Los 3 retos (y lecciones) de Miguel Herrán, Susana Abaitua y Pedro Casablanc en 'Los Farad' (Prime Video)

Probablemente, Los Farad sea una de las grandes apuestas de Prime Video España para este final de año. Dirigida por el galardonado Mariano Barroso, esta serie cuenta la historia de Oskar (Miguel Herrán), un chico de clase media-baja que se reinventa a través del aerobic. La ambición es algo que caracteriza a este joven madrileño. Es la década de los 80 y Oskar se traslada a la lujosa Marbella dispuesto a montar su propio gimnasio.

Sin embargo, todo cambia para este joven de Aluche cuando conoce a Sara Farad (Susana Abautia). Y es que esta joven pertenece a los Farad, una de las familias más poderosas de la ciudad. Este clan familiar vive en un mundo aparentemente idílico y utilizará parte de su riqueza para ayudar a Oskar a cumplir su sueño. Pero nada es gratis en esta vida.

Miguel Herrán: "Oskar es el personaje más fácil al que he interpretado nunca"

Y es que, a medida que este chico humilde va introduciéndose en esta particular familia, descubrirá que la riqueza de los Farad proviene de un inesperado oficio: el tráfico de armas. Cegado por la ambición, Oskar decide adentrarse en este negocio, aunque sus límites morales empezarán a ser cada vez más borrosos.

Aunque la trama de este joven madrileño no será la única, puesto que en esta familia todos tienen intereses personales que satisfacer. En un negocio liderado por hombres, Sara Farad encontrará en Oskar al aliado perfecto con el que tratar de heredar el imperio familiar y cumplir su propio sueño: convertirse en la mayor traficante de armas del mundo.

Hace un año, EL CONFI TV acudió al rodaje de esta serie y tuvo la oportunidad de charlar con Miguel Herrán, Susana Abaitua y Pedro Casablanc. Coincidiendo con su estreno, los protagonistas de Los Farad nos cuentan cómo se prepararon para esta ficción y qué enseñanzas han sacado de este gran proyecto audiovisual.

Un personaje muy especial para Miguel Herrán

Cuando Miguel Herrán leyó la historia de Oskar, le fue inevitable hacer un paralelismo con su propia vida. Y es que el actor considera que lo que vive su personaje, tiene algo en común a lo que vivió él mismo cuando Daniel Guzmán le dio su primera oportunidad en el mundo de la interpretación: "En ese aspecto, yo me siento muy reconocido con mi personaje. El hecho de llegar y flipar con todo. Todo es nuevo, todo es muy lejano a lo tuyo, a esa gente que te ha rodeado".

Atrás ha quedado ese joven que, en 2016, saltó a la fama al ganar su primer Goya con A cambio de nada. Miguel Herrán ya lleva ocho años dedicándose a esta profesión. Quizás, este sea el motivo por el que el actor considera que Oskar es "el personaje más fácil al que ha interpretado nunca": "He adquirido una serie de herramientas interpretativas que me hacen estar muy tranquilo y estar contento con mi trabajo. Este papel lo he abordado desde la tranquilidad absoluta y desde el disfrute".

Con el paso de los años, Miguel Herrán también ha aprendido a afrontar los castings desde un lugar mucho más sano: "Hace mucho que dejé de sufrir en los castings. Últimamente, voy a disfrutarlos y a experimentar. Si me cogen guay y si no, pues también, por algo será". El actor reconoce que el casting para Los Farad no fue especialmente duro, aunque sí que tuvo que hacer "pruebas de compatibilidad" con distintas actrices.

Sin embargo, no todo fue un camino de rosas para Miguel Herrán en el rodaje de Los Farad. El actor confiesa que una de las cosas que más se le resistieron fue el aerobic. "Dieron por hecho que, como soy una persona de gimnasio y estaba acostumbrada a entrenar, me sería fácil bailar. Pero no tenía nada que ver", afirma entre risas Herrán, que nos comenta que estuvo ensayando dos horas diarias las coreografías de la serie.

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"Me lo he pasado muy bien. Me sorprendió bastante descubrir que, con esfuerzo y práctica, un inútil como yo puede coordinar un par de pasos, que era algo que jamás me esperé. Es impresionante el mundo del aeróbic y las figurantas que vinieron. Señoras de 60 años con las que yo acababa agotado de hacer la coreografía, pero ellas aguantaban como máquinas. No es nada fácil hacer aerobic", desvela Miguel Herrán.

Aunque Oskar es mucho más que un simple monitor de aerobic. Miguel Herrán interpreta a un joven que dejó atrás un conflictivo pasado. Sin embargo, con la aparición de Sara Farad, los límites morales del protagonista serán cada vez más difusos. Entre ambos jóvenes surge una relación en la que la pasión y el interés se entremezclan constantemente: "Es algo que nos ha podido pasar a todos en algún momento determinado con una pareja. Las carencias que yo tengo, ella me las suple y viceversa. Creo que tener un interés común no quita para que haya amor, sino que son dos cosas que se complementan", explica Miguel Herrán.

