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Francho Barón, ganador del Emmy por "algo tan simple como dos tíos corriendo en medio de una batalla campal"
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Francho Barón, ganador del Emmy por "algo tan simple como dos tíos corriendo en medio de una batalla campal"

Hablamos con el periodista de CNN Francho Barón, ganador del Premio Emmy a la 'Mejor cobertura de Últimas Noticias' por las revueltas independentistas en Barcelona en 2019

Foto: Albert Izquierdo (izq.) y Francho Barón (dcha.) tras los disturbios. (F. Barón)
Albert Izquierdo (izq.) y Francho Barón (dcha.) tras los disturbios. (F. Barón)

Cuenta el periodista gaditano Francho Barón que, antes de recibir el Premio Emmy en la categoría de 'Mejor Cobertura de Últimas Noticias' este pasado 18 de noviembre, "sentí que no tenía la más mínima posibilidad". El reportero de CNN se hizo con el prestigioso galardón gracias a la cobertura, junto con el cámara Albert Izquierdo, de las revueltas independentistas del 18 de octubre, cuando se conocieron las condenas judiciales a los organizadores del referéndum ilegal de Cataluña del 1-O.

Dice que "no tenía la más mínima posibilidad" porque competía contra trabajos "muy potentes, con una factura editorial elevadísima y con profesionales como Jorge Ramos (mítico presentador mexicano de Univisión)". Y es que como explica Francho Barón, en una entrevista telefónica con EL CONFI TV, se ha premiado "una cobertura en la que tienes a dos tíos en toda su crudeza, con un casco en la cabeza, corriendo como pollos sin cabeza en medio de una batalla campal, y dices ¡qué simplicidad!".

Foto: Catalonia's general strike

PREGUNTA: No solo se ha premiado la cobertura que hicisteis para CNN en Español de los disturbios de Barcelona el 18 de octubre de 2019, sino también una forma de hacer periodismo que está en vías de extinción...

RESPUESTA: Sí, es lo que nuestro queridísimo colega David Beriain llama periodismo de inmersión. Quizás está feo que lo diga yo, pero sí noto un cierto grado de apalancamiento, exceptuando honrosas excepciones. En el caso de la televisión, se ve claro en este tipo de coberturas donde ves a reporteros que están a 100 metros de la acción, en un balcón, sin moverse del mismo sitio en siete horas, en una zona de confort… Quizás ese es el mérito que tuvo nuestra cobertura.

P: Vosotros estuvisteis siete horas, pero en medio de la batalla. Corriendo con vuestros cascos entre policías, manifestantes y compañeros de la prensa gráfica.

R: Tuvimos claro desde el primer momento que el formato de cubrir aquello era meter a la audiencia dentro de batalla. Eso estuvo muy meditado. Le dije a mi compañero Albert Izquierdo: "Trípode, mochila, todo, dejémoslo en algún sitio a buen recaudo y vamos a salir con lo mínimo al terreno a correr. A narrarlo todo en tiempo real, a trasladar al espectador a la Vía Layetana". Y eso es lo que se ha valorado en un momento en el que todo está cada vez más empaquetado, más producido, en formatos de vanguardia, multiplataforma… Pero cuando ves una cobertura que es la quintaesencia de este oficio, sin trampa de cartón, sin artificio, traslada una sensación de realidad y credibilidad que cada vez es más difícil de encontrar.

P: ¿Y por qué es más difícil de encontrar? ¿De quién es la culpa? ¿De los profesionales o de los 'despachos'?

R: Estamos viviendo una contradicción histórica. La tecnología lo ha puesto todo a nuestro favor para poder contar las cosas con más inmediatez. Antes, una conexión en directo te costaba 1000 euros por 10 minutos. Ahora tenemos la capacidad de estar pinchados en vivo el tiempo que queramos y el coste es 0. Yo creo que lo que ocurre es que cada vez hay menos editores que manden a gente a la calle. No te pongas a mirar lo que está publicando la gente en Twitter sobre lo que está pasando en la calle Urquinaona, vete a la calle a ver lo que está pasando allí y cuéntalo.

Volviendo al Emmy, nuestros competidores eran trabajos fantásticos, pero que estaban empaquetados o eran retransmisiones en directo en zonas completamente controladas, donde no pasaba ni iba a pasar nada. Y lo nuestro es lo más básico que se puede hacer. No hace falta complicarse la existencia para contar una historia bien.

P: Paradójicamente, ahora se reivindica mucho la palabra periodismo y el estar en la calle, pero lejos de la acción…

R: Esto, al final, es dinero. Fíjate, yo no estaba en España a cinco días de esta cobertura, estaba en Río de Janeiro (su base de operaciones en aquel momento). Me subieron en un avión y me dijeron: "Vete a Barcelona a ocuparte de esta cobertura con otra gente que ya estaba allí". Medios que hagan esto cada vez son menos. Y es una visión un tanto pesimista, pero tengo la percepción de que estamos viviendo una contradicción histórica en la que tenemos medios técnicos, periodistas jóvenes y a la vez una 'clase dirigente' que no es capaz de aprovechar esa simbiosis para mejorar el oficio.

