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Viaje pop y revolución entre León y Benavente
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PRIMER DISCO DE LA BANDA COMPUESTA POR MÚSICOS DE NACHO VEGAS, TACHENKO Y SCHWARZ

Viaje pop y revolución entre León y Benavente

Curtiditos en el escenario pero nuevos como conjunto. Acaba de despegar León Benavente, uno de esos supergrupos que prometen pegar fuerte desde su primer trabajo. Una

Foto: Viaje pop y revolución entre León y Benavente
Viaje pop y revolución entre León y Benavente

Curtiditos en el escenario pero nuevos como conjunto. Acaba de despegar León Benavente, uno de esos supergrupos que prometen pegar fuerte desde su primer trabajo. Una banda formada por músicos procedentes de diferentes extremos de la península y que han ido a juntarse en Madrid, fruto de la casualidad pero también del trabajo musical compartido durante muchos años. Caracteres diferentes homogeneizados detrás de unas gafas de sol, y trayectorias musicales distintas que, al chocar, han dado lugar a uno de los trabajos más redondos del pop indie español de este año. León Benavente es su primer álbum, en el que proponen un viaje protagonizado por unas letras llenas de rabia, un poco de sangre y revolución.

Es muy seductor aquello de acudir a la mística coincidencia para hablar de un nuevo grupo. Y algo de eso hay: cuando el asturiano Luis Rodríguez (guitarra) llegó a Madrid hace un par de años, se instaló sin saberlo en un piso a escasos metros del vigués Abraham Boba (voz y teclados). En ese momento, además de compañeros en la escudería de Nacho Vegas -el gran vínculo entre todos ellos-, se convertían en vecinos. Pero eso es todo lo que se puede atribuir al azar. Los músicos, que han formado parte de la banda del asturiano Vegas, salen de la sombra y se hacen visibles iniciando una aventura a la que se han sumado Edu Baos al bajo, procedente de los zaragozanos Tachenko, y el murciano César Verdú, de Schwarz, como batería y técnico de sonido.

Tal y como explica Vegas en el texto de presentación, que deja poco que añadir, estos chicos "vienen del krautrock, el pop psicodélico, el rock de autor o el folk, pero tenían que acabar confluyendo en un punto aún por definir". Y así fue: canciones pop, sencillas y directas, que al escucharlas te sitúan en un viaje, con la ventanilla bajada, melena al viento y ladeos de cabeza contundentes, un estilo road pop que el propio Vegas les colocó y que ellos han aceptado de buen gusto.

Sobre hienas e imperios en ruinas

El primer single, Ánimo, valiente, indica el comienzo del viaje, con intención pero sin banalismos y dedicado a los de su generación tú que sabes lo que fueron los 80, dice al principio. Los primeros temas son un grito en el que se intercalan los ataques de Las hienas, con las ruinas de El imperio, tras un Estado provisional. Está claro de lo que hablan. O al menos de lo que no. No es intimismo, ni tampoco política, es lo que cualquier puede escuchar “al bajar a la calle”, tal y como explica Abraham Boba, nombre artístico que corresponde realmente a David Coba

Boba, quien se lanzó con un trabajo en solitario en 2011, Los días desierto (Lymbo Starr)es el responsable de las letras de este grupo. Él matiza su importancia, pero son las grandes protagonistas de sus canciones. El viaje de este road pop está en ese sonido al que algunos críticos lo relacionan con el after-punk británico y otros apuntan aires de Can y Stereolab: los sintes, bajos y batería mandan en la base sobre los que ondulan los versos.

Desde la oficina de su sello discográfico Marxophone (la misma de Nacho Vegas), en la Gran Vía madrileña, Luis Rodríguez y Abraham Boba comentan el primer concierto que dieron en Murcia el pasado 17 de mayo. Llevan años sobre el escenario pero reconocen que la inquietud les atrapó en cierto modo: “Cuando te juntas con personas con las que no has tocado sigues teniendo esos nervios, es gente nueva, temas nuevos…”. Sobre todo para Luis, que lleva veinte años tocando el bajo, pero con León Benavente se ha estrenado a la guitarra.

