Ramón García, roto por completo en directo: "Quiero estar fuerte, no debo estar llorando"

Las tardes de En compañía suelen estar cargadas de emoción, por la concepción del propio programa en sí mismo: Ramón García capitanea un formato en el que personas de la tercera edad acuden al plató para tratar de dejar atrás la soledad que les azota. Este fue el caso de Antonio, un viudo reciente de 77 años que perdió a su esposa tras 60 años juntos. "No está hecho para estar solo", advertía el presentador a los espectadores nada más recibir al invitado, consciente del programa que se le venía encima.

Y es que Ramontxu se veía ciertamente tocado por el testimonio de Antonio, ya que había sido muy feliz durante los 60 años de relación con su mujer: "Estar solo es complicado y es algo contra natura para él", valoraba antes de escuchar las palabras con las que su esposa se había despedido de él antes de fallecer.

Era ese instante en el que la emoción embargaba al comunicador, ya que su programa había sido protagonista en los últimos días de vida de la pareja: "Me dijo que cuando me quedara solo viniera a ver a Ramón y Gloria, que no lo dudara, que viniera sin pensarlo. Que había sido muy bueno con ella y lo que quería era que yo estuviera bien y me encargó de que viniera aquí a veros".

García era incapaz de contener la emoción, con los ojos vidriosos: "No saben lo emocionante que es para nosotros el recibir estos encargos, decía con la voz entrecortada". "Cuando alguien viene con tanto cariño, tanta educación, tanto respeto... Cuando la pérdida ha sido cercana, aunque lejana por culpa del Alzhéimer y te dicen eso, confían en ti, en tu programa, es una responsabilidad muy grande, pero es una emoción que a mí se me caen las lágrimas porque a veces estas cosas emocionan mucho", acertaba a decir, muy tocado con su invitado.

Las lágrimas, en este punto de la charla, eran ya incontrolables: "Quiero estar fuerte para que Antonio no esté triste él y yo no debo estar llorando, pero cuando a uno le cuentan esto... Yo tengo mi corazoncito y es muy emocionante, porque me los imagino a los dos cada tarde viendo en su casa este programa".

"Me imagino ese cambio de vida terrible que ha tenido Antonio y que ahora está solo y viendo este programa y hoy está aquí cumpliendo ese encargo que le puso su niña... Les dijo a sus hijos que cumpliría el encargo que le hizo su mujer, y estamos muy orgullosos de hacerlo", exponía Ramón García, descarnado por la situación de Antonio, así como por la importancia de un espacio como el suyo en la vida de tantas personas a las que hacen compañía, como el propio nombre del programa indica. El presentador se enjugaba entonces las lágrimas, tratando de recomponerse para continuar con la charla, en la que intervenían también los descendientes de la pareja, una emocionante conexión que volvía a romper a todos los presentes.