Manuel y Jana, ¿preparados para el escándalo? Reacciones a su nuevo compromiso en 'La Promesa'

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Las filas del servicio comienzan a estar más completas en la serie La Promesa, ahora que un nuevo lacayo ha llegado al melodrama de época que La 1 de Televisión Española emite entre semana a las 17:30 horas. En el episodio de este martes, de la producción protagonizada por Ana Garcés, Arturo García Sancho y Eva Martín, entre otros intérpretes, Santos, el hijo de Ricardo Pellicer, ha acudido a la llamada de Rómulo para incorporarse en el equipo. Y su bienvenida ya ha comenzado a abrir las primeras incógnitas sobre el joven.

El episodio ha comenzado con un Alonso indignado por la última conversación que tuvo con Ayala. El conde le dijo que no era él quien llevaba los pantalones en su casa, y que siempre había sido el perrillo faldero de la marquesa. Ayala dijo que solo Margarita podría echarle del palacio, y ahora ninguno de los marqueses tragan al invitado. "En buena hora invitaste a esa escoria", ha pensado Alonso, por lo que Cruz ha arremetido que la culpa de que Margarita siguiese con ellos era de su marido.

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"Ahora toca apaciguar esta casa", ha reflexionado Alonso, sobre intentar sobrellevar lo mejor posible la situación. "¿Sabías que tu padre me imitaba?", ha preguntado el patriarca, después de que Ayala le confesase que el barón se reía de él. Cruz lo ha negado, con una ligerísima sonrisa en la boca.

En la planta del servicio, Petra ha detenido al señor Pellicer. La doncella de la marquesa ha aprovechado para criticar a Pía. "Entre usted y yo, ella no merece ocupar su puesto", ha machacado la pérfida madre de Feliciano, alegando que sus tareas tendrían que haber recaído en ella.

Manuel ha dejado caer a Jana que quizás deberían terminar con su historia

El mayordomo, lejos de posicionarse con Petra, le ha reprochado que hablase mal de la señora Adarre y tuviese cero empatía con ella y sus problemas con Dieguito, con quien había renunciado convivir para desempeñar su trabajo. Si había alguna duda de si Ricardo apoyaría a Petra en su conquista por el puesto de ama de llaves, esta incómoda conversación ha terminado con ella.

La llegada de Santos

Por otro lado, Vera le ha reconocido a María Fernández que el dinero que finalmente se quedó la marquesa era, en realidad, suyo. O mejor dicho, del ladrón de su padre. La criada ha pensado aquello de "quien roba a un ladrón, cien años de perdón", pero la nueva criada ha lamentado haber perdido a Lope por aquella mentira. María ha intentado consolar a la chica diciéndole que quizás podría recuperar al cocinero, pero Vera ha mantenido que no quería hacerle más daño al ayudante de Simona y Candela.

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Por la puerta del servicio ha aparecido el nuevo lacayo contratado por Rómulo, que ha sonreído a las primeras criadas con las que se ha cruzado. Rómulo ha dado la bienvenida al señor Pellicer, es decir, el hijo de Ricardo. Santos ha acuciado lo lejos que estaba el palacio de la capital, y lo aburrido que sería vivir allí. "La Promesa no es como me figuraba", ha dicho el soberbio chico, esperando que aquella casa tuviese más categoría.

"Tenemos lacayo nuevo en La Promesa", ha anunciado María a Vera, "y es guapo a reventar". Vera ha preguntado a su compañera por qué le interesaba tanto conocer al chico, si ya estaba emparejada, y la chica ha contestado que a nadie le amargaba un dulce. Vera ha pensado que para saber si un dulce amargaba, había que probarlo. ¿Se interpondrá Santos entre Lope y Vera?

Por su parte, Lope ha dicho a Vera que tenían que hablar, aunque la sirvienta no quería hacerlo. "No es justo", ha dicho el cocinero, "no puedes tomar una decisión por mí y menos con la excusa de hacerme daño". La decisión de Lope era apostar por ellos, con un "te quiero", y sufrir en el futuro si acaso era necesario. "Por favor, no me apartes de tu vida", ha suplicado el chico, motivo por el que Vera le ha devuelto un romántico beso en los labios.

Una declaración pública

De nuevo en la planta noble, Ayala relataba historietas frente a los marqueses, Martina y Margarita, aunque la viuda de Fernando era la única que le escuchaba con atención. Alonso ha propuesto hacer un alto en la conversación, para pedir que cada familiar pusiera de su parte para mejorar la convivencia entre ellos. Martina ha dicho que no contase con ella, pues se negaba a llevarse bien con el "indeseable" que intentaba seducir a su madre delante de ella.

Ayala ha proclamado de manera pública: "Me he enamorado de usted"

Ignacio ha reprochado a Martina que le negase a su madre la oportunidad de ser feliz, y que solo a él le importaba que Margarita lo fuese, "por la sencilla razón de que me he enamorado de usted", ha proclamado de manera pública. Margarita no ha sabido dónde meterse. ¿Le responderá con el mismo entusiasmo delante de todos?

En un rincón del patio, Manuel y Jana se han encontrado para hablar de lo culpables que se sentían por amarse. "Tal vez ha llegado el momento de dejar de remar contra la corriente", dejando caer que quizás deberían terminar con su historia. "¿Rendirnos?", ha pronunciado Jana, incrédula. Manuel ha rectificado, y ha comentado que en sus sueños volvía a aquella playa donde lanzaron un mensaje al mar.

"Lo único que tendríamos que hacer es sacar la nota que escribimos y hacerla posible", ha comentado Manuel, a lo que Jana le ha dicho que la corriente de la sociedad solo había que lucharla, pero que la corriente importante era la de su amor. "Contra esa no se puede luchar", ha afirmado Jana, a lo que Manuel, antes de besarla con gran pasión, ha respondido, "Solo hay que dejarse arrastrar por ella". ¿Están dispuestos Manuel y Jana a vivir su amor sin ataduras ni miedo al gran escándalo que ello puede suponer?