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Fernando Alonso: puntos de sutura deportivos... y en el orgullo
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EL ASTURIANO FUE ADELANTADO DE UNA MANERA INUSUAL

Fernando Alonso: puntos de sutura deportivos... y en el orgullo

De modo que en el circuito de Mónaco no se puede adelantar… Si Fernando Alonso era el actor de uno de los mejores adelantamientos de la

Foto: Fernando Alonso: puntos de sutura deportivos... y en el orgullo
Fernando Alonso: puntos de sutura deportivos... y en el orgullo

De modo que en el circuito de Mónaco no se puede adelantar… Si Fernando Alonso era el actor de uno de los mejores adelantamientos de la temporada en el Gran Premio de España, este domingo el piloto de Ferrari fue víctima de una maniobra inusual para un piloto de su calibre. En realidad, no fueron una, sino dos.

De forma excepcional para lo que nos acostumbrados en su trayectoria deportiva, 'El Samurai' se mostró como el guerrero cuyo omnipresente espíritu combativo parecía contagiado por la grisura de un equipo sin pegada. Y el Gran Premio de Mónaco recordó a los de Maranello los cauces por los que discurre el actual campeonato, donde cada equipo favorito para el título va recibiendo un tajo de espada según el perfil del circuito. En Mónaco fue el turno del equipo italiano.

Un campeonato de toma y daca

¿Cómo un monoplaza –el W04 de Mercedes- gana una carrera cuando dos semanas antes perdía un segundo y medio por vuelta frente al F138 de Alonso? ¿O Red Bull se muestre competitivo en Mónaco cuando “hubiera necesitado diez paradas” en Montmeló, según Dietrich Mateschitz? ¿Lotus es aspirante o no a ganar carreras? ¿Y cómo Ferrari arrasa en unos circuitos incluso con hasta tres monoplazas diferentes por delante en la parrilla? Es la naturaleza del actual campeonato, donde la ‘personalidad’ básica de un monoplaza se desenvuelve mejor o peor con los actuales Pirelli según las características del trazado, el día y las condiciones ambientales.

Un toma y daca para todos según la ocasión, que Ferrari sufrió en Mónaco como otros equipos en  carreras anteriores. Y en este contexto ha de asumirse la derrota de Ferrari, acentuada  ante el optimismo previo de Alonso y  las positivas sensaciones que dejaba el F138 el jueves. “Tengo confianza para el Gran Premio de Mónaco”, anticipaba el español tras la victoria de Montmeló, donde ya señaló a los Mercedes como claros favoritos, “echando la vista atrás a los últimos tres años, incluso cuando no éramos competitivos en Montecarlo, más o menos siempre lográbamos estar en el podio, así que es el objetivo también ahora… no veo ninguna razón por la cual, con este coche, que también es competitivo en todas partes, no podamos luchar por las posiciones de arriba en Mónaco”.

Pero este domingo descubrimos que el F138 ya no es competitivo en todas partes, no al menos en una pista singular como la de Mónaco. Sobre todo cuando el sábado Ferrari y Alonso recibieron otra flecha en su talón de Aquiles, un dardo mortal dada la naturaleza de la pista monegasca. Quizás debamos asumir definitivamente que  las mismas bondades técnicas que tan competitivo hacen  al F138 en carrera le impiden definitivamente optar a la primera línea de parrilla. Virtudes de los defectos y defectos de las virtudes, por mucho que Ferrari intente mejorar en este área con sus evoluciones técnicas. No ocurrió el pasado año, ni probablemente tampoco este.

Adelantamientos, el dónde y el cómo

Pero nadie anticipaba la actuación del equipo italiano en carrera, ni tampoco la de Alonso. Porque quien ha hecho de la combatividad inagotable el lema de su escudo sin importar la competitividad del monoplaza, este domingo apareció como un piloto vulnerable y blando que el español no es.

Nadie podría haber imaginado que Alonso fuera adelantado en Loews, como ocurrió a manos de Adrian Sutil,  la curva más lenta del campeonato, y donde más fácil resulta defender la trazada a un rival. A simple vista, Alonso dejó  exagerada e incomprensiblemente la puerta abierta y el alemán aprovechó el regalo. "Estuvo bien cuando Checo me adelantó, yo no estaba prestando atención, para ser justos", explicaría después de la carrera Jenson Button. ¿Le ocurrió algo parecido a Alonso?

¿O fue por una “bolsa de plástico en el alerón delantero durante diez vueltas”? ¿Era su monoplaza un pato aliquebrado a causa de un trozo del alerón de Pérez, atrapado bajo su monoplaza, como nos recordó su ingeniero Andrea Stella?  Quizás esto explicara el también sorprendente adelantamiento  de Button en la ‘Rascasse’, otra de las curvas más lentas de la pista.  En ambos casos desconcertaba  el dónde y el cómo en un piloto de su características. Sin capacidad de ataque, con problemas de tracción y, sobre todo, con la mente puesta en esa  montaña rusa que la temporada 2013 se ha convertido para los equipos, el español se mostró extremadamente conservador para evitar situaciones como la sufrida por Kimi Raikkonen. Nunca habíamos visto a un Fernando Alonso así.

La consistencia de Red Bull

La herida deportiva se tradujo en veintinueve puntos de sutura respecto a Vettel, escasamente amortiguados por los cinco recuperados a Raikkonen. El F138 será nuevamente competitivo el domingo en pistas más convencionales, pero son Vettel y Red Bull quienes están evidenciando esta temporada la consistencia y regularidad que Ferrari y Alonso exhibieron el pasado año a estas alturas de campeonato. Añadida a su permanente  hándicap de los entrenamientos, esta debería ser la principal preocupación de Ferrari para poder aspirar al titulo en 2013.   

Mientras tanto, nadie como el propio Alonso para saber en su fuero interno hasta qué punto la actuación en pista -maniobra de Pérez al margen-  fue fruto de las limitaciones del F138 o de su actuación personal. Porque puede que en el Gran Premio de Mónaco también quedara abierta otra herida al margen de la deportiva. Esta vez, en el orgullo. No debería ser de otra forma para quien lleva en su espalda tatuado un samurai.

De modo que en el circuito de Mónaco no se puede adelantar… Si Fernando Alonso era el actor de uno de los mejores adelantamientos de la temporada en el Gran Premio de España, este domingo el piloto de Ferrari fue víctima de una maniobra inusual para un piloto de su calibre. En realidad, no fueron una, sino dos.

Fernando Alonso