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Antonio Marín (abogado): "En televisión hay abogados que les pagan para decir cosas"
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ENTREVISTA EL CONFI TV

Antonio Marín (abogado): "En televisión hay abogados que les pagan para decir cosas"

Preguntamos a un abogado en activo sobre la importancia (y el riesgo) de contar con un abogado en todos y cada uno de los programas de nuestra televisión para hablar de todo

Foto: Antonio Marín, abogado. (Imagen personal)
Antonio Marín, abogado. (Imagen personal)

Ya nos hemos familiarizado con ver sentados en las mesas de los diferentes programas de televisión a un abogado o colaborador con nociones en Derecho para abordar los incesantes casos de asesinatos, secuestros, la okupación, problemas de herencias o el suceso de la semana. Sin embargo, muchos de ellos se envalentonan a lanzar a los telespectadores un enmarañado juicio de valor, más allá de un dictamen más pulcro y profesional.

Para esclarecer esta constante en nuestras pantallas y entender la presencia de esta figura en los platós de todas las cadenas hemos hablado en exclusiva con Antonio Marín, Graduado en Derecho por la Universidad de Córdoba, experto en derecho civil y mercantil y actual miembro del bufete Sanivo Abogados. El letrado nos detalla sin pelos en la lengua el sesgo al que muchos de sus colegas han llegado y la mesura que tenemos que tener como espectadores a la hora de dar por válidas todas las declaraciones de un abogado colaborador de televisión.

"Muchas veces caen en parte de la opinión, analizan sin tener la información necesaria y ni avisan"

PREGUNTA. Diariamente, vemos como en casi todos los programas de televisión está presente un abogado, que ya se ha convertido incluso en colaborador ,para abordar, analizar y explicar de manera más sencilla un suceso de actualidad, alguna herencia de algún famoso o también problemas legales que tienen que ver con el Gobierno, entre otras muchas cosas. Como profesional de este sector, ¿lo ves apropiado y estás a favor de ello? ¿Piensas que se estudian a fondo todos los asuntos de los que a veces dan hasta sentencia ante la cámara?

RESPUESTA. Como parte de este tipo de programas, es importante que haya una persona o una figura que tenga conocimientos jurídicos y que, de una forma didáctica y objetiva, pueda analizar e informar a los telespectadores de los aspectos más técnicos. Porque, es cierto que hay algunos aspectos de actualidad, que tiene un componente legal, que es difícil que la gente lo entienda y es importante que haya una persona que pueda desgranar eso y hacerlo más entendible.

Pero, muchas veces nos encontramos con que esas personas que explican, y muchas otras veces caen en parte de la opinión, analizan sin tener la información necesaria, porque no la tienen, no porque no quieran. El problema es que no dicen ni avisan de esa carencia de información y documentación, y emiten un dictamen sin advertir de que hay que cogerlo con pinzas, porque no tienen toda la información necesaria.

placeholder Montse Suárez, en 'Todo es mentira'. (Mediaset)
Montse Suárez, en 'Todo es mentira'. (Mediaset)

Depende del caso, no siempre tienen acceso a esta documentación. La labor que hace un abogado con su cliente hay muchísima información que recaba del cliente que es incluso perjudicial, a mi cliente le tengo que pedir información que nos beneficia y que nos perjudica, y eso es información que intento que la parte contraria no la tenga y mucho menos la voy a hacer pública o darle acceso a los periodistas.

P. Como telespectador, pero, en definitiva, desde los ojos de otro abogado, ¿has llegado a ver meter la pata a alguno de ellos mientras explicaban algún caso o defendían algún tema legal en concreto?

R. Normalmente intento no ver este tipo de intervenciones, porque me da un poco de coraje, incluso en el despacho las comentamos. Hay que partir de la base de lo que es un abogado. Nosotros nos damos cuenta de cuando alguien, que dice ser abogado, mete la pata y no lo es en realidad, porque dicen cosas de cómo marcha una negociación o por qué una persona ha podido hacer una oferta o no, que no corresponde para nada con las estrategias más básicas que cualquier abogado que se dedica a esto sabe o hace.

Por ejemplo, escuchamos en televisión: 'Es que se ha esperado al último día para contestar a la demanda y eso pone de manifiesto que actúa con mala fe'. No, en la práctica del día a día, por suerte o por desgracia, los despachos que tenemos volumen, esperamos siempre al último día para contestar a la demanda, porque tengo que agotar el plazo, ya que, a lo mejor, hasta el último día mi cliente me trae en información o porque como profesional refino mi escrito al máximo y busco jurisprudencia hasta el último día. Es lo más normal del mundo presentar la demanda o escrito el último día del plazo, sin que el juez interprete bajo ningún caso que eso sea síntoma de buena o mala fe.

