Se publican las cartas de Zenobia Camprubí a Juan Ramón Jiménez en el 50º aniversario de su muerte

Esta próxima semana se cumple el 50 aniversario de la concesión del Premio Nobel a Juan Ramón Jiménez y también el cincuentenario de la muerte de la que fuera esposa del poeta, Zenobia Camprubí, y entre las actividades que se llevarán a cabo destaca la presentación de un volumen inédito del epistolario de Zenobia.

Zenobia Camprubí. Epistolario 1.Cartas a Juan Guerrero Ruiz (1917-1956) es el título de este voluminoso libro, de casi 1.500 páginas con 693 cartas, que ha sido editado por la profesora y antigua discípula de Juan Ramón Graciela Palau de Nemes, y por la también profesora y experta en la pareja Emilia Cortés Ibáñez. Editado por la Residencia de Estudiantes, se presentará el próximo siete de noviembre.

Un libro que es todo un acontecimiento porque, según explica a Efe Emilia Cortés, es mucho "más revelador" que los diarios de Zenobia, ya que en éstos la mujer de Juan Ramón, por su educación y porque era muy hermética, no cuenta nada de su intimidad ni de cómo van evolucionado los dos, "son más bien un desahogo ante la desdicha del exilio, de estar fuera con Juan Ramón enfermo", matiza.

"Sin embargo, aquí, en estas cartas -continúa-, ella se explaya, se muestra muy suelta porque le encanta escribir y va contando a Juan Guerrero Ruiz la vida que llevan, el desarrollo de cómo se va produciendo la obra de J.R., los artículos que ha publicado, su vida desde 1936 hasta 1956, fecha en la que ella murió".

Casi 700 cartas que Zenobia escribe a Juan Guerrero Ruiz, amigo íntimo de la pareja, y según Cortés "su valedor, su mano derecha y amigo de confianza, quien les mandó al exilio todos los manuscritos y todo el material que se dejaron aquí, además de los libros y lo que le iban encargando"; un hombre de leyes y editor que era muy conocido entre la generación del 27 y que Juan Ramón conoció el mismo año que a Zenobia, en 1913.

El libro incluye tan sólo 34 cartas correspondientes al período de 1917 a 1936 porque en esta etapa española entre los amigos hay más llamadas telefónicas que cartas. Guerrero Ruiz ya publicó un libro con estas llamadas con el nombre Juan Ramón de viva voz. El resto de la correspondencia va de 1936 hasta la muerte de Zenobia.

"Ella era la amanuense pero lo hacía por los dos. Era una mujer admirable, alegre, infatigable, trabajaba todo el día, y en las cartas le pedían libros para leer, porque los dos eran lectores voraces, o para regalar, porque también eran muy generosos y, por ejemplo, a tantos médicos que trataban a J.R. -porque el poeta estaba enfermo de depresión-, y nunca les querían cobrar, les regalaban libros".

Y Zenobia también mandaba a la familia de Guerrero (eran tiempos duros de guerra y posguerra) azúcar, penicilina, insulina, plumas estilográficas, café, harina o medias de nylon para las hijas y esposa del amigo. Una correspondencia de gran valor testimonial, muy rica, amena y desnuda, que tuvo que pasar la censura. Algunas de las cartas están cruzadas con una línea en rojo, que significaba vista por el censor, y en un momento Zenobia escribe: "Bueno, lo dejo, no escribo más, porque, si no, el censor se va a cansar".

A este primer volumen, que incluye ilustraciones y más de 800 notas a pie de página, le seguirá un segundo, que ya están preparando ambas profesoras y que mostrará la emotiva correspondencia de Zenobia con su madre, y con otros amigos, además de con su sobrino Paco, padre de la actual valedora y heredera de J.R., Carmen Hernández Pinzón, con quien se sincera sobre la enfermedad de Juan Ramón, o con Graciela Palau de Nemes, casi la única a la que le habla en su último diario de su propia enfermedad, del cáncer que ella padecía.