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'A machete': cuando Vettel y compañía se lían a 'palos' en la Fórmula 1
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UNA CARRERA AGRESIVA Y DIVERTIDA EN LOS ADELANTAMIENTOS

'A machete': cuando Vettel y compañía se lían a 'palos' en la Fórmula 1

“Al ser un piloto de carreras corres siempre riesgos, y si no vas a por el hueco que está ahí ya no eres un piloto de

Foto: 'A machete': cuando Vettel y compañía se lían a 'palos' en la Fórmula 1
'A machete': cuando Vettel y compañía se lían a 'palos' en la Fórmula 1

“Al ser un piloto de carreras corres siempre riesgos, y si no vas a por el hueco que está ahí ya no eres un piloto de carreras, porque competimos para ganar, y la principal motivación es luchar por la victoria, no por quedar cuarto quinto o sexto...” La famosa y tensa conversación de Jackie Stewart y Ayrton Senna tras aquel Gran Premio de Japón de 1990 dejó una frase para el recuerdo, se comparta o no, pero también definió el arquetipo extremo del piloto de raza.

Aunque en tiempos de neumáticos “precocinados” y DRS, el Gran Premio de Bahrein ayudó a reconciliarnos con esa naturaleza básica del piloto y de la competición. Pero también nos recuerda la deriva hacia el patrón de asépticas y clínicas maniobras de adelantamiento ante las que se pone el grito en el cielo cuando dos pilotos -o más- cruzan sus armas con cierto ardor y agresividad.

A Senna, Villeneuve, René Arnoux y otras muchas leyendas deben crujirles los huesos ante la actual fiscalización excesiva por parte de los comisarios de cualquier maniobra de adelantamiento. La carrera de ayer nos ofreció algunos ejemplos para considerar el tema pero, afortunadamente, también nos reconcilió con la esencia de la competición a la que se refería el piloto brasileño. 

Las quejas de 'Miss Daisy'

Martin Brundle, principal rival de Senna en la Fórmula 3 y hoy célebre comentarista televisivo, llegó a decir del brasileño que “tenía una forma de provocarte el adelantamiento que, si no salía bien, parecía que había sido culpa tuya”. En semejante contexto cabía ayer recordar  a Jenson Button, quien lamentó verse obligado a pilotar como 'Miss Daisy' en China cuando el equipo le negó la pelea contra sus rivales para cuidar los neumáticos, pero se quejaba de su compañero en Bahrein. Antes, Martin Whitmarsh había reprochado a Pérez que “ser demasiado amable hasta ahora, necesita hacerse más duro”.

El mexicano decidió escuchar a su jefe. “La carrera fue fantástica ahí fuera, menos con Checo”, declaraba después Jenson Button. “Fue demasiado agresivo diría, a 300 km/h no esperas que tu compañero se ponga a tu lado y se toque con las ruedas contigo, fue una sorpresa, y probablemente no soy el único que piense así”. Pérez forzó la máquina, también el error del rival, buscó el hueco, e incluso se tocó con su compañero. 

El mexicano parecería antideportivo con el paradigma de la Fórmula 1 actual, pero quizás no bajo la filosofía de Senna. ¿En qué quedamos entonces? Afortunadamente, Pérez reconoció que Whitmarsh y los suyos no le llamaron al orden, lo que honró al equipo británico. Porque a la postre tenían delante el piloto de carreras que buscaban. Al final Whitmarhs solo le reprocharía al mexicano el riesgo del pinchazo cuando se tocaron ambos monoplazas, en salomónica postura hacia Button.

El toma y daca de Webber y Hamilton

También hubo momentos intensos con Alonso, quien hubo de traspasar los límites de la pista en su posterior intento de adelantamiento a Pérez. Pero antes, el español había entrado con decisión a un hueco crítico y no tan evidente. Pérez se defendió con robustez, y se hizo respetar. Fernando Alonso no se quejó después.

Senna y los suyos hubieran estado orgullosos ayer del piloto alemán, así como de un Alonso que nos recordó el domingo que sin el DRS también un piloto es capaz de adelantarCon esa misma intensidad Webber y Hamilton nos ofrecieron un duelo extraordinario en otro de los grandes momentos de la carrera. Fue un precioso toma y daca en el que, desgraciadamente, la norma del movimiento único planeaba en el aire. Cierto es que dicha regla está en vigor con el acuerdo de los pilotos, pero no fue necesaria en casi sesenta años de historia de la Fórmula 1. Ayer, tampoco para ambos.

Vettel, como un halcón

Pero si hubo ayer un adelantamiento magistral y espectacular fue el de Sebastian Vettel a Fernando Alonso. La toma aérea nos mostró a un piloto que se antojaba a ese halcón que desde las alturas se deja caer a velocidad de vértigo sobre su presa. El alemán anticipó desde muy atrás la maniobra, acelerando implacablemente -KERS mediante, eso sí, qué se la a hacer- hasta pasar por el hueco. Después, mareó por todas partes a Nico Rosberg hasta romperle la cintura. Senna y los suyos hubieran estado orgullosos ayer del piloto alemán, así como de un Alonso que nos recordó el domingo que sin el DRS también un piloto es capaz de adelantar.

"Hablamos de un piloto de talento bajo intensa presión que toma decisiones en milisegundos que nadie, no a menos que esté en Fórmula 1, puede comprender". Así definía Lewis Hamilton el salto al vacío que supone un adelantamiento (con motivo de su famoso duelo con Raikkonen en Spa 2009), como un acto de talento y habilidad de resultado absolutamente incierto. 

Un día en el que los comisarios acertaron

Por ello, la Fórmula 1 actual debería castigar la temeridad, pero no cercenar la capacidad de riesgo ni el instinto del que hablaban Senna y Hamilton. Se trata de escuchar el grito de Alonso el pasado año en esta misma pista (“¡Siempre hay que dejar espacio!”) sin entrar al Coliseo romano con sus gladiadores. Afortunadamente, los comisarios a los que tan exageradas atribuciones permite el Reglamento Deportivo dejaron hacer en Bahrein a los pilotos. Incluso cuando absolvieron a Webber en su maniobra con Rosberg. Y acertaron plenamente. Una forma de crear escuela.

“Si ahí había un hueco, conociéndome como me conoce, sabe que iba a intentar adelantarle, y bajo esas circunstancias, él sabe que no debía dejar ninguno en esa primera curva…”, le decía el piloto brasileño a Jackie Stewart respecto a Alain Prost en aquella entrevista arriba recordada. “Conociéndome como me conoce…." Vaya frase... Ayer, tuvimos la suerte de que muchos pilotos quisieran recordárnosla en el Gran Premio de Bahrein.

“Al ser un piloto de carreras corres siempre riesgos, y si no vas a por el hueco que está ahí ya no eres un piloto de carreras, porque competimos para ganar, y la principal motivación es luchar por la victoria, no por quedar cuarto quinto o sexto...” La famosa y tensa conversación de Jackie Stewart y Ayrton Senna tras aquel Gran Premio de Japón de 1990 dejó una frase para el recuerdo, se comparta o no, pero también definió el arquetipo extremo del piloto de raza.