Los recortables de la Guerra Civil en una exposición

La exposición Recortables de la Guerra Civil (1936-1939) muestra en el Museu d'Història de Catalunya de Barcelona 105 recortables de la época para explicar "la paradoja" que relaciona el juego de los niños con el conflicto bélico y para evidenciar cómo estos instrumentos de papel se utilizaron como arma ideológica por parte de los dos bandos.

 

Los recortables se podrán ver desde mañana hasta el 24 de septiembre, y forman parte de la colección privada de Francesc d'Assís López, que incluye más de 6.000 piezas. López, comisario de la exposición, destacó "el maniqueísmo evidente en toda guerra", y añadió: "Mientras los niños jugaban en color, veían las noticias en blanco y negro".

 

La muestra no se limita a los tres años de la Guerra Civil, ya que abarca desde la proclamación de la II República hasta el fin de la II Guerra Mundial. El recorrido empieza con un diorama de la plaza de Sant Jaume de Barcelona el 14 de abril de 1931, y continúa con una serie de recortables sobre la preparación de la revuelta militar.

 

López explicó que mientras que los recortables republicanos estaban dedicados a ensalzar figuras como las de Durruti y el general Miaja, los del bando nacional ponían más énfasis en el aparato militar y armamentístico. Un ejemplo son los grandes recortables del crucero Canarias y de aviones de la legión Cóndor, como el Angelito, que participó en el bombardeo de Guernika.

 

Diferencia de sexos

 

Los recortables también ponen de manifiesto la diferencia entre sexos, ya que para las niñas eran de muñecas y sus vestidos. El ropero de Rosita, Maria Victoria enfermera y Paquito al servicio de España comparten protagonismo con el recortable de una inocente Shirley Temple caracterizada de falangista.

 

Además de todo tipo de milicias, ejércitos, y armas, la exposición también recoge maquetas que muestran algunos de los momentos clave de la contienda. Destaca por sus dimensiones el diorama Batalla de Madrid, probablemente editado en Barcelona entre 1936 y 1937 como ejemplo de solidaridad de Catalunya con el pueblo de Madrid.

 

López explicó que el material de los recortables republicanos es de peor calidad y más efímero que el de los franquistas, porque se hacían "a toda prisa". Además, a medida que el bando nacional avanzaba por los núcleos impresores (Zaragoza, Granada y Vitoria) las imprentas seguían reproduciendo las mismas piezas que antes, simplemente cambiaban el color de las banderas.

 

La muestra Recortables de la Guerra Civil (1936-1939) forma parte del ciclo de exposiciones que el Museu d'Història de Catalunya organiza para celebrar el 70 aniversario del fin de la guerra, y que concluirá en diciembre, con una muestra sobre las relaciones de la Iglesia con el Estado en la II República y el Franquismo.