La implicación de Susana Abaitua

Susana Abaitua interpreta a Sara Farad, la hija mayor de los Farad. El personaje que encarna la actriz vasca se caracteriza por su gran inteligencia, ambición y por ser una amante de las armas y del oficio de su familia. En la época actual, la joven sería la lógica heredera del negocio familiar. Sin embargo, en la década de los 80, una mujer no podía dedicarse a un oficio como este. Sería el hermano de Sara Farad quien tendría que hacerse con la empresa, pero sus padres no lo ven preparado para asumir esta responsabilidad.

En este sentido, Sara Farad necesita a un marido con el que poder heredar el negocio familiar: "Sara quiere ser la mejor traficante de armas del mundo. Aunque es consciente de que siendo mujer no puede conseguir este objetivo, así que busca un hombre con el que poder casarse. Es la única manera para heredar el negocio en esa época", explica Susana Abaitua sobre las motivaciones de su personaje.

Es por ello que la aparición de Oskar supone un golpe de suerte para Sara Farad. Este monitor de aerobic es inteligente, ambicioso y tiene esa parte de locura que engatusa a Sara. "Se acaban juntando dos personas muy ambiciosas y no solo es una historia de amor, es una historia de ambición y de equipo", explica Susana Abaitua sobre la relación que mantiene su personaje con el de Miguel Herrán.

Los Farad no se avergüenzan de su profesión, sino más bien todo lo contrario. No tienen nada que esconder, son una familia abierta y blanca. Es por ello que la moralidad de Sara Farad parte desde su experiencia familiar: "Sara ha crecido con las armas y sabe perfectamente lo que son. La moralidad de Sara está más en un núcleo familiar. Si tiene que hacer algo por la familia, lo va a hacer. Es lo divertido de este cuento que estamos contando, el mostrar a esta gente con unos valores tan trastocados de la realidad", argumenta Susana Abaitua.

Susana Abaitua: "En los primeros capítulos no sabía de lo que estaba hablando"

La actriz vasca revela que fue un gusto interpretar a un personaje lleno de matices como es Sara Farad. Aunque Abaitua reconoce que al principio se "volvió loca" intentando entender la Guerra Fría. Este conflicto juega un papel crucial en las relaciones comerciales de los Farad, por lo que Susana Abaitua se vio obligada a estudiar la situación geopolítica de esta década: "En los primeros capítulos, recuerdo que pensaba '¿De qué estoy hablando?'. Me siento muy inútil cuando hablo de algo y no sé exactamente de qué estoy hablando. Así que tuve que entender qué conflictos había en los años 80, con qué bandos estaban nuestros personajes y a quién mandábamos armas".

Este no ha sido lo único reto al que Susana Abaitua ha tenido que hacer frente en Los Farad. La actriz nos cuenta que es la primera vez en su carrera que ha tenido que trabajar con armas: "Yo estaba como loca (risas). Es algo que jamás en mi vida voy a querer y espero nunca tener que tocar un arma, pero gracias a ser actriz te pasan estas cosas. He alucinado un poco", afirma entre risas Abaitua, que también ha disfrutado del lujo que rodea a Los Farad.

Un reencuentro lleno de aprendizajes

De los tres actores, Pedro Casablanc es el único que estuvo en la Marbella que se retrata en Los Farad. El actor era solo un niño cuando visitó la localidad malagueña en esta época dorada, aunque nunca le llamó mucho la atención todo este lujo: "Yo he visto a todos los famosos de la jet set pasando delante de mí, pero es un mundo que nunca me ha interesado y del que no he querido formar parte en ningún momento", revela el intérprete.

Pedro Casablanc interpreta a Leo Farad, el patriarca de la familia y quien dirige el negocio de armas. El actor define a su personaje como "un padre de familia que quiere a sus hijos y que intenta que su familia sea feliz y esté unida". Y es que Leo Farad vive en un "cuento de hadas", sin replantearse el importante perjuicio que implica su trabajo para millones de personas. "Eso es lo que planteamos en la serie. ¿Cómo se puede vivir con total tranquilidad cuando debajo de tus pies tienes un polvorín?", explica Casablanc.

En este sentido, el actor confiesa que "siempre es más divertido interpretar al malo porque tiene más acción". Aunque hay ciertos arquetipos que se niega a interpretar: "Ha llegado un momento en el que no quiero hacer de violadores o maltratadores de mujeres. Hubo una serie en la que me llamaron para hacer un personaje así y me negué. Pero hay personajes malos que son gloria bendita", confiesa Pedro Casablanc.

En Los Farad, Pedro Casablanc se ha reencontrado con Mariano Barroso, el cual dirigió la primera película en la que el actor participó. Este reencuentro ha supuesto un verdadero aprendizaje para Casablanc: "[Mariano Barroso] es un director muy exigente que tiene claro lo que quiere. He aprendido a respetar la figura del director, a hacerle caso, que parece fácil, pero no lo es. Las aportaciones que hemos hecho siempre han sido bien recibidas. Creo que lo que más he aprendido ha sido una relación directa entre actor y director", afirma el actor.