Una actriz de 'The Crown' cuenta el "alarmante" y "desgarrador" momento que vivió al participar en 'Friends'

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Por la famosa sitcom Friends ha pasado una larga lista de estrellas invitadas. Intérpretes como George Clooney, Julia Roberts o Charlton Heston han regalado algunos cameos que han aportado una frescura muy particular a la ficción emitida por la NBC. Después de que la reunión de amigos en Central Perk se convirtiera en reclamo mundial y ya forme parte de la historia de la pequeña pantalla, una actriz ha revelado su experiencia en su paso por la ficción icono de los 90.

Olivia Williams, la actriz que ha captado la atención de los suscriptores de Netflix por su interpretación de Camilla Parker-Bowles en la serie The Crown, ha relatado su incómodo paso por Friends. La británica ha resaltado un detalle que corrobora que las leyendas que a veces se han contado sobre los rodajes no están tan alejadas de la realidad. A pesar de las risas que dejaba en su trayectoria y el buen producto audiovisual que tenían entre manos, lo que quedaba latente es que la serie creada y producida por Marta Kauffman y David Crane era una marca comercial con mucho potencial.

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M. M.

Su creciente interés provocó que el trato del equipo con algunos participantes del proyecto se viera minado. Así lo ha contado Olivia Williams, en conversaciones con Deadline al recordar su experiencia durante el rodaje. La actriz llegó al set de grabación en 1998 para interpretar a la dama de honor Felicity en dos capitulares de la popular sitcom centrados en la boda de Ross.

Un latente desprecio

"Por poner un ejemplo, me llevaron al estudio en un coche compartido con una actriz fantástica", señaló Williams, que destacó la calidad de esta compañera que asumió el personaje de 'Mujer vieja'. El suceso que vendría después le dejaría un mal recuerdo que sería difícil de olvidar, ya que nadie merece un trato tan despreciable. "El productor, al que no mencionaré, se limitó a gritarle: '¡No eres graciosa!'. Y ella no volvió al día siguiente. Aquello fue alarmante", confesó.

La exigencia de la serie pasaba por unos filtros que convertían a los intérpretes en marionetas a los que manejaban a su gusto, en defensa de un producto que según ellos no podía tener ninguna falla. "Friends era una marca, y tenías que encajar en esa marca", manifestó la actriz. Además, la británica también tuvo que imponerse ante el equipo de maquillaje y peluquería en el que parecía que tampoco tenías ni voz ni voto.

"Te decían: 'aquí tenemos un look, esto es lo que hacemos'. Y eso implicaba, esencialmente, depilarte las cejas con pinzas". Olivia no estaba de acuerdo con ese cambio y así se lo hizo saber a base de súplicas: "Por favor, no me quitéis las cejas, las puedo necesitar para otro trabajo", dijo. Una buena muestra de que los trabajadores les importaban bien poco, según las declaraciones de la actriz a la que dentro de poco podremos ver como Tula Harkonnen en Dune: La hermandad. La nueva producción de Denis Villeneuve llegará este otoño a Max.