EEUU lanzará dos naves espaciales para 'combatir' en el espacio por primera vez

La Fuerza Espacial de los EEUU va a realizar las primeras maniobras militares de la historia, una misión llamada Victus Haze en la que demostrarán la capacidad de una nave espacial para responder a la agresión de un enemigo en órbita con acciones evasivas inteligentes, pero también su capacidad de ataque.

El cuerpo de defensa espacial norteamericano colaborará con dos empresas privadas para demostrar estas habilidades claves para el futuro de la guerra espacial y el dominio sobre la guerra terrestre. Victus Haze, que podría traducirse como ‘bruma victoriosa’, será ejecutada junto con Rocket Lab y True Anomaly, dos compañías aeroespaciales especializadas en la construcción y lanzamiento de pequeñas naves.

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Cómo serán las maniobras

La nave de True Anomaly realizará varias maniobras que simularán posibles vectores de ataque contra la nave espacial de Rocket Lab, que tendrá que defenderse. El objetivo de la Fuerza Espacial es practicar la detección y respuesta a tales maniobras, la evaluación de la amenaza y la ejecución de una respuesta estratégica si fuera necesario.

La misión comenzará con la nave de Rocket Lab persiguiendo a la de True Anomaly, que inicialmente actuará como un posible activo adversario. El ejercicio, llamado "demostración de conciencia del dominio espacial en órbita". Primero se realizará el lanzamiento de la nave Chacal de True Anomaly. Rocket Lab enviará su nave después de que Chacal haya alcanzado la órbita correcta para que el escenario refleje cómo sería la capacidad de respuesta norteamericana en tiempo real.

Las naves tendrán el tamaño de un frigorífico, aproximadamente, y sus lanzamientos se realizarán desde la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral en Florida y desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California. Estos vehículos espaciales, aseguran, están diseñados para ejecutar maniobras intrincadas y reunirse en órbita, demostrando su capacidad de maniobra para la defensa y el ataque.

Ensayando un futuro conflicto

Según el general Michael Guetlein, vicepresidente de operaciones espaciales de la Fuerza Espacial norteamericana, la importancia de comprender los activos potencialmente hostiles en el espacio es fundamental para el futuro de la guerra espacial y el dominio de la guerra orbital y terrestre.

"Cuando otra nación pone un activo en el espacio y no sabemos muy bien cuál es ese activo, no sabemos cuál es su intención, no sabemos cuáles son sus capacidades, necesitamos la capacidad de ir allí y averiguar qué es", afirma Guetlein. Ésa es la principal misión de estas maniobras: mejorar las capacidades de los Estados Unidos para identificar y comprender objetos desconocidos en órbita para prepararse para un conflicto potencial.

El general Guetlein también dice que es imperativo que EEUU desarrolle su capacidad de respuesta militar en el espacio. "Si un competidor cercano hace un movimiento, necesitamos tener [recursos] en nuestro carcaj para realizar una contramaniobra, ya sea elevarse y hacer una demostración de fuerza o tomar conciencia del dominio espacial o entender la caracterización de entorno”, dice, saber qué está pasando exactamente.

Domina el espacio para dominar la Tierra​

Victus Haze es la continuación de un ensayo llamado Victus Nox, que validó la capacidad de la Fuerza Espacial para construir y probar una nave en sólo un año y tenerlo listo para el lanzamiento en sólo 60 horas desde de que llegue a uno de los puertos espaciales militares de EEUU. Esta velocidad puede parecer glacial pero en realidad es extraordinaria: los calendarios tradicionales de despliegue de este tipo de satélites suelen durar varios años. Victor Nox demostró la capacidad de la Fuerza Espacial para el despliegue y la respuesta ‘rápida’ pero será Victus Haze la que demuestre que pueden enfrentarse a enemigos de forma efectiva.

Sin embargo, el objetivo de este tipo de maniobras es similar a las que hacen en tierra la Marina o la Fuerza Aérea: demostrar la capacidad militar de los EEUU y disuadir a posibles adversarios, manteniendo en teoría una superioridad estratégica en el espacio. Sin embargo, esta vez los norteamericanos tienen en frente a un enemigo que ya ha apostado todo a la guerra espacial y el dominio de la órbita terrestre para poder ganar la guerra en Tierra: China lleva años preparándose para un conflicto de este tipo y considera el espacio como la clave real para poder tener la superioridad táctica y estratégica contra sus enemigos potenciales, incluyendo EEUU y Rusia.