P. ¿Hasta qué punto puede o debe involucrarse un abogado ajeno al caso que estén tratando en televisión, solo para abordar este asunto en los diversos programas?

R. Hay una premisa fundamental en esta profesión que me la enseñaron desde que empecé que es el máximo y absoluto respeto por el trabajo de otro compañero. Ningún compañero de los que opine sobre un procedimiento judicial de un asunto legal tienen a su disposición la información que pueda tener el compañero que está llevando ese asunto, ni sabe la documentación de la que dispone, ni lo que su cliente le ha contado o dejado de contar, ni cuál es el objetivo del compañero.

Es decir, desde fuera hay que tener mucho cuidado y hay que tener todas las piezas para analizar y emitir una opinión válida. Yo creo que un abogado podría opinar y emitir un dictamen válido, cien por cien, sobre temas, como, por ejemplo, legislación que haya salido y esté vigente y publicada, sentencias que se hayan publicado y a las que tengamos todos acceso, pero no sobre la estrategia de un compañero, su desempeño en un juicio o el resultado de un pleito, porque no tienen toda la información.

"Mucha gente que es colaboradora de televisión, se autoproclaman abogados cuando, en realidad, no tienen práctica en la profesión"

P. ¿Nos debemos fiar al cien por cien de esta figura jurídica, solo por el hecho de haber sido presentada como abogado o abogada en un programa televisivo?

R. La realidad es que, desde el año 2015 en adelante, para ser abogado, hacía falta, no solamente ser graduado en Derecho, sino también un máster de abogacía y después presentarse a un examen nacional. Eso significa que, hasta ese momento, cualquier persona que fuese licenciada en Derecho, simplemente con ser licenciada en Derecho, acudía al Colegio de Abogados, se colegiaba por una cuota irrisoria, y ya era abogado, aunque nunca se haya puesto la toga o haya llevado un juicio.

Mucha gente que es reportera o colaboradora de un programa de televisión, se autoproclaman abogados cuando, en realidad, no tienen práctica en la profesión de ningún tipo. Por tanto, hay que aplicar muchos filtros a lo que se diga en este tipo de programas y tener en cuenta qué perfil tenemos enfrente para creérnoslos o no en mayor medida. Si vemos que no nos están ofreciendo de forma didáctica, como cuando habla el médico o infectólogo del covid, si nos están hablando de manera técnica o están opinando, no fiarnos.

placeholder Kiko Matamoros, en 'La isla de las tentaciones'. (Cuatro)
Kiko Matamoros, en 'La isla de las tentaciones'. (Cuatro)

Esta profesión es complicada y entiendo que muchas veces desde fuera no se entiende, porque tienes que ponerte en el lugar de defender a una persona que ha podido hacer algo que no es lícito, pero hay muchas veces que la gente tiene que tener en cuenta que lo que hacemos es garantizar que a cualquier persona, haya hecho lo que haya hecho, se le aplique el procedimiento legal con todas sus garantías. En cualquier caso, hay que respetar el trabajo de los compañeros, mostrarle el máximo respeto a la justicia y tratarlo con la mayor pulcritud y objetividad posible.

P. ¿Pueden llegar a aprovecharse de su argot profesional para posicionarse a favor o en contra, según le convenga a esta persona en cuestión, por feminismo, machismo, ser de izquierdas o de derechas?

R. Como explicaba anteriormente, si vemos en televisión que una persona se dedica a hablar con tecnicismos y no es claro ni didáctico, es que no está siendo transparente. Por tanto, hay que poner en tela de juicio y con muchas pinzas lo que está diciendo. ¿Se pueden aprovechar? Claro que sí.

Una de las cuestiones que nosotros tenemos muy en cuenta cuando atendemos a un cliente es explicarle las cosas de manera que las entienda, porque no hablamos lo mismo con un cliente que con un juez en sala, y, por tanto, si estoy invitado a un programa de televisión para dar mi opinión o explicar algo y no estoy siendo didáctico, es que, a lo mejor, estoy intentando ocultar algo o no decir nada.

