Jimena ha revelado la verdad sobre Mr. Cavendish sin saberlo en 'La Promesa': este ha sido su último delirio

• Jimena ya escucha voces imaginarias en La Promesa: "Os voy a matar a todos"
• Un personaje de La Promesa amenaza con marcharse, y otro con volver: "Es hora de que regrese a casa"

Sin dudas, los últimos capítulos de La Promesa están siendo una delicia para los seguidores de la serie de La 1 de Televisión Española. El personaje de Jimena, interpretado por Paula Losada, está cayendo en una espiral de delirios mentales que parece no tocar suelo. Pero incluso el reloj más desajustado acierta la hora dos veces al día y, sin saberlo, la hija de los duques ha tenido un momento de gran lucidez en mitad de otro bochornoso episodio.

El capítulo ha reanudado el momento del pasado discurso que Jimena echó sin ton ni son a los invitados presentes en el salón del palacio. La frágil esposa de Manuel acusó a todos de querer enviarla a un sanatorio, y amenazó con acabar con sus vidas.

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A. Richart

En el episodio de este jueves, Jimena ha acusado a Mr. Cavendish de no ser quien él decía que era. Efectivamente, el empresario inglés ha llegado a La Promesa bajo la excusa de conocer de primera mano las mermeladas de Catalina, aunque en realidad trama gestionar el tráfico de armas allí mismo con Pelayo y Jerónimo. "¿Se piensa que no sé quién es en realidad?", ha cuestionado Jimena, delante de Cruz, Margarita, Lorenzo, Catalina y Pelayo.

Jimena, a punto de revelar la verdad

"Sospecho que usted no es quien dice ser", ha proseguido la chica, lo que ha provocado que Walter bajase la cabeza con humillación. ¿Le estaba delatando la chica sin apenas conocerle? Posteriormente, Jimena ha regresado a su paranoia, y ha contado quién creía que Mr. Cavendish era realmente.

Mr. Cavendish, a Pelayo: "aquí no hay discreción, aquí no hay control"

"Usted no es un inversor, es un médico psiquiatra", ha acusado, equivocadamente, Jimena, pensando que el señor había llegado para observar a la chica y enviarla al sanatorio. Pelayo, aliviado y casi divertido, ha intentado razonar con Jimena, pero Walter ha decidido marcharse, quejándose de que no era la primera vez que aquella muchacha le importunaba con acusaciones ridículas.

La Promesa no es segura

En una conversación en privado con el conde de Añil, el empresario británico ha expresado su nerviosismo cuando su propósito casi había sido inocentemente desvelado delante de todo el mundo. El hombre ha pensado que La Promesa quizás no era el lugar adecuado para llevar a cabo sus turbios trapicheos: "aquí no hay discreción, aquí no hay control".

Walter ha explicado que esperaba poder llevarse las armas en un cargamento de mermeladas, algo que también le parecía un sinsentido, pues él siempre desayunaba "huevos con bacon". Pelayo le ha dado la vuelta al asunto, y le ha hecho ver al míster que aquello era positivo para su negocio: cuanto más prestasen atención a Jimena, menos se la prestarían a ellos.

Sin embargo, los hombres no cuentan con que otra persona va tras la pista de sus sucios negocios. ¿Serán descubiertos, por unos o por otros? ¿Qué sucederá si la casa Luján se erige, sin los marqueses saberlo, como un punto de contrabando en el conflicto europeo?