Cinco planes para recargar pilas en una escapada ‘verde’ a la Región de Murcia

Una buena forma de recargar pilas tras la vorágine de la rutina es una escapada en la naturaleza. Es lo que se conoce como turismo activo y cada vez está más de moda. De hecho, estos viajes a entornos naturales han sido, junto a los de trabajo y tratamientos de salud, los menos afectados por la pandemia, según el informe España en Cifras del INE.

No hace falta desplazarse miles de kilómetros para descubrir parajes que sorprendan. Dentro de nuestras fronteras hay rincones en los que poder disfrutar de unos días de descanso en plena naturaleza. El Parque Regional de la Sierra de Espuña, en la Región de Murcia, es uno de esos puntos patrios que merece la pena conocer. Este denso bosque de pinar se encuentra a unos 40 kilómetros de la ciudad de Murcia y 50 de la costa. Dada la diversidad de su paisaje, hay actividades para todos los gustos: deportivos, familiares, gastronómicos, espirituales, culturales... Además, es el primer espacio natural protegido por la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS) en la provincia. Ahora que el puente de diciembre está a la vuelta de la esquina, te proponemos cinco planes para realizar en Espuña.

1. Deportes de aventura por tierra, aire y agua

La orografía del parque permite practicar multitud de deportes, ya sean de tierra, agua o aire. En las cuevas de la Matea, del Churtal y de la Pólvora es posible hacer espeleología y adentrarse en las profundidades de la sierra. En la localidad de Pliego, además, encontramos la Sima de la Higuera, considerada monumento natural debido a sus dimensiones: es una cavidad de 5.500 metros, con una profundidad máxima alcanzada de 156 metros con respecto a la entrada del pozo y de 82 con respecto a su base.

Seguimos con los deportes de aventura, pero esta vez en la superficie. Las Paredes de Leyva, en el valle homónimo, en pleno corazón de la sierra, son el lugar ideal para practicar escalada. Principiantes y avezados tienen más de 170 vías, algunas de ellas de hasta 200 metros, en estas verticales de caliza gris y naranja, de dos kilómetros de largo y una altura que llega a los 200 metros. Para aquellos que necesiten algo más de adrenalina, les invitamos a descender los barrancos de Lébor y del Ciervo, llenos de rápeles, tirolinas, pasamanos y descensos de hasta 40 metros. Además, en el Barranco del Ciervo discurre una Vía Ferrata (otra modalidad de escalada).

Pero, Sierra Espuña también se puede disfrutar desde el cielo. Si eres de los que no le gusta tener los pies en el suelo, nuestra recomendación es probar el parapente y apreciar las bonitas vistas áreas de la zona. Otra opción, para toda la familia, es un paseo en globo en el Valle del Guadalentín. Y para los que quieran estar más cerca de tierra firme, en Las Alquerías hay tirolinas, rapel, escalada en árbol, slackline y puente mono.

En días más cálidos, te aconsejamos acercarte al pantano de la Cierva y practicar paddle surf. Y si lo que buscas es bajar las revoluciones, es posible tomar clases de yoga en pleno bosque o realizar la actividad Un día con el pastor, en la que te convertirás en un aprendiz de este milenario oficio.

2. Descubrir la sierra pedaleando

Continuamos con los planes deportivos, dedicando un espacio a los pedales. Por un lado, Espubike, una ruta de BBT de 146 kilómetros para recorrer en bici el corazón de la Región de Murcia. Se trata de cuatro etapas que componen un recorrido circular que atraviesa algunos de los parajes más bonitos de la sierra. Podrás descargar mapas interactivos, desniveles, rutrómetros y track desde la propia web. Asimismo, in situ, tienes la opción de alquilar bicicletas y GPS, así como de contar con un guía y asistencia técnica. Si quieres ponerte a prueba, apunta el Desafío Espubike, una ruta oficial que parte desde el Camping de Sierra Espuña, en El Berro. Y de la que te llevarás un obsequio si consigues completarla.

