Despacha sin miramientos a su cita de 'First Dates' por varios desplantes: "Me ha llamado paleta"

Si algo ha brillado por su ausencia en la cita entre José Luis y Mari, eso ha sido el buen rollo. Ambos concursantes de First Dates, a medida que iba avanzando la velada, han comprobado que son polos absolutamente opuestos en lo que a las relaciones sentimentales se refiere. Los dos sevillanos han comentado que son divorciados, pero él ha pintado su matrimonio como una auténtica tortura, asegurando que ha vivido más experiencias en sus 12 años de separado que en todo el tiempo que estuvo casado.

La soltera de El Rubio para nada compartía esta visión: "A ver, yo he estado casada y no me he sentido presa. Que sí, que ya había una monotonía, todos los días eran iguales, pero me separé y no salí como las locas". Y es que el metalistero se ha presentado en el restaurante de Cuatro presumiendo de todas las chicas con las que ha estado después de que se acabara el amor con su mujer.

Mari frena a José Luis: "No, 'cariño' no me digas. A mí eso no me gusta"

Además, para sorpresa de su compañera, al de Alcalá de Guadaíra no le agrada la idea de tener una novia para "las 24 horas del día", sino más bien de cara a los fines de semana. Ella no daba crédito: "Pero, ¿perdona? ¿Me lo estás diciendo en serio? ¿Has venido buscando una pareja para los viernes, los sábados y los domingos?".

Al comensal de 54 años le parecía de lo más lógico: "Si yo viviera en Estepa [localidad cercana a El Rubio], pues seguramente saldríamos a tomar café todas las tardes, pero, cariño...". "No, cariño no me digas. A mí eso no me gusta", le ha espetado Mari, sin reparo alguno. "Ha habido momentos que he querido levantarme e irme. Te lo juro", ha reconocido la participante frente a los redactores del dating show.

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Merce Moreno

Sin embargo, las cosas todavía podían ir a peor. Tras este par de cortes, José Luis ha aceptado que la noche "se había enfriado un poco". "Eres todo lo contrario a mí. Yo no tendría una relación abierta en la vida, por ejemplo", ha señalado la camarera andaluza, una preferencia que el hombre ha explicado de la siguiente manera: "A lo mejor te llevo ventaja, porque tú vives en un pueblo y lleváis 20 años de poneros al día. Es diferente un pueblo a una ciudad".

A Mari se le ha escapado una risa de incredulidad: "¿Los de ciudad sois más liberales?". "No, pero hay más abanico de mentalidades diferentes. Eso lo tienes que comprender", ha afirmado él. "En pocas palabras, casi que me llama paleta", ha dejado claro la trabajadora de la hostelería, que ya tenía más que tomada su decisión final: "Ni muerta tendría una segunda cita con José Luis".