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Fernández Borbalán iba para número uno pero partidos como el de ayer le condenaron
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PERDONÓ LA EXPULSIÓN A PEPE Y RAMOS Y SE EQUIVOCÓ CON LA ROJA A MICHU

Fernández Borbalán iba para número uno pero partidos como el de ayer le condenaron

Puso de acuerdo a todos. Unos y otros reconocieron que el árbitro FIFA no tuvo su día. Fernández Borbalán estaba llamado a ser de los mejores árbitros

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Fernández Borbalán iba para número uno pero partidos como el de ayer le condenaron

Puso de acuerdo a todos. Unos y otros reconocieron que el árbitro FIFA no tuvo su día. Fernández Borbalán estaba llamado a ser de los mejores árbitros españoles. Sánchez Arminio le tenía entre sus favoritos. Su trayectoria apuntaba alto. El pasado 17 de agosto fue el encargado de dirigir la vuelta de la Supercopa disputada entre el Barcelona y el Real Madrid. Hasta el último minuto del partido controló lo que sucedió en el terreno de juego, pero la dantesca escena protagonizada por Mourinho en el momento que metió el dedo en el ojo de Villanova ha marcado al buen árbitro andaluz. La escena no la vio y por primera vez, el actual Comité de Competición actuó de oficio sobre algo no reflejado en el acta del colegiado. Desde ese momento, Fernández Borbalán no es el mismo, tal y como demostró ayer en Vallecas y en el que los errores disciplinarios fueron constantes. Lo mismo sucedió en el Calderón donde Pérez Lasa no acertó al no expulsar a Cesc Fábregas y con el penalti de Busquets.

El colegiado encaró mal el partido. Desde los primeros minutos condicionó a unos y otros, aunque los errores perjudicaron más al Rayo Vallecano. La tarjeta a Sergio Ramos en el minuto tres marcó el desarrollo del choque. Desde ese momento, Fernández Borbalán se mostró nervioso e inseguro y perdonó la expulsión a Pepe y a Ramos a los pocos minutos de mostrarle la primera amarilla. Decir que un árbitro internacional se asustó, que le vino grande el partido puede ser mucho, pero los hechos demuestran que no supo controlar nunca lo que sucedía sobre el terreno de juego. Antes los rayistas reclamaron otro penalti sobre Pulido, pero Sergio Ramos se adelanta a la acción del defensa local.

Afición y jugadores rayistas no entendieron las decisiones del colegiado cuando comprobaron que el Rayo terminó con diez al ser Michu expulsado por una jugada en la que tocó balón y no a Kedhira. Antes vieron como perdonaba a Pepe por un pisotón a Piti (repitió jugada en el último minuto del partido) o la segunda a Ramos por un codazo a Diego Costa que, además, hubiera significado penalti. Era el minuto diecinueve y Borbalán debía haber dejado al Real Madrid con uno o dos jugadores menos. Antes de la media hora es Kaká el que tuvo que ser amonestado, pero el andaluz seguía demostrando que no tenía su día. No supo controlar el partido en ningún momento.

Mourinho reconoció el error arbitral

Tras el descanso perdonó una amarilla a Tito por un derribo a Özil cuando el alemán montaba una contra, en otro claro error disciplinario. La intensidad del partido superaba al colegiado, que culminó su mal partido con la expulsión de Michu, en una jugada que probablemente no sea ni falta. "El Comité tiene que entrar de oficio porque toca limpiamente la pelota. Cuando uno se equivoca a nosotros nos castigan. Es tan claro como lo de la primera parte", en referencia al codazo de Sergio Ramos a Diego Costa. Hasta Mourinho reconoció el error del colegiado. "Es una jugada más, no expulsión". Para rematar la faena, Borbalán pito el final del partido con un saque de esquina a favor del Rayo. Vallecas estalló en ese momento.

Al que Fernández Borbalán y el resto de árbitros le han tomado la matrícula es al preparador físico del Real Madrid. Rui Faría fue expulsado por tercera vez en tres meses, ya que antes también se marchó antes de tiempo ante el Sporting y el Málaga. Exagerado porque el portugués no hace más que el resto de técnicos que se sienta en todos los banquillos, pero los árbitros le tienen tomada la medida.

Puso de acuerdo a todos. Unos y otros reconocieron que el árbitro FIFA no tuvo su día. Fernández Borbalán estaba llamado a ser de los mejores árbitros españoles. Sánchez Arminio le tenía entre sus favoritos. Su trayectoria apuntaba alto. El pasado 17 de agosto fue el encargado de dirigir la vuelta de la Supercopa disputada entre el Barcelona y el Real Madrid. Hasta el último minuto del partido controló lo que sucedió en el terreno de juego, pero la dantesca escena protagonizada por Mourinho en el momento que metió el dedo en el ojo de Villanova ha marcado al buen árbitro andaluz. La escena no la vio y por primera vez, el actual Comité de Competición actuó de oficio sobre algo no reflejado en el acta del colegiado. Desde ese momento, Fernández Borbalán no es el mismo, tal y como demostró ayer en Vallecas y en el que los errores disciplinarios fueron constantes. Lo mismo sucedió en el Calderón donde Pérez Lasa no acertó al no expulsar a Cesc Fábregas y con el penalti de Busquets.