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El juego limpio de Dumoulin que demuestra que su Vuelta es humana... por poco
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hizo públicos sus datos de potencia

El juego limpio de Dumoulin que demuestra que su Vuelta es humana... por poco

La gran revelación de la Vuelta busca el oro mundial contra el crono después de haber publicado sin petición alguna los registros de sus vatios durante los grandes picos de la ronda española

Foto: Dumoulin tratará de reeditar en Richmond su gran crono de Burgos (EFE).
Dumoulin tratará de reeditar en Richmond su gran crono de Burgos (EFE).

Ha pasado ya un tiempo desde que acabó la Vuelta a España y sinceramente, me sigo acordando más de Tom Dumoulin que de Fabio Aru. Es inevitable sentir cierto cariño por el holandés después de todo lo que hizo en situaciones tan adversas, como un grupo de espartanos ante los Inmortales de Jerjes. La exhibición que dio durante casi tres semanas (su hundimiento final nos obliga a recortar esos 21 días de competición) fue excelsa, elegante y silenciosa, sin armar el jaleo que otros armarían. Pero en un mundo ciclista tan dudoso, siempre bajo una vigilancia extrema, es chocante que nunca se pusiera en duda su limpieza.

No ha hecho falta que nadie vaya a decirle nada, ni que aparezca el típico periódico francés de turno a minusvalorar su rendimiento. Ha sido él mismo el que, sin petición expresa por ningún agente externo, decidió publicar en AD.nl (y recogidos a su vez por Cyclingnews.com) los resultados de su potencia sobre la bici. Eligió precisamente los resultados de las cimas más duras de la Vuelta a España, es decir, de aquellas que, en principio, él estaba condenado a sufrir más que los demás al ser un rodador y no un fondista. Y los resultados no están más allá de los límites humanos.

Justo después del Tour de Francia, este periódico se puso en contacto con especialistas sobre fisiología del ejercicio para saber si lo que hizo Chris Froome en la grande boucle era humano o si, por el contrario, había indicios de dopaje. La conclusión más fiable es que no hay una vara de medir igual para todos los ciclistas, sino que depende mucho de las cualidades físicas de cada corredor. Lo que sí aseguraban es que hay un teórico límite máximo que se establece a través de relacionar los vatios y los kilogramos del corredor, y ese máximo era de 7 w/kg.

Pues bien, Tom Dumoulin alcanzó exactamente ese tope durante casi seis minutos en la Sierra de Cazorla, en la sexta etapa de la Vuelta, cuando perseguía a Esteban Chaves con la intención de evitar que el colombiano le robase el jersey rojo, al acumular 508,2 vatios durante 5:55 minutos. Fue el máximo de potencia al que llegó el de Maastricht durante la ronda española. También alcanzó unos niveles muy altos, pero siempre dentro de la posibilidad humana, en Caminito del Rey, donde fue segundo tras Chaves y en Cumbre del Sol, cuando ganó su primera etapa superando a Froome.

No tengo ninguna buena razón para no compartir mis datos. Únicamente prefiero no publicar los de la contrarreloj porque puede revelar otros datos sobre mi aerodinámica. El resto los debería conocer todo el mundo”, dijo Dumoulin al diario holandés donde se publicaron sus datos.

Lo curioso de estos datos es que Dumoulin no se acercó a su máximo durante las grandes etapas de montaña, que hubo y muchas durante la Vuelta. En la jornada más dura de la historia de la Vuelta, la de los Pirineos andorranos, Dumoulin apenas se quedó en 5,2 w/kg, la más baja junto a, cómo no, la de la penúltima etapa en la sierra madrileña, cuando perdió el jersey rojo en favor de Fabio Aru, cuando se quedó en otros 5,2 w/kg. De esta serie de escaladas, la más alta fue la extraída de su ascensión a la Ermita de Alba, cuando produjo 6,1 w/kg.

El oro, después de perder el rojo

Si por algo no ha dado a conocer los resultados de la contrarreloj de Burgos, donde destrozó a todos los demás corredores, es en buena medida por la contrarreloj del Mundial de Richmond, que se disputa este martes (19:00, hora española), donde es el principal candidato… a volver a romper las quinielas. Porque el favorito es Tony Martin, como en cada contrarreloj que disputa, y más en esta en la que no estarán ni Fabian Cancellara ni Bradley Wiggins. Por tanto, el holandés es la única verdadera alternativa que queda para poder evitar el cuarto jersey arcoíris del alemán. Las opciones españolas, Jonathan Castroviejo y Luis León Sánchez tratarán de sorprender, pero las previsiones (y el propio seleccionador Javier Mínguez) dicen que estarán muy lejos de la victoria.

Ha pasado ya un tiempo desde que acabó la Vuelta a España y sinceramente, me sigo acordando más de Tom Dumoulin que de Fabio Aru. Es inevitable sentir cierto cariño por el holandés después de todo lo que hizo en situaciones tan adversas, como un grupo de espartanos ante los Inmortales de Jerjes. La exhibición que dio durante casi tres semanas (su hundimiento final nos obliga a recortar esos 21 días de competición) fue excelsa, elegante y silenciosa, sin armar el jaleo que otros armarían. Pero en un mundo ciclista tan dudoso, siempre bajo una vigilancia extrema, es chocante que nunca se pusiera en duda su limpieza.

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