Fría reacción ante el momento más pasional de Fina y Marta en 'Sueños de libertad'

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Durante el episodio de este jueves de la serie Sueños de libertad, el personaje de Fina ha tenido la oportunidad de cambiar de vida, dejarlo todo atrás y ser quien de verdad quiere ser en París, junto a Esther. Un giro de los acontecimientos le ha hecho cambiar de parecer a la dependienta de la ficción de sobremesas de Antena 3, pero la joven podría arrepentirse muy pronto de su decisión final.

Fina no ha sido la única en tomar una gran decisión. Begoña le ha puesto los puntos sobre las íes a Jesús, después de la gran revelación de Elena en el capítulo anterior del melodrama protagonizado por Natalia Sánchez, Alain Hernández y Dani Tatay, y le ha preguntado directamente a su marido si seguía teniendo una relación con su antigua secretaria.

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"Le estás dando credibilidad a esa loca", ha dicho Jesús en su despacho, acogiéndose, como siempre, al papel de víctima. "No voy a permitir que le des la vuelta a la situación, como siempre", ha recriminado una cabreada Begoña, quien ha sopesado que su matrimonio no se caracterizaba por la honestidad, precisamente. Jesús ha jurado y perjurado que para él, ella era la única, pero Begoña no se ha creído ni una sola palabra.

Una violenta despedida

Más tarde, Jesús ha hecho llamar a Elena a su despacho y le ha preguntado quién le había dado permiso para airear sus infieles encuentros. A la defensiva, la jefa del almacén de la tienda le ha preguntado al empresario por qué utilizaba a todo el mundo a su antojo como si fuesen marionetas: "Lo he dado todo por ti, y tú te has aprovechado", ha justificado Elena.

Jesús le ha reconocido a la chica que nunca le había querido, y que solo era alguien con quien pasar el rato. "Eres cruel", ha dicho Elena, a lo que él ha respondido que ella era un problema que empezaba a incomodar. "Estás despedida", ha solucionado Jesús. Pero Elena se ha reído delante de él, y ha intentado chantajearle, diciéndole que airearía a Damián y a sus hermanos el perverso trato que estaba haciendo con el proveedor de Lavanda de Olite.

Sin esperarlo, Jesús ha golpeado fuertemente el rostro de Elena

Sin esperarlo, Jesús ha golpeado fuertemente el rostro de Elena. "Qué golpe te has dado con la puerta, ¿eh?", ha dicho el marido de Begoña, mientras Elena, dolorida, lo insultaba. Jesús no se ha acobardado ante el chantaje de la chica, y se ha mantenido firme en su despido.

Begoña, estoica

Con un pañuelo en la cabeza, que le ocultaba parcialmente el moratón del golpe, Elena se disponía más tarde a abandonar la colonia, cuando se ha encontrado con Begoña. La enfermera le ha dicho que se tendría que haber marchado hacía tiempo, pero pronto se ha dado cuenta de la marca sobre su rostro. "Me golpeé con la puerta del baño", ha justificado la ex secretaria, lo que ha levantado todas las sospechas de Begoña.

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"¿La has golpeado?", le ha preguntado sin rodeos Begoña a Jesús en su dormitorio. El hijo mayor de Damián ha alegado que él nunca pegaría a una mujer, pero Begoña ha dudado sobre la veracidad de esa promesa: ella misma vio cómo rompía un espejo a escasa distancia de su rostro. "No quiero que duermas aquí", le ha dicho ella a su marido. Jesús le ha recordado que aquella era su casa y su dormitorio y, con las mismas, Begoña ha cogido su almohada para dormir fuera de la estancia. ¿Convencerá Jesús a su esposa de que no hubo nada entre Elena y él?

La "cobra" de Marta

Esa misma noche, en la cocina, Marta se ha encontrado con Fina. La dependienta se ha quedado a dormir, preocupada por el estado de salud de su padre, ahora que Digna se lo había contado todo. La chica le ha anunciado a su jefa que finalmente no se marcharía detrás de Esther a París. "Mi padre se muere, Marta", ha confesado la joven, "no quiere que esté a su lado para acompañarle".

Marta le ha dado un abrazo a Fina, y le ha intentado calmar diciéndole que seguro que Isidro acabaría deseando que estuviese a su lado. Se lo ha prometido por una bandeja de suizos, y el recuerdo del dulce ha acercado todavía más a las dos mujeres. "Gracias por estar ahí", ha expresado Fina, a lo que Marta le ha contestado un "gracias a ti por dejarme estar".

Los rostros de Fina y Marta se han ido acercándose cada vez más, hasta que sus labios han estado a escasos centímetros de tocarse. Pero Marta ha reculado, y se ha marchado de la cocina disculpándose con un "no puedo". Esto ha reafirmado la teoría de Esther, de que Marta siempre impondría la supervivencia a sus verdaderos sentimientos. ¿Se arrepentirá Fina de no haberse ido a París? ¿Cuándo sucumbirá Marta a la pasión que siente por dentro?