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Una avalancha de gente y la improvisación, los motivos de la caída de Froome
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acabó corriendo montaña arriba

Una avalancha de gente y la improvisación, los motivos de la caída de Froome

Froome cayó y su bicicleta fue rota por una moto que venía detrás debido a que los aficionados cortaban el paso a los ciclistas. Desde ahí, reinó el caos. Os contamos los motivos

Foto: El momento de la caída de Froome. Foto: Bernard Papon (Reuters)
El momento de la caída de Froome. Foto: Bernard Papon (Reuters)

El Tour de Francia 2016 nos dejó en su etapa 14 uno de los momentos más esperpénticos de su historia. Chris Froome, actual dueño del maillot amarillo, y Richie Porte, sufrieron un accidente contra una moto, que frenó en seco debido al numeroso público que había en medio de la calzada.

La mala suerte se cebó con el ciclista inglés nacido en Nairobi, ya que otra moto pasó por encima de su bici y tuvo que cambiarla por una mixta tras recorrer varios metros a pie. Esta no le funcionó demasiado bien, porque las calas no le permitían pedalear y después de superar varios metros durante una corto periodo de tiempo, tuvo que coger una de su equipo para acabar la etapa. Si la organización no hubiese compensado al actual campeón, hubiese pasado de líder a sexto en la clasificación general.

Pero, ¿qué provocó el accidente? Si las imágenes no engañan, es un hecho que el motivo -y así lo dijo Richie Porte- es que había demasiada gente en medio de la carretera, más que nunca. ¿Y por qué tantas personas? Porque a última hora la organización decidió eliminar los últimos seis kilómetros de la etapa y eso hizo que la gente acampada en las zonas eliminadas se aglutinara en los nuevos kilómetros finales, desatando el caos.

Las fuertes rachas de viento en la cima del Mont Ventoux, a más de 100 km/h según las previsiones, obligaron a la organización a cambiar el recorrido y acabarlo más abajo, en una zona menos expuesta a los ataques del dios griego Eolo gracias a una frondosa arboleda.

De este modo, muchos espectadores, que esperaban acampados a sus ídolos desde días antes, tuvieron que bajar la montaña para poder verles. Ahí ya había gente aguardando, por lo que en pocos kilómetros se juntaron todos los aficionados que deberían haber estado repartidos en varias zonas. La organización no valló la zona y no fue capaz de evitar la invasión casi total de la carretera, que aunque habitual, no es tan masiva en otras ediciones.

Esto es difícil de prever en tan poco tiempo. “Es normal que surjan más imprevistos de lo habitual”, nos afirmó Javier Guillén, director de la Vuelta. Cambiar una etapa supone mover la ubicación de la línea de meta, vallar la nueva zona de sprint y “planificar las nuevas zonas de evacuación para los equipos”, según afirmó. Todo lo organizado desde octubre del pasado año, hubo que modificarlo en tan solo un día.

“El diseño del recorrido y habilitar los medios necesarios para gestionar la afluencia de público es cosa de la organización con la ayuda de los cuerpos de seguridad del Estado, que son a quien les corresponde controlar que todo vaya bien”, nos comentó Guillén sobre la Vuelta a España. En el Tour, la gestión es muy parecida.

Pese a lo ocurrido, Guillén no tiene ninguna duda: “Ver un puerto con gente es mejor que sin ella, se trata de gestionar la situación y limitar la afluencia de gente".

La versión oficial de Tour de Francia, según las palabras de Christian Prudhomme, es que "no hubo tiempo para bajar todas las vallas que cubren la carretera y, además, muchas de las que se colocaron se cayeron a causa del viento. Por lo tanto, había menos protección", indicó el director del Tour.

Descontento en los aficionados

"Llevamos dos días esperando al pelotón en la cima, la decepción es grande", aseguró una aficionada tras conocer la noticia de que el Tour había decidido eliminar los seis últimos kilómetros de la etapa.

Durante la noche, la temperatura en lo alto del Mont Ventoux era bajo cero. Así lo confirmó una aficionada australiana: "Fue una noche difícil". Otro aficionado, un anciano que esperaba al Tour en su caravana, se mostró bastante enfadado. "Todo el año suben aficionados con ráfagas de viento similares a estas, no creo que los profesionales, que están mucho más preparados, tuvieran grandes problemas en hacerlo". Este hombre añadió que "nadie se preocupó por el granizo que cayó en Andorra, seguro que eso fue más peligroso".

También hubo quejas de la dueña de la brasería ubicada en la cima de la montaña, donde tenía vituallas para numerosos asistentes. Incluso había contratado personal, lo que conllevó invertir una importante suma de dinero -unos 6.000 euros-. Ese gasto la perdió sin poder recuperar nada debido a la decisión del Tour.

Por su parte, el director del Tour prefirió "no arriesgarse a suspender la etapa, ya que el Tour es demasiado importante.". Prudhomme añadió que "no es posible llegar a última hora y pintar una raya en el suelo para decir 'aquí está la meta'".

La decisión de la polémica

Los jueces dictaminaron que al haber sido un problema ocasionado por un miembro de la organización, había que compensar a Froome y darle el mismo tiempo que a Burke Mollema, el corredor con el que iba en el momento de la caída. Esta decisión dejó "muy contento" al keniata, pero otros protagonistas, con más o menos contundencia, se mostraron menos satisfechos con la decisión.

El propio Mollema fue uno de los más duros en su cuenta de Twitter: "Parece que a todos les regalan tiempo. Me pregunto qué hubiese pasado si hubiese sido yo el único afectado". José Luís Arrieta, director del Movistar, fue menos drástico. "Se sienta un precedente" con la decisión, ya que "otras veces se han producido problemas similares y no han hecho lo mismo", dijo. Además, soltó un dardo hacia la organización al decir que "el fair play está bien, pero siempre y para todos".

El Tour de Francia 2016 nos dejó en su etapa 14 uno de los momentos más esperpénticos de su historia. Chris Froome, actual dueño del maillot amarillo, y Richie Porte, sufrieron un accidente contra una moto, que frenó en seco debido al numeroso público que había en medio de la calzada.

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