P: Y se está delegando en las redes sociales, en el mal llamado 'periodismo ciudadano', esa información de 'primera línea de batalla', a sabiendas de los peligros que tienen estos vídeos e informaciones…

R: Nosotros en CNN, a la hora de usar material de redes sociales, este tiene que pasar por el filtro de varios departamentos. No te puedes dejar llevar por esta locura de lo primero que te encuentras, por muy espectacular que sea, porque el contexto se consigue estando realmente allí. Y luego está el preocupante tema de estos 'periodistas de nuevo cuño', que ni se han formado ni se atienen a las reglas básicas del oficio ni las conocen, y encima se sienten empoderados para estar en cualquier situación pontificando a través de redes sociales, con un componente activista brutal. Y esto nos está haciendo un mal terrible a los que nos dedicamos a esto desde hace muchos años.

placeholder El periodista Francho Barón. (CNN)
El periodista Francho Barón. (CNN)

P: Esto me lleva a lo de las 'fake news' y los peligros de que sean los gobiernos los que se encarguen de decidir qué es periodismo y qué no, cuando es una tarea que debería liderar la propia profesión marcando unas pautas ¿no?

R: Es que cuando dejas el espacio abierto, viene otro y te lo ocupa. Este mal llamado intrusismo es cada vez mayor. Cada vez más gente piensa que puede ejercer el periodismo sin tener la más mínima noción de hacerlo, y es una situación con la que tenemos que convivir, y como dices, la gran responsabilidad para limitar esto la tiene la propia profesión, para establecer unos criterios de a quién se le puede permitir en escenarios de conflicto o informativos.

P: Pero ¿cómo se convive, por ejemplo, con el que pontifica y desinforma desde un canal de YouTube y tiene una legión de seguidores que le siguen como si su verdad fuera absoluta?

R: Estableciendo ese marco normativo, que establezca quién es periodista y quién no. Luego ese señor puede contar lo que quiera, pero no puede decir que lo que está haciendo es periodismo. Es un terreno muy pantanoso, difícil de controlar. Las redes sociales se han convertido en un dragón de siete cabezas muy complicado de gestionar, y los medios de comunicación se han dado cuenta de eso y no habrá solución perfecta, pero se puede dar un paso al frente para controlarlo un poco más.

placeholder El periodista Francho Barón. (EFE)
El periodista Francho Barón. (EFE)

P: Has trasladado tu base de operaciones a Sevilla, pero sigues en la trinchera.

R: Sí, sigo formando parte del equipo de corresponsales de CNN. Ahora estoy más enfocado a coberturas especiales y reportajes de largo recorrido, con la base aquí, con un contexto más europeo, del norte de África, Oriente Medio… También muy involucrado en proyectos de formación de estudiantes.

P: Entiendo que a tus alumnos les insistes en que hay que salir de las redacciones y ensuciarse los zapatos para ejercer esta profesión. ¿Se ha domesticado al periodista encerrándolo en una redacción o nos hemos acomodado también nosotros a estar delante de un ordenador y un teléfono?

R: Yo creo que en las facultades de comunicación es cada vez más complicado que se enseñen este tipo de dinámicas de trabajo, de periodismo de calle. Está todo muy enfocado a la multiplataforma, al periodismo digital, a los datos, a las redes… y, al final, nos olvidamos de lo que es el periodismo desde que existe, que es ir a un sitio, hablar con la gente, tocar las cosas con tus manos, oler la tierra, entender el contexto, y contárselo al lector, al espectador. Y eso cada día lo vemos menos.

P: Quizás por esa contradicción, de anhelar un periodismo que ya no se hace, pero nos gustaría hacer, te han premiado con el Emmy. Es un poco como lo de la serie 'The Newsroom', que se idealiza en muchas redacciones en las que luego no se predica con ese ejemplo.

R: A mí lo que me sorprende es que se premie algo tan básico como una pieza de periodismo de vieja escuela, cruda, incontestable, enseñando la cuestión de forma artesanal. Al final, se ha premiado lo más elemental, algo que me parece contradictorio tal y como están las cosas, y pienso que estamos haciendo algo mal.

Cuenta el periodista gaditano Francho Barón que, antes de recibir el Premio Emmy en la categoría de 'Mejor Cobertura de Últimas Noticias' este pasado 18 de noviembre, "sentí que no tenía la más mínima posibilidad". El reportero de CNN se hizo con el prestigioso galardón gracias a la cobertura, junto con el cámara Albert Izquierdo, de las revueltas independentistas del 18 de octubre, cuando se conocieron las condenas judiciales a los organizadores del referéndum ilegal de Cataluña del 1-O.

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