David: "La marcha de compañeros de 'La Isla' fue un fracaso de todos"

Fin de la aventura. 'La Isla', el programa de supervivencia extrema de La Sexta, se ha despedido este miércoles de la audiencia. Tras un mes aislados en la isla de Gibraleón, en medio del Pacífico, los robinsones han regresado a la civilización cargados de emociones. Tras lo vivido, está claro que nunca volverán a ser los mismos. Juntos, unidos, han sobrevivido en un entorno extremo y hostil.

David, periodista de profesión, especializado en videojuegos, ha sido uno de los 14 intrépidos que arrancaron esta singular aventura. Su objetivo en el programa era demostrar que el ser humano es capaz de superar cualquier hostilidad pero, sobre todo, pretendía hacer realidad las experiencias que ha vivido a través de los videojuegos durante toda su vida.

Para lograr la estabilidad física, hay que "observar y preparar antes de actuar"

"Tenía muy claro que iba a trabajar, porque eso es lo que mantiene al grupo con vida", confiesa David una vez acabado el programa. "Además de cazar algunas piezas que nos alimentaron me dedicaba a mantener el fuego, filtrar y hervir agua, destilar agua de mar y a explorar la isla en busca de fruta y animales".

Las numerosas salidas que realizaron los robinsones por los alrededores les reportaron todo tipo de alimentos: "Comimos coco, serpiente, iguana, fruta de palmera pajiyabe, noni, cactus, almendra de arena, caña ácida, huevas de pescado, bagre y otros peces; caracoles; cangrejos y moluscos. Cualquier aporte de proteínas era bienvenido". Para David, "los mejores platos" de su estancia fueron "la yuca y el cerdo, este último fue un auténtico manjar, que alimentó cuerpo y espíritu".

"Las discusiones me ponían nervioso"

Para el vallisoletano, el momento más duro del programa fue "la marcha de Juan", así como "las salidas de Chus y Miguel". El aventurero cree que "fueron un fracaso de todos", ya que su deber "era cuidar de todo el grupo y no haber permitido que llegasen a ese estado. Las discusiones, en general, me ponían bastante nervioso; mucha energía invertida en algo muy poco productivo", reconoce.

"Si estás concentrado en aquello que haces, hay más probabilidades de hacerlo bien, especialmente con la merma física que sufríamos por el hambre y la sed". Según David, resulta necesario "cuidar la técnica", es decir, "saber cómo utilizar los cuchillos, manipular el fuego, caminar por la jungla y las rocas. Observar y preparar antes de actuar.

"Todos hicieron un buen trabajo"

David tiene muy claro con qué dos compañeros le gustaría repetir la experiencia: "Santi, porque creo que merece la oportunidad de enfrentarse de nuevo a la experiencia, sin la presión del grupo y demostrar de qué es capaz; y Fernando, con quien mantenía conversaciones apasionantes (hasta metafísicas) y que era capaz de ser el contrapunto a mi forma de ser".

Pero buenas palabras tiene para todos: "David Isaac (el cámara), Juan "Doc" Toral y Cuco eran grandes amigos; "Legi" me enseñó mucho sobre explorar; Dani me hablaba de su trabajo y de cómo usar las cámaras; Iker era todo un ejemplo de vida, hasta Lolo consiguió que cantase en una ocasión...". Para David, "todos hicieron un buen trabajo" y acabada la experiencia prefiere quedarse únicamente con lo positivo.

"Aporté disciplina"

Si algo tiene claro David es lo que aportó al grupo: "Trabajo, conocimientos, mente fría, disciplina y abnegación". La división del grupo se hizo todavía más patente cuando tras plantearse hacer una embarcación se crearon dos grupos: "Yo me decanté por un modelo de barca menos ambicioso, que pensé que funcionaría mejor y quiero pensar que el resto del grupo eligió por el mismo criterio. Teníamos el objetivo de hacer que ambas embarcaciones se encontrasen en alta mar, pero a nosotros, las corrientes del Pacífico nos hicieron volver a la playa. La construcción de una barca era el colofón a nuestra experiencia de robinsones, y por supuesto, me hubiera gustado que la nuestra fuese capaz de rodear la isla. Que la otra barca tuviese éxito, me dio una lección".

Para el periodista, la "fortaleza mental" ha sido clave en esta experiencia. "Tras una conversación con Cuco, tuve una pequeña crisis en que echaba de menos a mi familia: mi mujer Pilar y los niños Natalia y Fernando, además de mi hermano. Tuve que esforzarme para volver a la mentalidad de que no existía nada más que 'La Isla': no había relojes, ni calendarios, ni familia esperando, solo arena y selva, fuego y animales".

"Apreciar menos lo material"

David, al igual que otros de sus compañeros, decidió tomar parte en 'La Isla' para demostrarse a sí mismo "de lo que era capaz". Aunque en el fondo sabía que esta dura experiencia le serviría para cambiar su "sistema de valores, para apreciar menos lo material y más las cosas sencillas". Según David, "cuando tus mayores tesoros son un vaso de agua y la foto de tu familia, la realidad se vuelve muy pequeña".

Repetiría... solo, en compañía, con los mismos 14 o con otros diferentes

A pesar de que su estancia en el paraíso ha sido de todo menos agradable, para David ha sido "menos dura" de lo que inicialmente pudo llegar a pensar. "La convivencia ha sido la parte que se me hizo más cuesta arriba porque éramos 14 personas muy diferentes. Pero la vida en la naturaleza, la sed, el hambre, el frío o las picaduras, la verdad es que se sobrellevan fácilmente. No había otra opción", nos cuenta.

"Repetiría"

Que tras 28 días uno se muestre dispuesto a repetir la aventura dice mucho de él. Y es que David volvería a embarcarse en 'La Isla'. "Si mi mujer está de acuerdo -estoy tratando de convencerle para que vaya a la edición de mujeres- podría coger el avión esta misma tarde. Solo, en compañía, con los mismos 14 o con otros diferentes, en otra isla o en el desierto, el Amazonas... o la tundra. Ojalá".