Si no fuera por la estética uniformada que parece compartir la generación ochentera -ropa negra y gafas de sol incluso en interior-, son realmente distintos. Luis, que no para un segundo, esboza garabatos en un papel mientras Abraham conversa, y gasta bromas antes de darle al play de la respuesta seria. A su lado, Boba se expresa con una tranquilidad categórica y mucho más serio. Pero al final están de acuerdo en todo: “Ahora pensamos en defender todo esto, en los directos y en tocar las canciones”, dice Luis. Abraham apunta que están “disfrutando del trayecto", y su destino lo desconocen. Aunque ya están pensando en nuevas canciones.

Voces femeninas

León Benavente cuenta con dos colaboraciones la de Irantzu Valencia (antigua vocalista de La Buena Vida) en La gran desilusión y Cristina Martínez (El Columpio Asesino) en Ser brigada, un diálogo entre un chico y una chica con un toque macarra y que cierra el círculo perfecto de este álbum. Tampoco es casualidad que estén ahí, los temas lo pedían, explica Abraham: “Cuando estábamos haciendo las canciones, salieron cosas que nos recordaban a ellas. Lo de Cristina es muy poquito pero muy importante. Y la grabación de Irantzu, en cuanto la escuchamos, vimos que venía perfecta”.

La banda lanza un disco imposible de diluir en la escucha aleatoria que reina en los mp3 de la sociedad actual. Las 10 canciones son un conjunto que hay que oír de principio a fin y por ese orden. Hay un hilo conector que enlaza unos temas con otros: “Yo creo que es porque somos de la generación de de escuchar discos más que canciones”, explica Abraham. La filosofía del álbum no muere todavía, al menos en casa de León Benavente: “Es algo que ni nos lo planteamos, simplemente no queríamos canciones de relleno”, apunta Luis. “Las tendencias cambian, luego se volverá a lo de antes, no puedes estar pensando en eso porque te volverías loco”, precisa.

 

Tras pasar por el desencanto, llega un recuerdo a la figura del Rey Ricardo, “un personaje que ha existido miles de veces en la historia, y todavía sigue ahí”, y una llamada aparentemente reflexiva a la Revolución: Los motivos son más que evidentes, ya no vivimos en los años 20, se hunde el barco, se marcha la gente... Y antes de agregar etiquetas, el autor de las letras aclara: “A la hora de hacer canciones tú puedes elegir crear tu propio mundo o hablar de lo que te rodea, pero no es nuestra intención hacer canción protesta ni política, solo usar lo que tienes cuando bajas a la calle para plantearte ciertas cosas”.

Y de tanto salir a la calle no queda otra que permitir la descarga libre de León Benavente en la web de Marxophone, “porque no tiene sentido blindar el disco, quien quiera se lo va a comprar o vendrá a los conciertos”, comenta Luis, responsable además de la composición de los temas.  Puedes elegir crear tu propio mundo o hablar de lo que te rodea

De conciertos por ahora solo cuentan con cuatro fechas cerradas: el 7 de junio en El Explosivo de Zaragoza, el 8 en El 21 de Huesca y el 13 harán la presentación oficial en el Teatro Lara. La escena, con ese ambiente romántico, es “una gran manera de ver un concierto, estás sentado y te concentras más en ello”, apunta Abraham. Lo malo, bromea Luis, es “que no se puede beber en el patio de butacas”. Pues eso, como dice el vocalista, que en un teatro se presta más atención “y no se está a otras cosas”. 

Solo era un inciso antes de contar que también pasarán por el festival Sonorama en agosto. Pero la gira, la de verdad, vendrá a partir de septiembre y octubre. Desde el centro de la península, arrancan un viaje que empezó, por casualidad, en esa tierra de nadie localizada entre León y Benavente, donde cuentan que Luis Rodríguez se quedó tirado con el coche. Y de ahí, el nombre. 

Curtiditos en el escenario pero nuevos como conjunto. Acaba de despegar León Benavente, uno de esos supergrupos que prometen pegar fuerte desde su primer trabajo. Una banda formada por músicos procedentes de diferentes extremos de la península y que han ido a juntarse en Madrid, fruto de la casualidad pero también del trabajo musical compartido durante muchos años. Caracteres diferentes homogeneizados detrás de unas gafas de sol, y trayectorias musicales distintas que, al chocar, han dado lugar a uno de los trabajos más redondos del pop indie español de este año. León Benavente es su primer álbum, en el que proponen un viaje protagonizado por unas letras llenas de rabia, un poco de sangre y revolución.