'Servir y proteger' emociona con su final en TVE: el vibrante discurso de Claudia Miralles

"Me voy a descansar a casa, ya sabéis que no me gustan las despedidas". Con estas palabras pretendía la inspectora Miralles despedirse de sus compañeros de la comisaría más famosa de la televisión, la de Servir y proteger, tras siete temporadas a sus espaldas. La serie llegaba este lunes, 16 de enero, a su fin en la tarde de TVE, y lo hacía con un emotivo discurso del personaje al que da vida Luisa Martín, vertebradora de la ficción diaria desde sus inicios. Pese a que en un principio no quería emocionarse, Claudia ha terminado ofreciendo un discurso que ha hecho las delicias de los fieles seguidores de la producción de Plano a plano, repasando todo lo que ha dado de sí la serie.

Abandonando la comisaría para encarar su retirada, sus compañeros sorprendían a Miralles con un emocionante paseíllo con el que arroparla entre aplausos. Ella, lejos de escurrir el bulto como parecía inicialmente, les correspondía el bonito gesto con un discurso que ha servido para decir adiós a todo su público en la cadena pública: "Yo que había conseguido salir de comisaría sin llorar. Espero que ninguna patrulla haya dejado su ronda por montar esta feria. Bromas aparte, gracias, gracias a todos por este reconocimiento. Significa mucho para mí que mis compañeros, los que siempre me habéis ayudado, apoyado, y de los que he aprendido tanto, me despidáis de esta manera, es muy emocionante, os lo aseguro".

"Han sido muchos años, muchas tronchas, con frío, con calor, de día, de noche, con hambre, con sueño, con ganas de ir al baño y muchos madrugones. Dios mío, ¡qué madrugones!. Muchos operativos comprometidos, muchas noches sin dormir y alguna que otra bronca. Y muchas perdidas, demasiadas. Pero también ha habido momentos muy bonitos, nuestro oficio también nos da satisfacciones, como cuando encuentras a una persona que estaba desaparecida o alguien a quien habían secuestrado, y si es tu marido, no digamos. O cuando consigues sacar de su casa a una víctima de maltrato y le das un futuro de verdad", aseguraba con lágrimas en los ojos Claudia.

Echando un vistazo a su alrededor, Miralles se dirigía a todos ellos echando la vista atrás: "A muchos de vosotros os conozco casi desde la academia, os he visto en las prácticas, os he visto jurar el cargo y ahora os veo convertidos en grandes policías y me siento muy orgullosa de todos vosotros, por vuestra vocación, lealtad y vuestro compromiso. Por ver cómo sois capaz de recuperaros ante los momentos difíciles, que a veces son especialmente difíciles".

"Estoy agradecida a los que nos veis desde fuera y nos habéis dado vuestro apoyo"

"Cuando entrabais por la puerta de comisaría el primer día siempre os hacía la misma pregunta, ¿por qué te hiciste policía? Ahora voy a responder yo a esa pregunta. Yo me hice policía porque hay gente que no tiene a nadie más, hay gente que lo ha perdido todo y que necesita que lo ayudemos, hay gente que está a merced de los malos y necesitan a alguien con el valor y el compromiso suficiente como para luchar y pelear contra el delito de día y de noche. Me hice policía porque nuestro lema es nuestra razón de ser, servir y proteger", aseveraba con contundencia, en un claro guiño al título de la serie.

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A continuación, dirigiéndose más si cabe a los espectadores, Claudia se emocionaba: "Me he pasado media vida en esta comisaría, no ha sido fácil dejarlo. No sé quién me sucederá, pero seguro que se deja la piel por este barrio. Pero estoy profundamente agradecida, y agradecida también al barrio, y a todos vosotros, a los que nos veis desde fuera y nos habéis dado vuestro apoyo. Sin él no habría sido capaz. Especial agradecimiento a María, a su café de verdad y a su pincho de tortilla, que sin él no habríamos llegado ni a la vuelta de la esquina".

Por último, en un último golpe al corazón del público, Claudia Miralles recordaba a los caídos a lo largo de toda la serie: "No quiero despedirme sin recordar a los que se quedaron en el camino. Grandes cabezas perdimos. Laura, Fede, Rober, Alicia, Iván, la oficial Nacha Aguirre, una oficial muy guerrera, grandes inspectores como Osorio o Ibarra. Eran policías con un futuro brillante, a los que les arrebataron ese futuro y que yo los sentía como si fueran mis hijos. Mi amigo, el jefe superior, mi gran apoyo, el pilar donde yo me sustentaba. Todas estas personas me rompieron el corazón, pero en cada uno de los pedazos de ese corazón, estarán conmigo para siempre. Os voy a echar de menos a todos y voy a echar de menos este uniforme que me he empeñado en vestir desde el primer día hasta el último. Es mucha responsabilidad, una responsabilidad enorme, pero no concibo mejor honor. Gracias, gracias a todos. Y hasta siempre"-