¿Problemas de fiabilidad de Ferrari o mala suerte? Sebastian Vettel se escapa

"Hoy no habrá nadie que diga que no es mala suerte". Fernando Alonso achacó a la mala fortuna su octavo puesto en la carrera en Bahrein. Fue un fallo absurdo e insual con el DRS, que estrictamente hablando también podría considerarse de fiabilidad, como el que sufriera el año pasado Red Bull con su alternador, por ejemplo. Diferentes puntos de vista -o cuestión de gustos- al poner nombre a las causas ajenas al piloto que neutralizan su rendimiento en pista. Sea como fuere, en cuatro carreras Sebastian Vettel tiene ya 30 puntos de ventaja con respecto a Alonso, correspondientes a más de una prueba de ventaja.

La fiabilidad, la estrategia y la consistencia que llevaron a Ferrari a pelear por el título hasta la última carrera el pasado año no están reluciendo en la Scuderia esta temporada. Con un monoplaza competitivo, Alonso está situado en la cuarta posición (en 2012 era quinto, pero a 10 puntos del líder, Vettel). Y aunque el asturiano se acoja al argumento de que todos sufren entre dos y tres abandonos por temporada, en su caso lleva  'uno y medio'. Kimi Raikkonen, por ejemplo, en sus 24 carreras con Lotus no acumula ninguno. Si bien Vettel pudo recuperar cuarenta puntos de desventaja para ser campeón el pasado año, a Ferrari y Alonso les está ocurriendo lo contrario en este 2013 respecto al inicio del pasado año.

"Es un problema tremendo", exclamó rápidamente Pedro de la Rosa en Antena 3 cuando vio que el DRS de su compañero de equipo no se cerraba. Cuando está en posición horizontal el mecanismo reduce la resistencia al viento en la recta pero, abierto, resta  adherencia en las curvas. Alonso debía entrar inmediatamente en boxes. Era octava vuelta y el inesperado fallo mecánico obligó a adelantar el cambio de ruedas. El corazón en vilo cuando el español volvió a apretar el botón para activar el DRS en recta... Nada, definitivamente inutlizado. Nuevo paso por boxes, golpes de los mecánicos al alerón para bajarlo y una nueva carrera que empezaba desde el último puesto. Lograr algún punto era ya un triste objetivo para una carrera en la que, como reconoció Domenicali al final, se podía optar a la victoria.

Red Bull, no lo tiene ya tan negro

"Es un hecho aislado. Es el primer problema que tenemos", reconocía este domingo el asturiano. Y no le falta razón como para hacer una montaña de este granito de arena. Ha sido algo puntual pero que ha permitido a Sebastian Vettel poner tierra de por medio con uno de sus dos máximos rivales. El otro, Raikkonen, está a sólo diez puntos.

Christian Horner, en pretemporada, aseguró que este año podría haber diferentes coches dominantes según el perfil de cada trazado. Hasta ahora así fue. Y en el caso de Sakhir se ha adaptado como un guante a Red Bull en los dos últimos años. Este no ha sido una excepción, aunque con la sorpresa de una posición extraordinariamente dominante, tanto que ni el propio Vettel  esperaba ganar con semejante dominio, como reconoció ayer. 

Por primera vez los monoplazas azules no sufrieron con el graining de las gomas. Habrá que comprobar si se confirma la tendencia o fue fruto de las nuevas gomas que Pirelli introdujo en Bahrein y que favorecieron al RB9. Mercedes, por ejemplo, pese a la 'pole' del sábado, ha demostrado que todavía debe evolucionar en este aspecto.

Pero si Red Bull lograra finalmente controlar su 'desencuentro' inicial con los neumáticos,  se presentaría  una apasionante panorama para el futuro con el duelo del equipo austriaco y el italiano. En esta batalla podrían entrar Lotus -si mejora los sábados-, y Mercedes -si mejora los domingos-. En Montmeló, dentro de tres semanas, se podrá comprobar si en este tiempo cada equipo ha avanzado en la resolución de sus respectivos problemas. Sería una gran noticia para el campeonato pero, a día de hoy, parece que son Ferrari y Red Bull quienes marcan la pauta. Y a pesar de un DRS loco, y del tropezón de ayer para Alonso, el Gran Premio de Bahrein no desmintió el diagnóstico.