"No voy a entrar ahí": Máximo Huerta, roto, se niega a aceptar una propuesta de 'El camino a casa'

En el estreno de la segunda temporada de El camino a casa, Máximo Huerta hizo un viaje cargado de emociones y recuerdos. El escritor regresó a Buñol, aquel municipio de Valencia que lo vio nacer. El periodista rememoró los momentos más felices de su infancia, pero también transitó por otros mucho más duros. Huerta recordó que su padre fue "un hombre violento" y que sufrió un gran miedo cuando vivía con él.

Aunque el periodista valenciano destacó por su capacidad para perdonar y no guardar rencor. Es por ello que, cuando el programa estaba llegando a su fin, Albert Espinosa quiso darle "dos matrículas de honor" a Máximo Huerta: "La primera es por ser un superhéroe. Fuiste un hijo que casi te convertías en un padre y en un protector que cuidaba de los suyos. Te doy una matrícula de honor, porque convertiste tu soledad en algo repleto de personas y de gente", le dijo el conductor de El camino a casa a Huerta.

Tras esto, Espinosa le otorgó una segunda "matrícula de honor" al periodista por saber perdonar: "En vez de recordar, tú perdonaste y creo que eso es un premio hermoso. (…) Creo que dentro de Máximo Huerta no hay nada de rencor para lo que ha pasado en la vida. Transformar el rencor en amor es algo precioso", destacó Albert Espinosa sobre el comunicador valenciano.

Sin embargo, el presentador del formato de La Sexta aún tenía una última sorpresa guardada para Máximo Huerta. Espinosa consiguió las llaves de la casa en la que se crio el periodista valenciano. Huerta se quedó atónito, ya que en esta vivienda ahora vive otra familia. Pero el que fue ministro de Cultura y Deportes tuvo la oportunidad de regresar a este lugar tan especial. "No he vuelto nunca", reconoció el escritor, mientras subía las escaleras para entrar en su antiguo domicilio.

Cuando Máximo Huerta entró al recibidor de la vivienda, amenazó con marcharse y no seguir avanzando. Y es que el periodista estaba realmente emocionado por la cantidad de recuerdos que regresaron a su mente. Sin embargo, Huerta afrontó esta situación y atravesó las diferentes estancias de su antigua casa. "No puedo hablar", reconoció el comunicador, mientras se secaba las lágrimas.

El periodista entró en la habitación de su infancia y se rompió por completo. Sin embargo, Máximo Huerta avisó de que había una habitación a la que no accedería: "A la de mis padres no puedo entrar, ¿eh? No voy a entrar ahí", destacó el escritor valenciano, que terminó este emocionante viaje mirando por la ventana de su antigua habitación.