Andrés Calamaro: "O cambiamos el mundo o morimos de cirrosis"

La puesta de largo del nuevo disco de Calamaro congregó a una extraña fauna en un bar del centro de Madrid. Allí estaban el televisivo Mario Vaquerizo, Jaime Urrutia de Gabinete Caligari, el intelectual rockero Sabino Méndez y Pancho Varona, guitarrista de Sabina. Todos venían a escuchar Bohemio, producido por el prestigioso Cachorro López. "Es un disco de firma, Cachorro eligió las canciones y grabó el álbum como se imaginó. Yo solamente fui a cantar", confesó Calamaro con modestia. Enganchado a Twitter desde hace meses, anoche usaba esa red social para comparar su última obra con un clásico de Neil Young: "Es mi Harvest, con un cierre de country. Es un disco de rock, con solos de guitarra", adelanta. El single, Cuando no estás, empezará a sonar el 30 de julio, mientras el disco llega a las tiendas el 17 de septiembre. Comenzó la comparecencia imitando al legendario alcalde Tierno Galván ("Al loro y ponerse morados con la comida") y terminó anunciando gira española para primavera. "Será en abril y mayo, porque estés donde estés en el mundo, hay que venir a España en abril y mayo". Aquí ofrecemos un zapping por las declaraciones más sustanciosas de la presentación. Calamaro en su salsa.

Sobre política

"Quería escribir un disco más político y llamarlo Rapiña, pero estas canciones son personales, no de denuncia. Tal vez la bohemia sea la última trinchera de la sensibilidad. O arreglamos el mundo o morimos de cirrosis. Cuando escribo textos políticos salen después de mucha reflexión y mucha conversación. Acá hablamos de otra  política: la de satirizar mi libertad extrema, mi libertad inconveniente, mi libertad personal.  Las letras políticas de El salmón salieron tras largas horas de charla. Hubiera necesitado más reflexión y más cocaína para hacer un disco político. Es uno de los mejores discos que puede grabar un hombre blanco".

Sobre el disco

"Para mí es novedad hacer un álbum dinámico y conceptual. La idea central es que todos vivimos ya en rehab, que es como llaman los ingleses a la desintoxicación. Mira los tabaquistas y los que están enganchados a cualquier otra cosa. Son canciones escritas en el infierno para cantar en el paraíso. Bohemio tiene una historia que se parece al Auge y caída de Ziggy Stardust, el famoso álbum de David Bowie. La última canción se llama Doce pasos, como los programas de rehabilitación de alcohólicos y narcóticos anónimos. Es un proceso puro y duro, la cienciología de la desintoxicación. La letra es de mi compadre Marcelo Cuino Scornik, que ha pasado por todo eso y sigue vivo. Estamos ante la única pieza del álbum que no firmo yo, aunque Scornik es un hombre capaz de escribir mis propias letras. Suyas fueron también las de El Salmón y el Estadio Azteca, entre otros clásicos de mi repertorio. Esta vez yo compuse hasta que pensé que debía de parar porque la siguiente letra iba a ser inconveniente".

Sobre rancheras y tangos

"La ranchera es bohemia épica, un género que sería vulgar si no existiera José Alfredo Jiménez. La bohemia y el tequila se hicieron para llorar sin ser mal visto por otros varones. El tango tiene orígenes delincuenciales. Ahora se supo de qué vivía Gardel antes de convertirse en estrella pop. Descubrieron que era un bandido con ficha policial. Está bien porque la versión que circulaba es que fue maricón y muchos seguidores en Buenos Aires se sintieron aliviados. Preocupaba que fuera maricón antes que uruguayo o francés, como se venía diciendo".

Sobre bohemios

"La primera canción, escrita en segunda persona, está dedicada a Luis Alberto Spinetta, padre y amigo de todos los músicos argentinos. Es un ejemplo ético y héroe de toda la vida. Fue un detonante su muerte a principios de 2012. Eso empuja al bohemio, protagonista del disco, a los límites de la moral. Aviso que hablamos de un personaje no tan de ficción. La letra más cruda se llama Plástico fino: es la que pinta al bohemio antes de despegar, antes de dar mi giro karmático de 360 grados, para volver a ponerme en mi sitio una vez más. La letra dice "plástico fino" y "tacto divino", o sea que hablamos de Veneno en la piel, como cantaron Radio Futura. El bohemio se redime, después de perderlo todo. Como dicen en Brasil, los seres humanos "no somos caretas". Todos tenemos un corazón y está bien disfrutar ese regalo haciendo caso a lo que nos diga". 

Sobre Dylan y Morente

Mi técnica para hacer una canción es la que describió Enrique Morente: él  buscaba un clavito donde empezar a colgar la ropa. Puede ser un golpe de la batería o dos guitarras o un acorde que me gusta. Nunca completo la parte musical si no tengo un trozo de letra. Una vez preguntaron esto a Dylan: "Maestro ¿qué llega primero: la letra o la música?" Su respuesta fue "difícilmente no llegan juntas". Yo escribo grabando. Por ejemplo, escribí dos canciones seguidas: Cuando no estás e Inexplicable, donde el bohemio confiesa que tiene miedo de haberse pasado dos pueblos de la raya y acabar perdiendo a su amorcito. De estas cosas trata Bohemio. Mi frase favorita del disco es "una canción va a llevarme a volar en alfombra". 

Sobre cambios en la industria