Valdés recurre al doctor Mikel Sánchez y a su técnica revolucionaria que ya curó a Nadal y al Rey

La consulta del doctor Mikel Sánchez no da abasto. Podría parecer una moda, pero lo cierto es que su método revolucionario para acelerar la recuperación de las lesiones se ha convertido en la primera opción a la que recurren los deportistas de elite para superar sus dolencias. Y todo gracias a los espectaculares resultados. El reconocido traumatólogo especializado en cirugía ortopédica realiza cerca de 800 intervenciones cada año, pero utiliza la misma técnica para tratar a personas anónimas que a famosos deportistas: el tratamiento con factores de crecimiento. Su labor más sonada fue la recuperación de Rafa Nadal, pero no es el único milagro que el doctor Sánchez ha obrado. El último en recurrir a él ha sido el azulgrana Víctor Valdés, que sufre una distensión de la cápsula posterior de la rodilla izquierda. Días antes ya se supo que el jugador del Real Zaragoza, Ángel Lafita, también seguirá su tratamiento para superar la tendinitis de la rodilla.

 

El cancerbero del FC Barcelona realizó trabajo de fisioterapia en el Hospital Quirón bajo la supervisión del doctor de confianza del club, Ramón Cugat, pero ha preferido abreviar su baja acudiendo a Mikel Sánchez y a lo que ya se considera una técnica infalible en cuanto a resultados y tiempo de recuperación se refiere. Valdés quiere perder el menor tiempo posible y volver a los terrenos de juego cuanto antes, por eso, ha optado por el método que ya utilizó su compañero Xavi Hernández para superar sus problemas en los talones de Aquiles.

Muchos atletas, escaladores y sobre todo ciudadanos anónimos han pasado por las manos del doctor vitoriano, pero son los deportistas profesionales los que no dudan en someterse a su tratamiento. Por su consulta han pasado ciclistas como Joseba Beloki o Roberto Laiseka, baloncestistas como José Manuel Calderón, Tiago Splitter o Raúl López y jugadores de fútbol como Donato, Aitor Ocio, Aranzubía, Yeste, Xavi y ahora Víctor Valdés. Pero en su currículum destaca la recuperación de Rafa Nadal y el mismísimo Rey Juan Carlos, que acudió a él cuando sufrió una lesión de hombro. Lo de las rodillas de Nadal era todo un reto. El tenista no lograba una completa recuperación y las lesiones en los ligamentos y tendones no solo le provocaron un importante bajón en su rendimiento, sino también un intenso dolor. Tras el tratamiento al que se sometió en 2010 bajo el control del doctor de la RFET, Ángel Ruiz-Cotorro, el manacorí recuperó el estado físico que le llevó a lo más alto y volvió a cosechar triunfos.

La delgada línea del dopaje

El tratamiento con factores de crecimiento es un método reconocido internacionalmente por la comunidad científica, sin embargo no se libró de ciertos recelos que la tachaban de ser una técnica cercana al dopaje. Pero como el propio Mikel Sánchez reconoce, nada tiene que ver con el aumento del rendimiento porque dicho sistema se basa en la regeneración natural de tejidos. La técnica consiste en la utilización de sangre del mismo paciente para procesarla y obtener plasma enriquecido, es decir, rico en factores de crecimiento. Esta sangre se introduce posteriormente en la parte que se quiere tratar y de esta manera se consigue reducir la inflamación y acelerar la recuperación de la zona lesionada. Lo que hace este método es concentrar lo que el organismo realiza de forma natural. Los llamados factores de crecimiento son proteínas que estimulan las células para regenerar un tejido, pero con este sistema se colocan mayor cantidad de ellas trabajando en un punto concreto para así lograr mayor velocidad de curación y mejora en la cicatrización.

Si había cualquier tipo de duda en cuanto a la legalidad de este tratamiento, la Agencia Mundial Antidopaje (WADA-AMA) se ha encargado de disiparlas con la publicación de la Nueva Lista de Sustancias Prohibidas, en la que ya no aparecen los factores de crecimiento plasmático. No suelen darse cambios relevantes en los textos de este organismo de un año para otro, pero en la versión de 2011 la eliminación de dicha sustancia de la lista es uno de los aspectos relevantes.

Han pasado más de diez años desde que se empezara a experimentar con esta técnica en el aparato locomotor, pero los primeros ensayos datan de la década de los 90. Por tanto, se puede decir que es un método más desconocido que novedoso.