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Trucos para cortar una cebolla sin llorar, explicados por la ciencia
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Trucos para cortar una cebolla sin llorar, explicados por la ciencia

La cebolla es uno de los vegetales más sabrosos. Sin embargo, tiene un efecto secundario que provoca que muchas personas no la cocinen: el molesto picor de ojos

Foto: La cebolla es un alimento sabroso pero que a nadie le gusta cocinar por el escozor que causa. (CC/Andrew C.)
La cebolla es un alimento sabroso pero que a nadie le gusta cocinar por el escozor que causa. (CC/Andrew C.)

La cebolla es uno de los vegetales más sabrosos, que puede añadirse a gran cantidad de platos para darle un toque de frescura y sabor, incluso dulce en el caso de que la caramelicemos. Sin embargo, tiene un grave efecto secundario que provoca que muchas personas intenten mantenerse lejos de ella como sea, o mejor aún, que sea otro quien la prepare: provoca un molesto escozor de ojos y lagrimeo a quien la está cortando que puede derivar, en el peor de los casos, en un accidente al no poder ver bien qué nos traemos entre manos.

Esto se debe al sulfóxido de tiopropanal, un gas que actúa como agente lacrimógeno. Al romperse las capas de la cebolla, se liberan unas enzimas conocidas como alinasas, que se descomponen en ácidos sulfénicos, captados por la nariz mientras cortamos el vegetal, y que provocan la tan molesta irritación.

Hay varios consejos de la abuela que pueden ayudarnos a evitar este molesto escozor, y que han recogido páginas como Directo al paladar o Eroski Consumer. Muchos de ellos son de sentido común, como utilizar un cuchillo afilado para cortar la cebolla, puesto que un corte limpio impide que se liberen un gran número de moléculas o evitar que la tabla se encuentre de forma perpendicular a nuestra cara, ya que los gases ascienden de forma vertical.

Otros son menos intuitivos pero igualmente útiles, como enfriar la cebolla introduciéndola en el congelador o garantizarnos de que esta se encuentra mojada, lo que impide que se liberen los ácidos, algo que podemos conseguir introduciendo el alimento en un barreño de agua o mojando el cuchillo. Algunas alternativas pasan por cortar de forma transversal la cebolla en el mismo sentido de sus capas para retirar con facilidad la piel exterior o untar el filo con un poco de vinagre.

¿Cuánto tiempo tardas en llorar?

Aparte de estos métodos naturales, la colaboradora de Scientific American Janet D. Stemwedel ha intentado desarrollar su propia investigación para evitar el lagrimeo ocasionado por la cebolla, como ha explicado en un artículo publicado en dicha revista. El método seguido por la autora es muy sencillo: se trata de comprobar en su propia piel cada uno de los diferentes trucos para mantener al margen las lágrimas. Para ello, Stemwedel cronometró cuánto tiempo era capaz de aguantar el escozor con cada uno de los métodos.

La autora dejaba pasar entre dos y cinco minutos entre cada test, de forma que pudiese recuperarse completamente de la irritación antes de seguir adelante. De esa forma, podría establecer un ranking de los métodos más útiles, al menos para ella, puesto que sugiere que quizá este método no funcione de la misma forma para todas las personas. Curiosamente, todos ellos parecían ser útiles en menor o mayor grado, pero la que se llevó la palma es uno de los trucos más habituales y también de los más polémicos: llevar unas gafas de bucear, en apariencia un truco inútil porque las moléculas pueden ser también absorbidas por la nariz.

¿Cuáles fueron los métodos más eficaces?

  • Introducir una rebanada de pan en la boca (46 segundos).
  • Introducir una cuchara de metal en la boca (62 segundos).
  • Tener una vela cerca de la tabla de cortar (80 segundos).
  • Cebolla enfriada en el congelador (86 segundos).
  • Un ventilador soplando al lado de la tabla de cortar (106 segundos).
  • Gafas de bucear: desaparece el escozor por completo.

Como explicaba la autora, las gafas parecen una buena barrera entre las molestas alinasas y nuestros ojos. También resultaba útil conseguir que las moléculas siguiesen un curso diferente a la ascensión hasta nuestra cara, como se consigue a través del ventilador o la vela, que supuestamente, atrae hacia sí los químicos. ¿Y eso de introducir una cuchara o pan en nuestra boca? Stemwedel afirma que funciona, pero no sabe muy bien por qué, así que anima a la ciencia en profundizar en el aún opaco universo del picor causado por el allium cepa.

La cebolla es uno de los vegetales más sabrosos, que puede añadirse a gran cantidad de platos para darle un toque de frescura y sabor, incluso dulce en el caso de que la caramelicemos. Sin embargo, tiene un grave efecto secundario que provoca que muchas personas intenten mantenerse lejos de ella como sea, o mejor aún, que sea otro quien la prepare: provoca un molesto escozor de ojos y lagrimeo a quien la está cortando que puede derivar, en el peor de los casos, en un accidente al no poder ver bien qué nos traemos entre manos.

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