Orestes, frustrado por lo que le sucede en su rosco en 'Pasapalabra': "¡La madre que lo parió!"

Orestes Barbero ha encontrado en Rafa Castaño un rival muy duro de roer en Pasapalabra, siendo el participante que más complicado se lo ha puesto en estos casi 300 programas que encadena de forma ininterrumpida en el concurso de Antena 3. Prueba de ello son las múltiples ocasiones en las que el burgalés se ha tenido que enfrentar a la temida Silla azul durante los últimos meses tras perder en El rosco frente a su compañero, una situación todavía más preocupante para él en los últimos días, cuando ha visto que su contrincante se quedaba a solo una palabra del bote hasta en dos ocasiones. De lograrlo, Orestes no solo se quedaría sin el premio, sino que se vería obligado a abandonar el espacio que presenta Roberto Leal.

Sin embargo, este jueves, 24 de noviembre, Barbero ha logrado revertir esta situación, dando un auténtico golpe sobre la mesa frente a Rafa al conseguir darle la vuelta a su rosco hasta el punto de poner contra las cuerdas a su compañero. Tras una gran racha, Castaño se ponía en cabeza en la recta final del programa, con 22 aciertos y ningún fallo. Su rival metía entonces la directa para empatar en número de aciertos, pero cometía un fallo en la letra H.

Así, los dos comenzaban a tantearse, dejando pasar los segundos a la espera de un posible movimiento de su rival. Orestes estaba obligado a jugársela si quería evitar la Silla azul, por lo que pasadas unas cuantas rondas, y a falta de solo cinco segundos de tiempo, se lanzaba a la piscina. "En la Antigua Roma, arrendador de las rendas públicas y de las minas del Estado", le leía el presentador.

"Mira, voy a decir un trabajador de la Antigua Roma que en las provincias sustentaba este cargo público, lo que no sé es lo de las minas, a ver si en algún lado lo hace", advertía antes de probar suerte con "publicano", palabra correcta en última instancia. De este modo, Barbero se ponía por delante con un acierto más. No se la jugaba con la letra restante, aunque sí reconocía que para esa definición también tenía una posible opción de respuesta.

Leal hacía entonces un recuento de su rosco, instante en el que Orestes verbalizaba su opción para la letra T, "Talbot". Antes incluso de que Roberto le confirmase que esa respuesta hubiera supuesto un acierto más, el propio Rafa le hacía ver que era buena, demostrando que también la conocía. Al veterano concursante se le cambiaba la cara, consciente de que sabía 24 de las 25 palabras y que incluso podría haber sacado la que falló, ya que había estudiado recientemente esa definición y barajaba varias opciones de respuesta: "Tenía 24 aciertos y herrada/herronada mirada ahí, tío", confesaba, contrariado.

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"Estaba ahí, era de 25 este rosco... ¡estaba ahí el bote! ¡La madre que lo parió!", agregaba acto seguido, lamentándose por no haber sabido aprovechar esta oportunidad para llevarse los más de 1,8 millones de euros de bote que hay en la actualidad en Pasapalabra. La rabia y la decepción aparecían en su rostro, consciente de lo complicado que es tener los 25 aciertos al alcance de la mano, no obstante, ya le sucedió hace unos días, cuando conocía todas las respuestas del rosco que le tocó a su compañero. Pero lo hecho, hecho está, no era su momento y no quedaba otra que resignarse, a la espera de ver qué hacía finalmente Rafa.

La pelota estaba en el tejado de Castaño, y eso era precisamente lo que se temía. Así lo reconocía el participante, afirmando que tenía miedo ante un posible movimiento de Orestes, uno que ahora le situaba en la obligación de arriesgar para tratar de arañar un empate. Así lo hacía, pero lamentablemente para él no daba con ninguna opción correcta entre sus respuestas, por lo que en esta ocasión era él el enviado a la Silla azul del siguiente programa. Orestes había dado un golpe de autoridad, uno tal que le situó a las puertas del bote, el cual acarician cada vez más habitualmente. ¿Estará al caer? Y si es así, ¿quién de los dos se lo llevará a casa?