Antonia es despedida en 'La Moderna' y Matilde no puede dejar de pensar en Iñigo

• Avance del capítulo 25 de 'La Moderna' del viernes 27 de octubre
• Marta confiesa su robo frente a Don Fermín y Luisa consigue trabajo como ilustradora en 'La Moderna'

El salón de té 'La Moderna' atraviesa uno de sus momentos más tensos con el despido de Marta. Tras el interrogatorio realizado por Don Fermín y Teresa, la joven ha terminado confesando su culpa. Antonia se encuentra especialmente triste por el destino de su compañera. La veterana dependienta siente que la joven solo se ha visto comprometida por la maldad y la codicia de su tío.

En la corrala, en cambio, se celebran triunfos. Luisa ha enseñado sus dibujos a Maruja Mallo que se ha quedado impresionada con su talento. La reconocida pintora le ha conseguido una prueba para la Compañía Iberoamericana de Publicaciones y tras la entrevista, le han dado el trabajo. Es el inicio de una carrera laboral que emociona a la aprendiz.

Don Fermín y Teresa preguntan a Antonia y mantienen una conversación sobre el robo. La dependienta confiesa que cargó con la culpa de Marta porque es una buena niña y atraviesa una compleja situación personal. La veterana se muestra algo evasiva y el propietario del salón se muestra decepcionado y es exigente ante su mejor empleada. Antonia no va a tener una segunda oportunidad: acaba de ser despedida de 'La Moderna'. Los compañeros se muestran agradecidos por su paciencia y su cariño y se sienten inmensamente tristes por su marcha.

Doña Carla disfruta de una copa de vino junto a Iñigo. La joven le propone irse juntos de viaje. Sin embargo, al empresario no le parece apropiado pasar tiempo con una mujer casada y hacerlo a espaldas de Don Jaime. La villana de 'La Moderna' le convence a medias de que solo están actuando como buenos amigos que son. Don Jaime y Doña Carla se interesan por la vida amorosa de su amigo y quieren organizar una cita en parejas.

En la corrala, Matilde se sincera con su madre que intenta ahondar en sus sentimientos. Rosario confiesa que es buen momento para que encuentre un compañero de vida. Solo quiere ver feliz a su hija que tiene muchas preocupaciones en la cabeza. Sin embargo, la joven sigue pensando en Iñigo y no está abierta al amor.

Manuel invita a Matilde a dar un paseo y, en esta ocasión, la joven se anima. Rosario se muestra agradecida con el estudiante al que confiesa que su hija no está pasando por su mejor momento. Matilde y Manuel pierden la noción de tiempo mientras hablan de sus gustos sobre la enseñanza. La dependienta vuelve a recordar a su padre fallecido. Manuel le dice que debe creer en sí misma y no dejar de luchar por aquello que quiere.

En el salón de té, Cañete se siente emocionado y feliz porque piensa que Trini bebe los vientos por él. El camarero escuchó a la dependienta decir que era su tipo de hombre. Sin embargo, Miguel le intenta quitar importancia y su amigo se deja aconsejar de nuevo. Además, el camarero le pone al día sobre los anónimos de Elías. Un par de confusiones que no duran mucho tiempo.

Raimundo acude a ver a Emilio que se encuentra trabajando en el Madrid Cabaret. Su hermano asegura que no quiere volver al contrabando y Raimundo no puede soportar la decisión tomada por el joven y le quita valor al esfuerzo de su cómplice de robos.

Las compañeras debaten sobre el robo de Marta. Antonia sigue apenada y Esperanza y Trini critican a Laurita que le acusan de ser una vaga y una chivata. Lo que no saben es que la joven está escuchando detrás de la puerta. La nueva dependienta se disculpa y reconoce sus errores: está dispuesta a cambiar. Eso sí, su tiempo le va a costar reprimir sus impulsos.

Elías sigue empeñado en que Laurita es la autora de las cartas e intenta adivinar algún detalle más. Cañete reconfirma que Trini siente algo por él. Pero ni el uno ni el otro están acertados en sus sospechas.