"Necesitas tu momento": Espinosa se aparta durante el rodaje de 'El camino a casa', ante las lágrimas de El Cordobés

El recorrido de Manuel Díaz El Cordobés en El camino a casa lo ha ido rompiendo por momentos. Después de visitar el entorno de su colegio, la iglesia donde humildemente hizo la Primera Comunión o el bar taurino donde mamó su profesión, Espinosa lo ha llevado al templo donde duermen las imágenes de su querida hermandad.

Mientras cruzaba los arcos de la iglesia de San Andrés en Córdoba, el invitado del programa de La Sexta iba tragando saliva. Se acababa de topar con los titulares con los que salía en procesión desde que tenía 14 años, Nuestra Señora de la Esperanza y Nuestro Padre Jesús de las Penas, y bajo los costales del paso de palio.

"Le he pedido mucho y me ha escuchado, mi Esperanza. Estaba con ella y sabía lo que le pedía"

"¡Gracias! Gracias, gracias, gracias. ¡Gracias! Porque me habéis escuchado siempre. Llevo esa estampa aquí (corazón) siempre", le gritó a las imágenes, ante la presencia de la cúpula de esa cofradía y de todo el equipo del espacio televisivo de Atresmedia. Allí pudo departir con ellos sobre miles de anécdotas portando a la virgen, cómo le apodaron 'el torerito' y la de veces que le hablaba debajo del paso.

"Es la primera vez que te he visto emocionarte. ¡Tú has pedido mucho aquí! Tú has estado debajo... Te he visto los ojos llorosos, como agradeciéndole algo", espetó Albert, viendo el rostro del torero sonrojado y a punto de llorar, mientras recordaba aquellos años en la hermandad.

"¡Hombre! Esto se lleva con el alma. Yo es que le he pedido mucho y me ha escuchado, mi Esperanza. Yo estaba con ella y ella sabía lo que le pedía", reaccionó el hijo de Manuel Benítez El Cordobés, por quien pidió una larguísima etapa para que los reconciliara, como ha terminado pasando en febrero de 2023.

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"Oye, te voy a dejar dos minutitos. Yo me voy fuera, porque creo que necesitas tu momento aquí", cortó en seco el presentador del espacio de La Sexta, ante las lágrimas del andaluz, contemplando los rostros de la virgen de la Esperanza y el señor de las Penas. Acto seguido, y tras recomponerse, salió a las puertas del templo para saludar a fieles de esta misma cofradía y hacerse unas fotos con ellas, orgulloso de estos titulares.