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Los madrileños evocan su Día de la Independencia
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Los madrileños evocan su Día de la Independencia

Goya elevó a la categoría de mito popular el levantamiento del 2 de mayo de 1808. Su desgarradora visión de lo acontecido hace ahora dos siglos

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Los madrileños evocan su Día de la Independencia

Goya elevó a la categoría de mito popular el levantamiento del 2 de mayo de 1808. Su desgarradora visión de lo acontecido hace ahora dos siglos ha convertido aquella sangrienta jornada en motivo de orgullo patriótico y exaltación nacional. La tarde en la que el populacho de Madrid armado como pudo reclamó heroicamente, por primera vez, conceptos como soberanía, nación o libertad. Por eso, para conmemorar como se precia su castizo Día de la Independencia, la capital se viste de gala para rendir tributo a los anónimos milicianos que lucharon con valentía y arrojo contra un ejército que traía las luces de la Ilustración a base de bombazos.

“No fue un alzamiento masivo de toda una nación, sino que en principio se sublevaron los rufianes, los humildes y los pobres dando una lección de dignidad y decencia” recordó ayer el escritor Arturo Pérez Reverte, comisario de una de las principales exposiciones que dedica Madrid al 2 de mayo. Una celebración sobre la que Comunidad y Ayuntamiento han decidido rivalizar por ver quién cautiva más al gran público en la recreación de aquel sangriento episodio nacional.

La exposición municipal “Madrid, 1808” retrata a través de planos, cartografías, manuscritos originales y cuadros representativos cómo vivieron los madrileños la rebelión contra los franceses. Mientras, la muestra encargada por Esperanza Aguirre propone un viaje sensorial al pasado para revivir las primeras horas del levantamiento en el que un gran espectáculo de imágenes, luz, sonido y olores consiguen recrear la atmósfera agobiante y el ambiente guerrero que instauraron las gentes del pueblo de Madrid. Dos de mayo hasta hartarse “no para evocar con nostalgia”, señaló ayer Alberto Ruíz Gallardón, sino para conmemorar “con respeto y admiración lo que esos madrileños hicieron por Madrid y por toda España”.

Gallardón y "El rey Plazuelas"

Una insurrección que tal y como explicó el alcalde “causó daños irreparables” en la ciudad como la destrucción del Casón del Buen Retiro, antiguo palacio de la familia real española. Gallardón, sin embargo, aprovechó su intervención ante los periodistas para rendir también un digo tributo a José Bonaparte, el monarca interpuesto por Napoleón, que fue a su juicio “un buen hacedor de la ciudad”. A él se deben, por ejemplo, la Plaza de Oriente y otras tantas plazas del casco antiguo que le valieron a Pepe Botella el sobrenombre de “el rey plazuelas”.

La exposición de Gallardón, compuesta de dos apartados y que se puede visitar en el Museo de Historia (calle Fuencarral) y en el Centro Cultural del Conde Duque refleja, por un lado, los hechos más significativos de la contienda vistos desde la perspectiva de la ciudad de Madrid a través de 190 obras como manuscritos, cuadros y trajes de la época. Mientras que, por otro lado, afronta las consecuencias que la contienda tuvo sobre el desarrollo cartográfico de la ciudad, al tiempo que descubre al visitante el Madrid de 1808, cuando era casi un pueblo de 160.000 habitantes.

De una forma mucho más detallada, jornada a jornada, podrán revivir el 2 de mayo aquellos que decidan acercarse a la muestra del Centro Cultural de Canal dirigida por Pérez Reverte, que se estructura en siete ámbitos y que sigue un código de colores. Así, por ejemplo, el escenario de color crudo muestra los antecedentes del levantamiento, el amarillo de bajo tono representa la insurrección del pueblo, el naranja, la guerrilla urbana y el morado y negro, el paisaje de la batalla y la memoria de los caídos. Según Esperanza Aguirre, la exposición es “una magnífica recreación de una jornada muy importante para Madrid a la que los españoles, además de sacar a la luz ese sentimiento latente de pertenencia a una nación también tomaron conciencia de que esa nación les pertenecía”.

Goya elevó a la categoría de mito popular el levantamiento del 2 de mayo de 1808. Su desgarradora visión de lo acontecido hace ahora dos siglos ha convertido aquella sangrienta jornada en motivo de orgullo patriótico y exaltación nacional. La tarde en la que el populacho de Madrid armado como pudo reclamó heroicamente, por primera vez, conceptos como soberanía, nación o libertad. Por eso, para conmemorar como se precia su castizo Día de la Independencia, la capital se viste de gala para rendir tributo a los anónimos milicianos que lucharon con valentía y arrojo contra un ejército que traía las luces de la Ilustración a base de bombazos.