La receta para superar la depresión posvacacional: puentes en otoño

31 de agosto, se acabó lo bueno. Llegan la vuelta al cole, los atascos, los madrugones, las prisas… Termina el mejor mes del año y las oficinas vuelven a su actividad habitual, mientras, en tu interior, te das cuenta de que algo no va bien. Sientes pena, nostalgia, miras tu bronceado y piensas que en tres días va a desaparecer. El síndrome posvacacional se apodera de ti.

¡Pero basta! ¡Has pasado unas vacaciones perfectas, y tus fotos lo demuestran! Has descansado, desconectado y la realidad vuelve con mejores noticias de las que crees. Los expertos recomiendan que, para evitar el malestar, regreses unos días antes de tus vacaciones y que regules tu sueño de cara a que el madrugón no sea un drama o que asumas el trabajo sin agobios, poco a poco. Pero los asesores de Pangea The Travel Store te proponen otra fórmula: ¡seguir viajando! Y es que en los próximos meses tenemos algunos de los mejores puentes del año.

Si te faltan ideas, sigue leyendo, porque hacemos un recorrido por los mejores planes para disfrutar las fiestas de El Pilar, Todos los Santos y el Puente de Diciembre:

Berlín no decepciona

La capital alemana rezuma historia en cada uno de los pasos que das, pero más allá del muro y el Checkpoint Charlie, Berlín vibra. Sus calles son museos de arte moderno, los parques se llenan de mercadillos que los 'hipsters' toman cada domingo, y la contracultura ha hecho suyos varios edificios históricos. Berlín esconde algunos de los lugares más buscados por los modernos de todo el mundo: desde los mejores restaurantes veganos a cafeterías escondidas en patios de vecinos. Por eso, nada mejor que calzarse unas zapatillas, recorrer cada palmo y descubrir todos sus secretos.

La agencia de viajes a medida te propone que empieces el puente con una visita guiada a la capital alemana, para situarte y conocer lo más relevante. Pero cuando ya te hayas hecho a ella, atrévete a adentrarte más para encontrar lo que nadie ve. Como, por ejemplo, el acuario cilíndrico más grande del mundo, situado en el recibidor del hotel Radisson Blu. Visita también alguna de las cervecerías artesanas que se encuentran en el barrio de Wedding o prueba la riquísima repostería alemana en un ‘brunch’ de domingo por Mauerpark.

Si tu viaje es durante los meses de noviembre y diciembre, podrás aprovechar para visitar algunos de los mercadillos navideños que se reparten por sus calles. Las luces, el olor a chocolate caliente y los villancicos te devolverán la inocencia y felicidad infantiles.

Cracovia, el último tesoro

Convierte tu puente en un cuento de hadas con una visita a Cracovia. La antigua capital polaca aún no tiene una gran cantidad de turistas, pese a que es una de las ciudades más bellas y una famosa publicación la categorizó dentro de las más amigables del mundo. Así que ponte el traje de príncipe, porque el coche de caballos te estará esperando para llevarte a conocer la Plaza del Mercado, la Barbacana o el dragón que te espera en el castillo de Wawel. La Edad Media nunca se fue de aquí.

No creas que tendrás la oportunidad de aburrirte. Muy cerca de la ciudad puedes visitar las minas de sal de Wieliczka. Se trata de otra ciudad bajo la superficie, donde encontrarás, según el recorrido que hagas, capillas, tiendas y hasta un 'spa' con tratamientos de varios días. Si tienes suerte, podrás presenciar conciertos, representaciones teatrales y más actividades en el interior de la mina. ¡Suena a planazo!

Otra ventaja de Cracovia es que resulta una ciudad barata. La comida y la bebida no supondrán una merma en tu presupuesto. Un estudio de 2016 demostró que Cracovia es la localidad europea más barata para tomarse un tercio de cerveza. Y la cultura soviética nos deja los ‘milk bar’ —¡cuidado con no creerte protagonista de 'La naranja mecánica'!—. Son restaurantes que están a medias entre un comedor universitario y un bufé libre, y donde por muy poco dinero podrás comer grandes raciones de comida tradicional. El viaje ya está organizado, solo falta que te decidas.

Budapest, de lujo

Una visita a la Ópera, un alojamiento en la que fue una de las cafeterías más opulentas de la capital, los tradicionales balnearios… Budapest es sinónimo de lujo, pero te sorprenderá lo asequible que resulta. Y para descubrirlo, nada mejor que aprovechar un puente y plantarte en la capital húngara por unos días. Lo más recomendable es que empieces con una visita panorámica para situarte y conocer algunos de los edificios más imponentes, como el Castillo de Buda, la iglesia de Matías o el parque Varosliget. Acaba el día en el Bastión de los Pescadores, desde aquí podrás ver toda la ciudad a tus pies, y al anochecer las luces te regalarán un bonito espectáculo.

Este es un viaje para derrochar. No dinero, pero sí experiencias. Váci Utca esconde el mayor encanto de Budapest. En esta calle peatonal se amontonan tiendas y restaurantes que te muestran su auténtica personalidad. En uno de los extremos se encuentra la plaza Vorosmarty, que en Navidad se convierte en centro neurálgico gracias al tradicional mercado, y al otro extremo encontrarás el Mercado Central de Budapest. Como en otras ciudades europeas, el mercado se ha reconvertido para convertirse en punto de encuentro para los amantes de la gastronomía, y con unos precios más que ajustados.

Los asesores expertos de Pangea The Travel Store recomiendan cerrar tu visita con un crucero nocturno por el Danubio. A bordo, podrás disfrutar de una cena 'gourmet', pero el mejor regalo son las panorámicas de la ciudad, tanto del lado de Buda como de Pest. Navegando, descubrirás una nueva vista del Parlamento o la preciosa iluminación del Puente de las Cadenas.

Aunque elijamos algunas de las ciudades europeas más sorprendentes para tu próximo viaje, recuerda que también puedes escoger entre las mejores escapadas por España para encontrar rincones en los que disfrutar de tu próximo puente.