Por otro, para aquellos que disfruten más del asfalto, recomendamos Espuroad, tres rutas de aproximadamente 80 kilómetros que bordean las montañas y atraviesan los pueblos de Sierra Espuña. Todas ellas son circulares, comienzan y terminan en El Berro, y tienen una duración aproximada de cuatro horas. La Perdiz, Collado Bermejo, Pozos de la Nieve, Puerto de Mula, Alto de Espuña, los miradores de Gebas y el del Embalse de Algeciras, Cuestas del Marqués, el humedal del Río Guadaletín o Totana son algunas de las zonas por las que discurren. Además, al ser por carretera, también se pueden recorrer en moto o coche.

3. Ruta de los miradores y otros planes de senderismo

Una buena manera de descubrir este entorno natural protegido es a través de sus miradores. En total son 10 y desde ellos pueden contemplarse las grandes cumbres de Sierra Espuña: el Morrón de Totana y el Pedro López, ambas con casi 1.600 metros de altura sobre el mar. Otros puntos nada desdeñables son la Peña Apartada, el Morrón de Alhama, las Paredes de Leyva y el Morrón Chico, entre los 1.300 y los 1.400 metros de altitud. Buscando estos balcones a la naturaleza, podrás disfrutar de las vistas de pinar del valle del río Espuña, la planicie del valle del Guadalentín o los Pozos de la Nieve, además de caminar junto a una dolina. Nuestro consejo es que hagas esta ruta al amanecer o al atardecer, porque los cambios de luz que se reflejan en las montañas y las copas de los árboles son un espectáculo visual que no puedes perderte. Asimismo, te interesará saber que esta travesía es posible realizarse tanto a pie como en coche y que hay opción de contratar a un guía para que nos cuente las curiosidades de estos lares.

Además de este recorrido, el parque natural cuenta con multitud de rutas de senderismo y trekking para todos los gustos y niveles. Desde caminatas que atraviesan el pinar de las Alquerías o el paisaje lunar de los Barrancos de Gebas, hasta avistar el Mare Nostrum desde el mirador del Pilón y contemplar al anochecer un manto de estrellas, muy difícil de ver en las ciudades. No dejes de pasarte por el Centro de Visitantes Ricardo Cordorniú para más información sobre los senderos que te regalan estas montañas.

4. Avistamiento de aves

Desde 1998, Sierra Espuña es una Zona de Especial Protección de las Aves. Y es que en sus montañas conviven comunidades de águila real y búho real. A estas dos especies les acompañan grandes rapaces como el águila calzada, el halcón peregrino y el azor. Además de estas majestuosas aves, habitan otras de menor tamaño llamadas paseriformes, como son los piquituertos, los escribanos soteños y las collalbas negras. Esta variedad ornitológica es un espectáculo de colores y formas para captar con tu cámara.

5. Ruta de los sabores

No podemos irnos de Sierra Espuña sin probar su cocina. A través de la gastronomía también se pueden descubrir muchos secretos de la zona, caracterizada por sus platos de olla que alimentan cuerpo y alma, como los potajes de prácticamente cualquier tipo (bacalao, albóndigas, hinojos, hojas de cardo, acelgas...); manos de cerdo en salsa o la olla gitana con judías, garbanzos y pencas. También son típicas las migas, las talvinas o el chamorro, elaboraciones sencillas a base de agua, harina y aceite, heredadas de una tradición de trabajo en el campo. En todas ellas su principal secreto es el uso de productos frescos de proximidad.

De hecho, en las huertas de lo que se conoce como Territorio Sierra Espuña, encontramos multitud de hortalizas y frutas, entre las que destacan sus cítricos. De ahí, que en los pueblos de la sierra encontremos en primavera y verano gazpacho, fritos de tomate y pimiento, pipirrana con tomate o menestra de verduras. Tampoco faltan los encurtidos y salazones para disfrutarlos en el aperitivo, o los frutos secos, como las almendras, las nueces y los pistachos. En la sierra se produce, además, aceite de oliva, ya que es una tierra de olivares; así como miel. Y las hierbas aromáticas son las encargadas de aderezar sus platos.

No solo son sabores salados, los más golosos pueden disfrutar del dulce y la repostería con aguamiel, arrope, pan de higos... Y en fechas cercanas a la Navidad, degustar las tortas de Pascua, rollos de huevo, vinagre o anís, pastelillos, mantecados, escaldados, tortas de naranja y chicharrones, torrás al horno, leche asada, alfajores... Una larga lista de delicatessen para degustar en cualquier momento.