Iker, tras ser evacuado: "Por suerte todo terminó en un susto y pude seguir en 'La isla"

La aventura en 'La isla' avanza y la situación de los robinsones empeora por momentos. El hambre y los roces entre compañeros dificultan la supervivencia y así ha quedado reflejado en la sexta entrega del programa. Sin apenas alimento, y transcurridos 20 días del inicio de esta aventura, la excesiva pérdida de peso de alguno de los miembros del grupo ha puesto en riesgo su permanencia en la isla.

El último 'islander', como se denominan a sí mismos, en sufrir las duras circunstancias de 'La isla' ha sido Iker. El educador social vasco (Atxondo, Vizcaya) ha tenido que dejar a sus compañeros para ser evacuado de emergencia. En esta ocasión, el motivo nada tiene que ver con el que días atrás obligó a la organización a trasladar a Juan a un hospital.

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A pesar de que el desenlace ha tenido un final feliz, Iker asegura ahora que tuvo miedo y que realmente pensó que su aventura había llegado a su fin. "Siempre tienes ese miedo, no sabes realmente cómo está tu cuerpo y esperas que sea lo menos grave posible. Personalmente, aún estando mal, no me hubiera retirado. Si recibiera malas noticias, hubiera intentado aguantar por mí mismo hasta el final, aunque le había prometido a mi pareja que, en caso de que los médicos decidiesen que tenía que terminar la aventura antes de tiempo, iba acatar su consejo. Por suerte todo terminó en un susto y pude seguir disfrutando de la aventura".

Lo mejor, para Iker, ha sido disfrutar sufriendo en esta maravillosa experiencia

Tras regresar a la isla, solo tuvo "ganas de abrazarles a cada uno de ellos y decirles que todos juntos íbamos a conseguir terminar esta gran aventura en la que nos habíamos involucrado".

"Queríamos ponernos a prueba"

"Íbamos con nuestras metas y queríamos ponernos a prueba", recuerda el participante atxondarra. Algunos de sus compañeros, no obstante, no han podido completar con éxito este gran reto, lo que producía un gran sentimiento de "pena" en todo el grupo. Sin embargo, la llegada de un reserva (David) no fue precisamente bien vista por los robinsones: "Lo primero que se te pasa por la cabeza cuando ves a un nuevo compañero es, 'mierda, otra boca más que alimentar en esta isla'. Pero al poco tiempo descubrimos que David sería un compañero más en ayudar a todo el grupo con nuestras tareas de supervivencia".

¿Cambiaría algo de su paso por el programa? Iker tiene clara su respuesta: "Nada, la verdad que estoy muy orgulloso de mi concurso en la isla".

"Cada uno ha sido imprescindible"

Según relata Iker, "hemos tenido un equipo de personas maravilloso. Siempre había gente aportando ideas, preparando materiales de recolecta o pesca… Todos juntos hemos formado un gran equipo y hemos intentado traer el mayor alimento posible al campamento. Supongo que fallamos en intentar tener destreza a la hora de pescar con anzuelo y colocar trampas para animales, mamíferos o reptiles, con lo cual intentaría traer aprendido eso de casa".

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Aunque si tuviese que elegir a alguien en concreto, Iker se decanta por Juan: "Ha sido mi compañero hasta a la hora de dormir". Pero tiene muy claro que "cada uno de mis compañeros ha sido imprescindible para sobrevivir a la isla, cada persona en su ámbito".

Era consciente de que había que salir de las malas situaciones con determinación, pensamiento positivo y voluntad de trabajo

El peor momento vivido en 'La isla' fue "el día que encontramos el agua". El grupo abandonó el campamento con la promesa de que no volvería sin encontrarla: "Nos pasamos todo el día recorriendo toda la isla, con temperaturas insoportables, sin líquido que llevar a la boca, desorientados completamente y deshidratados. Gracias a lo ánimos que nos dábamos entre nosotros conseguimos salir de esa situación y, por fin, a última hora del día encontramos el agua".

"Disfrutar sufriendo"

Iker tiene consejos incluso para las mujeres que podrían tomar parte en una posible segunda edición: "Lo más importante es la comunicación fluida y el trabajo en equipo". Precisamente por ello, el vasco cree que lo mejor es una buena coordinación, la creación de equipo, escucharse, ayudarse y, sobre todo, "coger todo lo positivo" que se pueda. Para el vasco no hay nada mejor que "disfrutar sufriendo en esta maravillosa experiencia".

Si algo ha aprendido Iker, es de los errores cometidos por su equipo. Para una mejor supervivencia, el educador social recomienda a los futuros robinsones "potabilizar toda el agua posible" para "estar lo más hidratados posible, y comer todo tipo de nutrientes que aporte la isla y la mayor cantidad posible, aunque el sabor sea malísimo". Pero no solo la fuerza física garantiza a uno la buena salud. "Mantened largas charlas con vuestros compañeros para superar el paso lento del tiempo que tanto desgasta" es otra de las recomendaciones del vasco.

"Justo antes de embarcar en la aventura mi pareja me regaló una pulsera que se convirtió en un poderoso objeto psicológico que hacía que cada vez que lo tenía en las manos me diese fuerza, valor y actitud positiva para afrontar el concurso", ha confesado Iker.