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Las cinco razones psicológicas por las que los hombres llevan barba
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LOS PERCIBIMOS DE FORMA DIFERENTE

Las cinco razones psicológicas por las que los hombres llevan barba

El vello facial, al igual que el tipo de peinado, altera de forma radical la percepción que tenemos de los demás, según concluyen la mayoría de estudios

Foto: Celebrities y modelos se han sumado a la moda de llevar barba.
Celebrities y modelos se han sumado a la moda de llevar barba.

La barba está de moda. Primero fueron los perroflautas que promulgaban la ‘revolución de los barbudos’, luego los hipsters que decretaron la dictadura de lo vintage (¿o fue al revés?) y, para rematar, se sumó toda la masa social que no quiere perderse la etiqueta de ‘moderno’. Las corrientes estéticas son pasajeras, y la costumbre entre los hombres de llevar o no barba, pendientes o piercings, no deja de responder a una moda más. Sin embargo, siempre existió un considerable segmento de población masculina con barba que, además de llevarla por una oscura razón histórica, existetambién una serie de razones psicológicas para ello.

El vello facial, al igual que el tipo de peinado, altera de forma radical la percepción que los demás tenemos de sus portadores, según sostienen la mayoría de estudios psicológicos. La apariencia importa y los juicios de valor que realizamos a primera vista sobre las personas que no conocemos dependen en buena medidade ello. Entonces, ¿qué es lo que trasmite la barba y por qué la llevan los hombres? Si realizamos una recopilación de las principales conclusiones a las que han llegado diversas investigaciones, existen cinco respuestas clave.

1. Estatus social

La mayoría de gente relaciona la barba con una señal de respeto, poder y, por tanto, con una posición social más elevada. Esta es una de las principales conclusiones del estudio llevado a cabo por los psicólogos Barnaby Dixsony Paul Vasey. Para llegar a estos resultados, recogidos en una investigación publicada en la revista científica Behavioral Ecology, los autores fotografiaron a un grupo de personas de diferentes culturas, primero con barba y luego afeitados. Posteriormente, mostraron los retratos a más de 200 mujeres para que las clasificaran en base al estatus social que les sugerían los fotografiados con expresiones neutrales. Las fotos de personas con barba obtuvieron puntuaciones significativamente superiores a los que mostraban a personas afeitadas.

El vello facial, al igual que el tipo de peinado, altera de forma radical la percepción que los demás tenemos de sus portadores

Otro estudio anterior, publicado en la revista de la Britain’s Royal Pharmaceutical Society, ya había llegado a unas resultados similares, al comprobar cómo, por estadística, el número de barbudos en las universidades del Reino Unido ascendía porcentualmente a medida que aumentaba el peso del cargo en la institución académica. Es decir, entre el profesorado adjunto había más personas con barba que entre los doctorandos, pero menos que entre el cuerpo de catedráticos.

2. Fortaleza y agresividad

En el mismo experimento llevado a cabo por Dixson y Vasey se fotografió a los participantes, tanto con barba como afeitados, mostrando expresiones faciales de felicidad y enfado. Luego se mostraron a un grupo de hombres de diferentes países, que juzgaron como más agresivos y fuertes a los que portaban barba.

Psicólogos de la Universidad de Northumbria publicaron en la revista Personality and Individual Differences un estudio similar, sólo que con los juicios de mujeres, llegando a las mismas conclusiones. Las participantes juzgaron que las personas afeitadas tenían menos atributos de masculinidad al tiempo que eran más dóciles que sus pares con barba.

placeholder Fotografías utilizadas para el estudio de B. Dixson y P. Vasey (Behavioral Ecology)

3. Madurez

La ciencia poco tiene que explicarle a los adolescentes sobre la madurez que imprime la barba a primera vista. Sin embargo, resulta que el vello facial siempre hace que los demás perciban a quien la lleva como más mayor de lo que es, sin importar la edad. Concretamente, de media se le echan dos años de más a los barbudos, como también concluye el estudio de los psicólogos Vasey y Dixson.

4. Salud

Los biólogos evolucionistas William Hamilton y Marlene Zuk concluyeron en un estudio publicado en la prestigiosa revista Scienceque llevar barba era un modo de demostrar el buen estado de salud. Esto es porque, históricamente, el vello facial era un caldo de cultivo para los parásitos y, por ende, motivaba el desarrollo de diferentes infecciones. Desafiar estos peligros llevando barba, explican, era una forma de demostrar la fortaleza del sistema inmune.

5. Confianza

El biólogo evolucionista israelí Amotz Zahavi, explica en su libro más famoso, que dio nombre al conocido Principio del Handicap, que las barbas son una señal de la competitividad masculina. De acuerdo con su teoría, la barba es uno de los hándicaps de los hombres a la hora de enfrentarse físicamente contra otros hombres, al igual que el pelo largo, pues es fácil neutralizar a un rival tirando del pelo. Por tanto, llevarla era una señal de autoconfianza en las habilidades belicosas y en el estado físico. Lo que no sabemos es si esta teoría se inspiró en los barbudos rabinos de los asentamientos levantados en territorio palestino.

Estas cinco razones psicológicas que animan a los hombres a llevar barba, según ha identificado la psicología, coinciden en su cariz positivo y sólo se encuentran con una contrapartida: los hombres con barba son menos atractivos para las mujeres, según el estudio Beards augment perceptions of men's age, social status, and aggressiveness, but not attractiveness.

La barba está de moda. Primero fueron los perroflautas que promulgaban la ‘revolución de los barbudos’, luego los hipsters que decretaron la dictadura de lo vintage (¿o fue al revés?) y, para rematar, se sumó toda la masa social que no quiere perderse la etiqueta de ‘moderno’. Las corrientes estéticas son pasajeras, y la costumbre entre los hombres de llevar o no barba, pendientes o piercings, no deja de responder a una moda más. Sin embargo, siempre existió un considerable segmento de población masculina con barba que, además de llevarla por una oscura razón histórica, existetambién una serie de razones psicológicas para ello.

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