"Hay jueces de derechas, de izquierdas, machistas, misóginos, homófobos y comunistas. Y si hay jueces de este tipo, imagínate abogados"

P. ¿Os pueden llegar a comprar para defender determinada ideología?

R. Esta profesión consiste en defender a una persona que viene con un problema. En el despecho llevamos violencia de género y defendemos al hombre y a la mujer, y llevamos delitos económicos y defendemos al deudor y al acreedor. En el despacho mantenemos unos niveles de ética y profesionalidad muy altos, pero hay compañeros que no lo hacen y tienen su precio. Hay jueces de derechas, de izquierdas, machistas, misóginos, homófobos y comunistas. Y si hay jueces de este tipo, imagínate abogados. Claro que hay abogados que les pagan para decir cosas, y en televisión más.

P. ¿Estás a favor o en contra de los juicios televisados, como se ha podido ver en varias ocasiones con Isabel Pantoja o el Caso Malaya, entre otros personajes famosos?

R. Los juicios, por lo general, son audiencias públicas y tienen que ser públicos. El juez tiene que permitir que entre a la sala cualquier persona, por el principio de transparencia. Otra cosa es que determinadas personas o determinados medios hagan un uso irresponsable de ese derecho que tienen a ver aquello. Lo que sí hay que tener cuidado y ser responsables con ese derecho, porque entra en conflicto con la intimidad de otras personas. Lo suyo es realizarlo sin morbo.

P. ¿Recuperaría el espacio televisivo De buena ley, de Telecinco, donde se exponían multitud casos cotidianos y reales, pero con actores, para que el telespectador se pueda sentir identificado con su situación?

R. Personalmente, no lo recuperaría. No me gusta ese trabajo porque yo entendía que denigraba mi profesión, porque el sistema judicial no es así, la persona que aparece no es un juez y era todo un teatro. No digo que no sea lícito, que lo es, como todos los programas que existen en televisión, pero daba una idea equivocada de lo que es la justicia española. Ellos se basan en un modelo americano, con el atril, y en España las cosas no son así.

placeholder El programa 'Sálvame' a las puertas del domicilio de Belén Ro. (Mediaset)
El programa 'Sálvame' a las puertas del domicilio de Belén Ro. (Mediaset)

Los clientes, a veces, traen ideas equivocadas de lo que es la Justicia, los valores de la Justicia y los procedimientos judiciales. Creo que entretiene, pero confunde. Puedes entretener a las personas con un programa de televisión, pero que no confunda.

P. En plena polémica por el caso surgido en Sálvame con el directo desde la casa de Belén Ro en el centro de Madrid, donde tuvo que acudir la Policía por supuesto acoso y delitos de intimidad y dignidad. ¿Cuál de las partes tiene razón? ¿Está cometiendo un delito el espacio de La Fábrica de la Tele grabando en la vía pública?

R. Estoy seguro de que el programa y Telecinco tienen unos asesores jurídicos que habrán estudiado esto con detalle antes de hacerlo, aunque eso no significa que no estén en el límite peligroso entre el bien y el mal. Es cierto que tienen derecho a grabar en la vía pública, como tenemos todos, porque, según el principio general, puedes grabar todo lo que puedas ver y oír con tus ojos y oídos.

Pero, esos derechos podrían entrar en conflicto con otros derechos, que son los de la intimidad de esta persona. Cuando dos derechos entran en conflicto entre sí, hay que ver cuál prevalece y cuál se come al otro. Bajo mi punto de vista, el derecho a la intimidad y el respeto debe prevalecer por encima del derecho que tenga una persona o medio a grabar desde otra casa. Esta actitud está en el límite y depende mucho del tipo de penas a las que se podría enfrentar el programa, porque hay una serie de tipos penales diferentes con agravantes y atenuantes, y necesitaría más información para el tipo de infracción al que se podrían enfrentar.

En Derecho dos y dos no siempre son cuatro. Si esta persona está sintiendo que su intimidad está siendo vulnerada, debe ponerlo en conocimiento de la otra persona. Si esa persona, una vez requerida, sigue reiterándose, entonces parece que tiene más sentido pensar que se está cometiendo un delito, ya que se te ha avisado y te han dicho que no lo hagas.

Ya nos hemos familiarizado con ver sentados en las mesas de los diferentes programas de televisión a un abogado o colaborador con nociones en Derecho para abordar los incesantes casos de asesinatos, secuestros, la okupación, problemas de herencias o el suceso de la semana. Sin embargo, muchos de ellos se envalentonan a lanzar a los telespectadores un enmarañado juicio de valor, más allá de un dictamen más pulcro y profesional.

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