El motivo por el que 'La ruleta' no apuesta por la continuidad de sus concursantes

Desde la semana pasada, el concursante central de '¡Ahora caigo!' tiene la opción de quedarse en el programa e ir acumulando dinero. Productora y cadena han decidido introducir una serie de cambios en la mecánica para intentar que los espectadores acompañen durante varios días al concursante en su lucha por los 300.000 euros del premio. La estrategia, en estos primeros días, parece que está dando sus frutos.

La implicación emocional de los espectadores se ha convertido en un aspecto fundamental a la hora de explicar el éxito de determinados concursos como 'Pasapalabra', '¡Boom!' o 'Saber y ganar'. En ocasiones, no basta con poner en juego un gran premio para atraer a nuevos espectadores. La forma de fidelizar a la audiencia pasa entonces por convertir al concursante en alguien cercano y familiar.

'La ruleta' intentó en 2011 dar continuidad a los concursantes, pero no salió bien

Pero siempre hay excepciones. 'La ruleta de la suerte', por ejemplo, rompe con cualquier regla establecida. El formato de Martingala es todo un éxito de audiencia desde hace casi quince años sin botes millonarios ni concursantes de larga trayectoria. En lo que llevamos de febrero roza el 19% con dos millones de espectadores. Se trata de su mes más competitivo en casi 7 años (mayo de 2014) y el segundo más visto a nivel histórico.

Pero ¿ha intentado 'La ruleta' establecer algún tipo de continuidad con respecto a los concursantes a lo largo de estos años? "Nosotros repescamos a los que nos han gustado mucho, aunque efectivamente no duran", nos aclara Nacho Correa, director y realizador del concurso. "Ha habido experimentos en ese sentido, para poner en marcha una especie de continuidad, pero el factor suerte que tiene este programa te lo echa para atrás".

Según nos explican desde el programa, por las características del formato, resulta muy complicado, por no decir imposible, que pudiera mantenerse entre los concursantes alguien del perfil de Pablo Díaz ('Pasapalabra'). "Tú puedes ser muy bueno, y jugar muy bien, pero si el compañero de al lado, que no tiene ni idea y juega muy mal, cae de repente en el gajo de 200 euros y dice una consonante que resulta estar muy repetida, al final, tiene muchas papeletas de acabar ganando". Tal y como nos recalca Correa, "el factor suerte de 'La ruleta' pesa mucho".

Sin embargo, en 1996 y con Carlos Lozano al frente, Telecinco sí permitió que uno de los tres concursantes pudiera mantenerse durante varias entregas en 'La ruleta de la fortuna' (nombre original del formato entre 1990-1997). "Nosotros desde luego no lo hemos hecho", insiste el director actual. "Desde 2006, que lo estamos haciendo nosotros, no ha habido continuidad con los concursantes, excepto cuando probamos con 'La ruleta de la suerte prémium' (abril de 2011). Se emitía semanalmente, los viernes por la tarde, y ahí sí intentamos que hubiera continuidad".

Pero aquella primera experiencia no salió como esperaban. "Fue un poco ruina, no porque los concursantes no fueran buenos, sino por la mala suerte. Por muy crack que fuera uno, bastaba con que cayera en quiebra y el otro en 1.000 euros para que acabara ahí su concurso. Es muy difícil que nosotros tengamos a alguien buenísimo como sucede en 'Pasapalabra', que concursa durante meses en el rosco, o incluso en '¡Boom!', que llevan años".

¿Qué hizo Telecinco con 'La ruleta de la fortuna'?

Con la llegada del verano de 1996, 'La ruleta de la suerte' introdujo una nueva norma que permitió a los concursantes permanecer en el concurso hasta un máximo de cinco días. De los tres concursantes tan solo el ganador del día tuvo la posibilidad de agarrarse a esa opción. Fue la forma que tuvo 'La ruleta' de dar una segunda oportunidad, aunque para ello debía haber fallado el panel final.

Fue el caso de Susana, madrileña de 23 años. La joven, estudiante de informática, ganó durante cuatro programas consecutivos, sin embargo, no logró resolver correctamente el último panel del programa. Sí lo hizo en su última oportunidad, en su quinto programa. Y no solo adivinó el animal que se escondía en el panel ("salamanquesa"), sino que, además, se llevó el coche del programa.