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“Me han hecho alguna que otra proposición indecente”
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DIEZ PREGUNTAS CACHONDAS A… MARBELYS ZAMORA

“Me han hecho alguna que otra proposición indecente”

A pesar de haber pasado las noches muertas en Marte, dentro de la nave marciana de Javier Sardá, Marbelys Zamora era hasta el año pasado probablemente

Foto: “Me han hecho alguna que otra proposición indecente”
“Me han hecho alguna que otra proposición indecente”

A pesar de haber pasado las noches muertas en Marte, dentro de la nave marciana de Javier Sardá, Marbelys Zamora era hasta el año pasado probablemente  una desconocida. Y quizá a estas alturas lo sigue siendo entre los habituales de los viajes del Inserso. Sin embargo, se ha convertido en uno de los personajes más populares entre la chavalería de este país; la misma que convirtió Fama ¡a bailar!, el reality buenrollista que emitió Cuatro la temporada pasada, en todo un fenómeno de masas. Muy pronto el espacio estrena su segunda edición, en la que esta guapa cubana se disfrazará de nuevo de señorita Rottemeier para impartir clases de baile a un nutrido grupo de aspirantes a alcanzar… la fama.

EL CONFIDENCIAL: ¿Es usted consciente del efecto que causan sus movimientos en el espectador?

MARBELYS ZAMORA: Pues no lo he sido del todo nunca, sinceramente. Apenas tengo vida social cuando trabajo en Fama. Eso sí, un día leí lo que los foreros escribían en algunas páginas Web en las que se hablaba de mí y pensé: “Dios, esta gente me quiere violar”.

EC: ¿No será que el realizador del programa le hace demasiados planos cortos?

MZ: No sé, no sé. Sinceramente, no he visto jamás el programa desde casa. No tengo  tiempo. Pero quizás le tenga que echar una bronca a alguien (ríe). De todos modos, el baile es sensual. A veces una coreografía te exige que salgas más tapada y a veces menos.

EC: ¿Y cómo se siente usted más cómoda: más o menos tapada?

MZ: Yo me siento igual de cómoda con unos vaqueros ajustados y unos taconazos que con un chándal y una gorra.

EC: ¿Imparte usted otro tipo de clases a parte de las de baile?

MZ: No. Lo cierto es que a lo largo de mi vida me he dedicado a aprender más que enseñar.

EC: ¿Y alguno de los muchos profesores que habrá tenido le ha hecho alguna vez una proposición indecente?

MZ: Me han hecho alguna que otra proposición indecente. Bueno, indecente del todo no: con respeto. Alguna vez se me han insinuado, porque yo soy muy abierta, muy espontánea.

EC: Esa espontaneidad le llevó a Crónicas Marcianas, su primera ‘escuela’. ¿Qué aprendió de Sardá?

MZ: Sardá es un comunicador genial, al que yo observaba mucho. Es también una pasada como compañero, como amigo y como jefe. En Crónicas éramos una familia. He sido muy feliz a lo largo de esos años y he aprendido mucho.

EC: Ahora que es usted la profesora, le propongo un examen: ¿Sabe lo que es el Euribor?

MZ: ¿El Euribor? Mi mayor quebradero de cabeza. (Ríe).

EC: Vaya, todos creíamos que la gente que trabaja en la tele no tiene hipoteca…

MZ: Yo tengo hipoteca como todo el mundo. La tele está bien remunerada, no lo voy a negar, pero no da para tanto. Lo que ocurre es que a mí este mundo me encanta. Y no he perdido un ápice de mi intimidad trabajando en este medio. Aunque tampoco tengo nada que esconder, la verdad.

EC: En eso estamos todos de acuerdo. ¿Es usted la prueba de que se puede ser guapa y al mismo tiempo saber lo que es el Euribor?

MZ: Por qué no. No considero que yo… pero me ruborizo cuando me dicen estas cosas. De todos modos, a mí lo que me interesa es aprender, mejorar, crecer, viajar…

EC: ¿Y se puede llegar muy lejos bailando?

MZ: Depende del paso. Depende de cómo lo hagas. También del camino que elijas, claro. Pero sea cual sea ese camino, para triunfar en esto lo que está claro es que hay que viajar mucho.

A pesar de haber pasado las noches muertas en Marte, dentro de la nave marciana de Javier Sardá, Marbelys Zamora era hasta el año pasado probablemente  una desconocida. Y quizá a estas alturas lo sigue siendo entre los habituales de los viajes del Inserso. Sin embargo, se ha convertido en uno de los personajes más populares entre la chavalería de este país; la misma que convirtió Fama ¡a bailar!, el reality buenrollista que emitió Cuatro la temporada pasada, en todo un fenómeno de masas. Muy pronto el espacio estrena su segunda edición, en la que esta guapa cubana se disfrazará de nuevo de señorita Rottemeier para impartir clases de baile a un nutrido grupo de aspirantes a alcanzar… la fama.