Por muy sobresaliente que hayas sido, por muchos títulos que hayas conquistado, el paso del tiempo acaba dando con tus huesos en competiciones menores y, poco tiempo después, en la retirada. Es el caso de Clarence Seedorf, que ha anunciado que deja el Milan tras diez temporadas en el club ‘rossonero’. El centrocampista holandés es probablemente uno de los futbolistas con mayor talento de las últimas décadas, y su palmarés así lo atestigua: 4 Ligas de Campeones, otras tantas Ligas nacionales, 2 Copas, 4 Supercopas, una Intercontinental y un Mundial de Clubes a su paso por Ajax, Real Madrid y Milan (también militó en la Sampdoria y el Inter, pero en ninguno de ellos levantó ningún trofeo).

Pero parece que ha llegado el momento de dar un paso a un lado, al menos eso es lo que ha creído el futbolista, que advierte que “me encuentro bien y creo que puedo jugar a buen nivel un par de años. No hubiéramos tenido problemas para llegar a un acuerdo en la renovación, pero era el momento de salir”, manifestaba el holandés en el anuncio de su despedida junto a Adriano Galiiani, administrador delegado del AC Milan. Por esa razón, porque se encuentra bien (es todo un portento físico), Seedorf cuenta con “muchas ofertas” y se encuentra analizando todas ellas, aunque todo apunta que puede terminar su carrera en Brasil, más concretamente en el Botafogo.

Se marcha un virtuoso del balón, un poeta de esto del fútbol, la elegancia personificada. Todos empezamos a descubrir sus cualidades en aquel joven Ajax de Van Gaal que deslumbró a Europa a mediados de la década de los 90. Junto a los hermanos De Boer, Overmars, Litmanen, Finidi, Kanu o Kluivert, el de Paramaribo conquistó su primera ‘Champions’ y volvió a poner al conjunto de Amsterdam en el Olimpo del balompié continental. Lógicamente, aquel gran equipo fue desprendiéndose de sus grandes figuras rumbo a las grandes ligas y clubes más ricos del Viejo Continente. En el caso de Clarence, su primer destino fue la Sampdoria, club en el que tan sólo permaneció una temporada ante la tentadora llamada del Real Madrid y Fabio Capello.

Conquistó la ‘Séptima’ con el Madrid

En la entidad de Concha Espina vivió una de sus épocas doradas. Levantó al Santiago Bernabéu desde el primer día, los aficionados alabaron pronto su fichaje y los títulos empezaron a caer; una Liga en su primera temporada y la ansiada ‘Séptima’ en la segunda. A sus 22 años, aquel jugador de pelo largo y ‘rastas’ alzaba su segunda Copa de Europa y ofrecía una de las mayores alegrías a la hinchada madridista, siendo un pilar fundamental en el esquema del técnico italiano.

Sin embargo, dos temporadas de grandes luces dieron paso a una tercera llena de sombras. El Madrid acabó quinto en la Liga, eliminado en cuartos de la ‘Champions’ por el Dinamo de Kiev, en semifinales de Copa por el Valencia y con el cese de Guss Hiddink y la llegada de John Benjamin Toshack. La juventud de aquel Clarence Seedorf, el polvorín en el que se convirtió aquel vestuario lleno de estrellas y la apatía que mostró el propio jugador al ‘negarse’ a jugar en banda, le condujeron nuevamente al Calcio.

El Inter fue la siguiente parada de este trotamundos del fútbol, y la etapa menos fructífera en cuanto a títulos se refiere. En tres temporadas con los ‘neroazzurri’, lo máximo que logró fue un subcampeonato de la Serie A, pobre bagaje para un futbolista muy acostumbrado al éxito. Eso sí, su rendimiento personal no pasó desapercibido para el público italiano y para otros clubes, como el vecino, que tiró las redes sobre él y logró su fichaje en la temporada 2002-2003.

Desde entonces hasta hoy, “diez años fantásticos” aderezados con una decena de títulos, entre ellos otras dos Ligas de Campeones, convirtiéndose así en el primer futbolista capaz de ganar el máximo título continental con tres equipos diferentes. No es de extrañar entonces que el holandés pretenda seguir ligado a la entidad presidida por Silvio Berlusconi al terminar su carrera. “La idea es seguir manteniendo una relación profesional en el futuro”, comentaron el propio futbolista y Galiiani.

De momento seguirá jugando. Un talento puro al que dejaremos de seguir tan a menudo y un privilegio para el campeonato que lo reciba. Los brasileños, potenciales anfitriones del bueno de Clarence, están de enhorabuena, aunque sea en su recta final, van a poder disfrutar de uno de los grandes futbolistas de los últimos tiempos.