Es noticia
'Silencio': la pasión por la fe del imprescindible Scorsese
  1. Cultura
ESTRENOS DE CINE

'Silencio': la pasión por la fe del imprescindible Scorsese

El director de 'Uno de los nuestros' incide en un conflicto de fe individual en su ambiciosa adaptación de este drama religioso de época

Foto: 'Silencio'.
'Silencio'.

Antes de cineasta, Martin Scorsese tuvo vocación de sacerdote. El italoamericano pasó una temporada en el seminario, del que se salió para encarrilar su pasión hacia el mundo del cine. La religión siempre ha estado presente en sus películas, no solo como un rasgo distintivo de la comunidad italoamericana, donde se ambientan muchas de ellas.

'Silencio', un proyecto en el que venía trabajando desde hace años, se sitúa a primera vista al lado de títulos como 'La última tentación de Cristo' o 'Kundun', en que la fe deviene el tema explícito. Pero muchos de los protagonistas masculinos del cine de Scorsese siguen a su manera un itinerario marcado por el descenso a los infiernos y la posterior recuperación de la gracia en relatos sin aparente contenido espiritual. En el caso de 'Taxi Driver' o 'Toro salvaje', el guion de un calvinista con su propio historial de conflictos internos como Paul Schrader contribuía a otorgar esta dimensión afligida a los personajes.

'Silencio', de Martin Scorsese

Por momentos, se echa en falta la huella de Schrader, por otro lado un gran conocedor de la cultura japonesa, en esta adaptación de la novela homónima de Shusaku Endo en torno a unos misioneros portugueses que se enfrentan a la persecución del cristianismo en el Japón del siglo XVII. El padre Sebastiao Rodrigues (Andrew Garfield, también cristiano devoto, aunque de fe mucho más monolítica y utilitaria, en 'Hasta el último hombre', de Mel Gibson) entronca con todos esos personajes 'scorsesianos', enfrentados a un conflicto interno al tiempo que intentan adaptarse a un ambiente que les resulta hostil, aunque carece de ese tormento interior tan carismático de los personajes paridos por Schrader.

Rodrigues es un joven religioso que, junto a otro compañero, parte hacia Japón en busca de otro sacerdote allí extraviado, el padre Ferreira. Como una suerte de Kurtz católico, Ferreira encarna al pionero de la colonización perdido en el corazón de las tinieblas en torno al que circulan toda clase de leyendas. La más fidedigna especula en torno a su apostasía. En un periodo en que las autoridades japonesas castigan con la muerte a los cristianos, el sacerdote habría renunciado a su fe para adaptarse a las costumbres del lugar.

'Silencio' no ahonda en la cara oscura de la expansión del cristianismo. Es un drama épico e introspectivo en torno a los límites de la fe

Pero 'Silencio' no ahonda ni se interesa por la cara oscura de la expansión del cristianismo. Scorsese levanta un drama épico y a la vez introspectivo en torno a los límites de la fe de un protagonista que se ve sometido a todo tipo de pruebas. Los paisajes del Japón medieval por los que se mueve Sebastiao resultan de una hostilidad sobrecogedora. El director convierte el contexto natural en la caja de resonancia donde retumba ese silencio de Dios que acongoja al protagonista. El eco se ve reforzado por la espléndida banda sonora compuesta por Kathryn y Kim Allen Kluge —a base de sonidos de la naturaleza— que excluye la musicalidad más tradicional.

El punto de vista de la narración se mantiene la mayor parte del tiempo del lado de Sebastiao. Scorsese no solo no se recrea en la violencia gore de los martirios como lo haría Mel Gibson. Además los presenta la mayoría de las veces desde la mirada alejada del misionero. Porque los sacrificios de los japoneses conversos no ponen a prueba la fe de aquellos que los sufren sino la del extranjero que los observa. En su viaje al fondo de su propia fe, Sebastiao se nutre del dolor ajeno hasta que por fin encuentra al padre Ferreira...

Como el resto de compañeros de su quinta, Martin Scorsese es un admirador del cine japonés en general y de la obra de Akira Kurosawa en particular desde sus años de estudiante. Y a su paradójica manera, 'Silencio' también funciona como un homenaje a la cultura de aquel país. Resulta curioso cómo el cineasta encaja las contradicciones de asumir el punto de vista colonial en un relato, por otro lado inspirado por un japonés católico, donde la resistencia cultural a la ocupación religiosa se contempla como un antagonismo. Pero justo el abanico de personajes secundarios nipones proporciona el contrapunto humano que le permitirá a Sebastiao superar su narcisista crisis religiosa.

'Silencio' no será plato del gusto de quienes admiran al Scorsese más trepidante. Extensa y reposada, parte de su grandeza radica en su condición anacrónica

Tenemos al gran Shinya Tsukamoto como Mokichi, un campesino converso dispuesto a todo para demostrar la solidez de su fe, en un papel no tan alejado de los que el director de 'Tetsuo' se reserva a sí mismo en sus películas, donde suele llevar al límite sus propias condiciones físicas y psicológicas. Tadanobu Asano, rostro emblemático del nuevo cine japonés que protagonizó el cambio de milenio, encarna al intérprete lingüístico. Pero los personajes con mayor enjundia son Kichijiro (Yosuke Kubozuka), ese Judas personal de Sebastiao que representa la tan humana necesidad de adaptación de los creyentes, y el dirigente Inoue Masashige (Issey Ogata), principal responsable de la persecución de los cristianos, que esgrime algunas de las frases más lúcidas del filme.

'Silencio' no será plato del gusto de quienes admiran al Scorsese más trepidante y vistoso, el de los planos secuencia arrolladores de 'Uno de los nuestros' o el de los montajes para cortar la respiración de 'Casino' y 'El lobo de Wall Street'. Extensa y reposada, parte de la grandeza de 'Silencio' radica en su propia condición anacrónica. En plena era del audiovisual 'blockbuster' y de la pseudoespiritualidad 'new age', un cineasta ya consagrado realiza un sólido drama de época sobre los confines de la fe individual y su necesaria vinculación a la sensibilidad ante el sufrimiento ajeno. Aunque no se encuentre entre sus obras maestras, 'Silencio' resulta uno de los filmes a la vez más ambiciosos y personales de uno de los nombres imprescindibles del cine contemporáneo.

Foto: 'Train to Busan'.
Foto: 'Solo el fin del mundo'.

Antes de cineasta, Martin Scorsese tuvo vocación de sacerdote. El italoamericano pasó una temporada en el seminario, del que se salió para encarrilar su pasión hacia el mundo del cine. La religión siempre ha estado presente en sus películas, no solo como un rasgo distintivo de la comunidad italoamericana, donde se ambientan muchas de ellas.

Cartelera y estrenos de cine Cristianismo Japón