“La insolencia de este Gobierno no tiene ningún precedente”

QUIJOTE POR ASPIRACIÓN

El cine de autor más arriesgado puede darle a José Sacristán su primer Goya. Sacristán, cofundador de la Academia de Cine en 1985, nunca había sido nominado hasta ahora. Suena inverosímil, pero no parece llevarlo mal: “El resentimiento es fatal para el hígado”, afirma con retranca. En 'El muerto y ser feliz' se pone en la piel de un veterano asesino a sueldo afincado en Argentina que, devorado por los tumores, inicia un periplo en coche sin rumbo fijo. Todo bajo la batuta de uno de los cineastas más heterodoxos del nuevo cine español: Javier Rebollo. Duelo de titanes.

Es su primera nominación. ¿Se pone uno nervioso a estas alturas?

No exactamente. Estoy más bien expectante. También agradecido y encantado, pero nervioso no.

Usted es uno de los fundadores de la Academia. Entonces no tenía ni de broma el tirón actual. ¿Alguna anécdota dolorosa sobre la falta de medios con la que arrancaron?

Era una tras otra. Como vicepresidente recuerdo tener que mendigar para poder pagar las facturas de teléfono. Para colmo todo el mundo nos ponía a parir. Todo era una mierda, decían a coro, dando la razón a Fernando Fernán Gómez: el pecado de los españoles no es la envidia sino el desprecio, solía afirmar. Estoy orgulloso de que aquel tránsito nos haya llevado a donde estamos ahora. 

Dice que vio parecidos entre este asesino a suelo y uno de sus personajes más recordados: el de Cara de acelga (José Sacristán, 1986).

El chaval de Cara de acelga podía haber acabado perfectamente de matón de los milicos por puro despiste: era un pobre diablo un tanto confuso. Pero quizás la conexión entre ambos es más emocional que otra cosa.

¿Qué clase de persona es Javier Rebollo?

¡Menuda preguntita! Es un chaval formidable, listo y con una gran cultura. Es pura emotividad… lo que a veces le juega malas pasadas. A mí a veces me pasa lo mismo. Rebollo y yo tenemos un alma de portera que no nos la merecemos.

El cine sufrió en 2012 unos cuantos varapalos desde las administraciones: recorte de las ayudas y subida del IVA. ¿Qué le parece?

Un atropello. Las autoridades nunca han tenido mucha sensibilidad hacia el cine en este país, todo hay que decirlo, pero la insolencia con la que opera este Gobierno no tiene precedentes. Con la impunidad que otorga la mayoría absoluta están mostrando un desprecio total hacia la sanidad, la educación y la cultura.

¿Qué opina de la sucesión de escándalos de corrupción de los últimos días?

Esta gentuza no ha venido en naves espaciales. Son españoles, como tú y como yo, salen de esta sociedad. No digo que todos tengamos la misma responsabilidad, porque no es así, pero sí que convendría hacer una reflexión colectiva en profundidad. No basta con demonizar.

Ahora gobierna el PP pero ¿qué parte de culpa tiene la izquierda oficial?

Muchísima. Una responsabilidad enorme. Ser de izquierdas es una gran responsabilidad. La derecha tiene la patria, la familia, la banca y la sacristía. Sus votantes son feligreses: tienen fidelidad a unos principios. Así es difícil tener sentimiento de culpa: pasa uno por el confesionario y tema resuelto. Pero cuando la izquierda pierde el norte y se corrompe, el daño es mayor. La izquierda ha estado practicando el socialismo de salón todos estos años. ¿Qué autoridad moral tiene ahora la izquierda para levantar esto?