Un abogado penalista saca los colores a 'El cuerpo en llamas': apunta hasta 8 errores en su juicio a Rosa Peral

El cuerpo en llamas, serie que recrea el mediático crimen de la Guardia Urbana, ha sido uno de los últimos pelotazos de Netflix en el terreno de la ficción nacional. Protagonizada por Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez, la serie narra los meses anteriores y posteriores al asesinato de Pedro, un agente de policía cuyo cuerpo aparece calcinado en el interior de un coche.

Tras seguir los pasos de Rosa Peral a lo largo de ocho capítulos, la ficción culmina con su detención y juicio, siendo condenada junto a su amante por el asesinato del que por aquel entonces era su pareja. El clímax de la propuesta se alcanza durante el juicio a los dos acusados, una recreación que adolece de numerosos errores, como ahora ha puesto sobre la mesa el abogado penalista y profesor de Derecho en la Universidad de Navarra José María de Pablo.

El letrado, en un extenso hilo de Twitter/X, expone los que para él son los ocho mayores fallos que presenta la puesta en escena del juicio a Peral y López. "Las películas/series españolas con temática judicial deberían de contar con un asesor jurista que explique a guionista y director cómo es un juicio de verdad", comienza aseverando De Pablo, ya que no son pocos los errores en los que incurre la propuesta de Netflix.

El primero de ellos, que "los testigos tienen prohibido entrar en la sala de vistas hasta que les toca su turno de declarar" algo que no sucede con la comisaria y el inspector, que en todo momento asisten al juicio desde el inicio. "El testigo debe esperar fuera, en el pasillo, hasta que le llaman. No se levanta desde un banco del público para declarar", enfatiza, ya que son varios los ejemplos de ello en el último episodio.

Por otro lado, "el Fiscal se sienta en un estrado lateral de la Sala (al lado de los abogados y frente al jurado si es juicio con jurado). No se sienta al frente, junto al Magistrado que preside", como "tampoco puede, ni él ni los abogados, dirigirse al jurado durante los interrogatorios para apostillar/comentar cada respuesta del acusado o del testigo. Si lo hace, le corregirá el juez".

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En este sentido, "los abogados no nos ponemos de pie, frente a un atril, para dirigirnos al jurado. Lo hacemos sentados desde nuestro sitio. Lo mismo el Fiscal", agrega José María sobre esta licencia que se han tomado los guionistas de la serie para dar mayor dramatismo a la escena.

Otro error de bulto que señala el abogado es que, en ningún caso, "el juez instructor (que interviene, por ejemplo, en la reconstrucción de los hechos) nunca es el mismo que preside el juicio", algo que aquí sí sucede, siendo el mismo actor el que ejecuta las citadas secuencias (reconstrucción y juicio).

Por último, José María de Pablo apunta también que "las visitas en prisión no se hacen en aulas con mesas donde varios presos se reúnen con sus familiares mientras vigila un funcionario. Las visitas son en una cabina individual con una mampara de separación. Y si son vis a vis, en una sala individual". Sería este uno de los errores más comunes en nuestra ficción carcelaria, en buena medida porque se ha adaptado la práctica estadounidense, con la que el público ya está muy familiarizado.

El profesor añade, además, un pequeño detalle de vestuario, señalando que "la toga de los abogados (excepto el Decano) no lleva puñetas (sí las lleva la toga del juez y del fiscal)", un lapsus que se comente a la hora de vestir a la abogada de Rosa Peral en sus intervenciones en sede judicial.

Con todo ello sobre la mesa, la conclusión a la que llega De Pablo es clara y rotunda: "Estas películas/series a veces son muy buenas, pero a cualquiera que haya intervenido en juicios le chirría que traten de asemejar los juicios españoles a los norteamericanos. Estaría bien utilizar juristas que asesoren para estas escenas".