Ramón García, el 'Grand Prix' y gordofobia: dura crítica al presentador por sus preguntas en TVE

El regreso del Grand Prix no ha dejado indiferente a nadie: el concurso no solo se ha erigido como el programa revelación de la temporada, liderando la noche del lunes como una apisonadora con cuotas por encima del 24% de share, sino que se encuentra en boca de todos tanto por las cosas que Ramón García y su equipo hacen bien como por las que no tanto.

Si durante la noche del lunes, 31 de julio, el aplauso al presentador fue unánime por preguntar a un participante si tenía novia o novio con total naturalidad, el martes le ha caído un importante rapapolvo de la mano de la tiktoker Teresa López Cerdán, quien ha querido utilizar su cuenta en redes sociales, donde suma cerca de 850.000 seguidores, para afear sus cuestiones gordófobas.

Así, la joven le dedica su sección Gordófobos, pero no mucho para hacer ver el diferente trato dado a los concursantes de los dos pueblos protagonistas de la entrega solo por el mero hecho de ser gordos: "Ramón se acerca a dos personas con sobrepeso, a dos personas gordas, para preguntarle cuánto pesan. En ningún momento se le hace esa pregunta a ninguna persona delgada", comienza poniendo sobre la mesa Teresa.

"Las dos personas no contestan directamente a las preguntas, se les quedan caras de '¿qué me estás contando? No entiendo que me preguntes por mi peso en la televisión pública española'. Pero él insiste, no para hasta que no le dicen el peso. Se ríe, hay mofas, hay risas. No entiendo cómo en 2023 seguimos con estas cosas. Me explota el cerebro", relata molesta López Cerdán.

Una vez puestos en contexto, la influencer habla de cada uno de los dos casos de manera particular: "Al primero se le acerca y le hace la pregunta. Este le responde que 100 kilos. Ante la cara de circunstancia de Ramón, este le termina reconociendo que algo más, 120 kilos. ¿Por qué haces pasar a esta persona por esto?".

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X. Migelez

"No suficiente con esto, en el siguiente juego hay otra persona gorda, en este caso del equipo contrario. Ramón se acerca y le pregunta cuánto pesa. 'Mi peso es incalculable', le responde el chico, en plan risas, porque es así como los gordos intentamos tapar nuestros traumas, con humor. Aún así, Ramón le repregunta, le pregunta si pesa 100 kilos y, a partir de ahí, empieza a jugar a la patata caliente para adivinar su peso. Yo me pregunto, ¿hasta cuándo?", expone Teresa.

Al margen de la actitud de García, la tiktoker va más allá en su crítica, cuestionando a todos aquellos trabajadores del canal por los que ha pasado este programa antes de ver la luz: "Este programa está grabado, no es en directo. ¿A nadie se le ocurrió pensar lo absolutamente ofensivo que era esto? Puedo entender que Ramón haga estas preguntas. Bueno, no lo puedo entender ni defender, pero bueno, quizá es una persona que vive en su privilegio y no se entera de este tipo de cosas, pero... ¿a nadie en TVE que vio eso antes de la emisión se le ocurrió que eso no estaba bien? En mi casa, literalmente todo el mundo puso cara de mierda".

Tras censurar lo sucedido en la cadena pública, y consciente de las reacciones que iba a generar su vídeo, Teresa concluye su discurso con contundencia: "Solamente se cuestionó el peso de las personas gordas. Si esto te parece una tontería, una gilipollez, y si crees que con esto no hay ningún problema, sacúdete un poco, a ver si se te cae la gordofobia".

48 horas después de su publicación, el vídeo acumula cerca de 600.000 reproducciones, estableciendo en torno a él un amplio debate sobre lo sucedido. Los comentarios arropan en su mayoría a Teresa y secundan su denuncia pública, pero hay también numerosos usuarios que tratan de buscarle sentido a estas preguntas de Ramón García, argumentando que "simplemente se hizo estas cuestiones porque eran chicos fuertes en una prueba de lanzamiento". Hay quienes desmontan esto aludiendo a que el presentador llegó a ir más allá al asegurar que el participante "tenía un gemelo en el otro equipo" solo por tener un peso similar. Sea como fuere, el debate está servido y parece necesario, sumándose a la conversación ya abierta por lo sucedido en la última temporada de La que se avecina.