Un 'mata hari' en Gran Hermano: la cara oculta del reality

Que Mercedes Milá hace uso y abuso de su poder como presentadora de Gran Hermano es algo que sabe todo el mundo. Pero lo que muchos no saben son los verdaderos entresijos de un programa que ha terminado por convertirse en la gallina de los huevos de oro de Telecinco.

Daniel Rubio, concursante de la octava edición de Gran Hermano, mantuvo hace unas semanas un rifirrafe con Milá, que no ha hecho sino destapar, una vez más, las verdades sobre el reality. Rubio, más conocido como ‘el Sucio’, ha denunciado en su blog la censura a la que se ha visto sometido por parte de la privada antes y después del incidente.

Abusivos contratos de confidencialidad, irrisorios salarios, grandes comisiones. La máxima premisa de Gran Hermano: mostrar la realidad, se cumple no sólo en la casa, sino fuera de ella.

Periodista de profesión aunque trabaja como inversor, Rubio ha hablado con El Confidencial sobre la verdadera cara de Gran Hermano.

¿Por qué llamaste ‘dictadora’ a Mercedes Milá?

 “Nunca he dicho que fuera una dictadora. Lo que pasa es que esta señora hace uso y abuso de su autoridad un poco auto atribuida. Tiene un poder fácil que utiliza a su favor de una forma poco recatada. A mí desde ese día se me ha criticado desde todos los programas de Telecinco pero ninguno de ellos me ha dado la posibilidad de llamar para explicarme”.

Perdiste las formas…

“Antes de que se empezara a grabar la gala final ella se dirigió a nosotros y pidió que se dijeran todas las burradas posibles porque había fútbol. Y luego encima me echó (…) Milá como periodista no se puede negar cierto glamour. Ella es pionera en ciertos aspectos como utilizar el tuteo con sus entrevistados. Lo que ocurre es que ha pasado de ser una periodista de cierto nivel a una mero showman. Muchas veces en detrimento de cierta dignidad, se sacrifica por audiencia”.

Hablas de censura por parte de Telecinco…

 “Hoy los abogados de Endemol me han pedido que retirara de mi blog en Portalmix, que nos otorgan a los concursantes, un enlace hacia mi página que enlazaba con el post del ‘Chocheas’, argumentando que la palabra ‘Chocheas’ es un insulto (…) Lo único que pedía es respeto. Ella me echó del plató por decirle ‘chocheas’ cuando ella ha profesado una serie de descalificativos hacia mi persona”.

Entonces sabiendo cómo es el mundo Gran Hermano, ¿por qué decides participar en esta nueva edición?

 “Una cuestión muy concreta. Ellos querían audiencia y yo dinero. La experiencia no deja de ser grata, pero todo lo que hice, lo hice sabiendo que volvería a hacer lo que estaba haciendo antes”.

Todo tiene un precio

¿Y no te supone esto un conflicto ético? ¿Todo tiene un precio… incluso la dignidad?

“Hay cosas que no se pueden comprar y hay cosas que jamás haría por dinero. Yo me considero coherente. Todo el mundo tiene un precio pero esto a nivel personal e íntimo tampoco me supone un gran momento en mi vida. No me importa de alguna manera alquilar, no la dignidad, sino el tiempo, a cambio de una remuneración. Es una estupidez anecdótica. (…) Esa premisa casa más con Paolo Vasile”.

Sin embargo, siempre os quedará la etiqueta de ser un ‘gran hermano’…

“Sí, pero a nivel profesional y personal no me ha afectado jamás. Las personas con las que me relaciono no me juzgan por algo tan estúpido (…) Es de poco competente juzgar a una persona por lo único que ves en televisión”.

Pero así es la televisión…

“Sí, pero qué es la televisión sino una prueba más que evidente del sistema cultural que hemos creado nosotros mismos. La televisión no deja de ser un reflejo de la sociedad o al menos de la sociedad que ve ese canal concreto y en ese aspecto, ¿qué tipo de gente ve Telecinco?”

¿El Gran Esclavo?

Varios ‘grandes hermanos’ hablaban hace un año en la revista Interviu de la posibilidad de denunciar al reality por sentirse explotados…

“Eso es muy demencial. ¿Vas allí a hacer el vago y encima pretendes chupar del frasco? Si fuera a porcentaje muchos tendríamos mucho más dinero de todo esto. Del pastel tenemos migas, pero son las reglas del juego. Búscate un trabajo y deja de hacer el ridículo. Ten dignidad”.

O sea que no es un trabajo…

“No es un trabajo y mucho menos ahora. Los primeros años sí, si eras un poco listo salías de allí con un dinero para vivir del cuento toda la vida”.

Pero entrar en Gran Hermano se convierte en muchas ocasiones en una losa para encontrar un empleo…

“Entrar en GH para algunos supone una tara para gente que aspire a trabajar en algo serio. A mí no me los ha reportado, pero sí hay personas que han tenido este problema. Una losa de la que mucha gente renegaría si lo supiera antes de entrar”.