Es noticia
El primer robot que realmente puede acabar con los humanos en las cadenas de montaje
  1. Tecnología
  2. Novaceno
Igualan la velocidad y precisión

El primer robot que realmente puede acabar con los humanos en las cadenas de montaje

Phoenix es un paso de gigante en el camino hacia robots que puedan sustituir a humanos con la misma o mayor velocidad y precisión, además de una infinita resistencia

Foto: El robot Phoenix marca un antes y un después en la destreza robótica. (Sanctuary)
El robot Phoenix marca un antes y un después en la destreza robótica. (Sanctuary)

Este es Phoenix, uno de los primeros robots totalmente autónomos que puede aprender imitando a los humanos. Pero, a diferencia de otros, este es tan diestro y rápido que me hace sentir que estos androides están muy cerca de reemplazarnos en muchos entornos que ahora requieren manos humanas. El vídeo en tiempo real bajo estas líneas es una prueba clara de que estamos al principio del final del trabajo manual.

Desarrollado por la empresa canadiense Sanctuary AI, Phoenix tiene una destreza y velocidad casi iguales a las humanas. Además de esa capacidad física, Phoenix opera de forma totalmente autónoma, aprendiendo observando a los humanos también a velocidades mucho más rápidas que sus rivales de Figure o Tesla. Según su cofundadora y jefa tecnológica Suzanne Gildert, son "las mejores manos de robots del mundo", permitiendo que Phoenix pueda llevar a cabo tareas con un grado de delicadeza y rapidez sin precedentes.

Foto: Los nuevos imanes del MIT funcionan como se esperaba. (Gretchen Ertl - MIT)

Cómo funciona

Sanctuary AI primero entrena a Phoenix usándolo de forma remota. A partir de ese aprendizaje, el robot refina sus habilidades realizando una simulación que le convierte en un humanoide de uso general. En otras palabras: sin necesitar ningún tipo de programación, Phoenix puede aprender como un humano, lo que permite adaptarse a cualquier entorno y trabajo para sustituir a un humano en cualquier cadena de montaje. Y eso es sólo para empezar.

Phoenix no tiene piernas ni falta que le hace por ahora. Depende de una plataforma con ruedas porque la compañía decidió concentrarse primero en conseguir el aprendizaje y refinamiento de los comportamientos necesarios para el trabajo manual y no en andar por la calle o un almacén. El resultado, como se puede ver en el vídeo, es un nivel increíble de fluidez en el movimiento que supera cualquier otra cosa observada en el sector. Da bastante miedo, la verdad.

El secreto de su éxito

Gildert afirma que el secreto de esta movilidad y precisión está en utilizar manos accionadas hidráulicamente en lugar de los motores eléctricos de competidores como Optimus y Figure 01. Reconoce que los sistemas hidráulicos tienen retos como su propensión a tener fugas que han resultado en un alto coste y tiempo en investigación y desarrollo, pero dice que merece la pena porque el sistema proporciona una combinación inigualable de precisión, velocidad y resistencia.

"Si ves a un robot haciendo algo realmente diestro, como enhebrar una aguja, o hacer un botón o algo así, tienes que preguntarte, ¿podría esa mano levantar también una maleta de 30 kilos? ¿Podría moverse lo suficientemente rápido como para escribir en un teclado, por ejemplo? Por lo general, la gente solo muestra uno de estos tres factores, pero la mano definitiva necesita tener los tres. Actualmente, la tecnología hidráulica es la única que puede conseguir esos tres requerimientos", explica Gildert.

placeholder La manos hidráulicas de Phoenix. (Sanctuary AI)
La manos hidráulicas de Phoenix. (Sanctuary AI)

Las manos de Phoenix imitan los intrincados movimientos que caracterizan la interacción humana con el mundo, que en último lugar es la base de nuestra tecnología y la manera en la que nos hicimos con el control del planeta. Sanctuary AI ha identificado movimientos fundamentales —llamados “eigengrasps”— que constituyen los componentes básicos de todos los movimientos de la mano.

Gildert afirma que el proceso es similar al de los modelos de aprendizaje automático que identifican características comunes en imágenes, como bordes y esquinas. Así pueden replicar las 31 a 33 garras diferentes identificadas por fisioterapeutas y médicos como críticas para la función de la mano humana. Esto permite a Phoenix realizar todos los movimientos esenciales para interactuar con el medio ambiente.

Y ahí está la clave para el futuro reemplazo (ya muy cercano) del ser humano en las actividades manuales: estos movimientos básicos son el paso fundamental para combinarlos después en la realización de tareas mucho más complejas, como la construcción de cualquier cosa que requiera una gran destreza, desde el ensamblaje de un teléfono móvil, el tallado de un mueble de madera o todo lo que se requiere en la cadena de montaje de un coche que ahora mismo necesita de humanos para funcionar. Poco a poco, dice, veremos a los descendientes de Phoenix integrarse en estos entornos y aplicar estos movimientos en escenarios más complejos del mundo real.

Este es Phoenix, uno de los primeros robots totalmente autónomos que puede aprender imitando a los humanos. Pero, a diferencia de otros, este es tan diestro y rápido que me hace sentir que estos androides están muy cerca de reemplazarnos en muchos entornos que ahora requieren manos humanas. El vídeo en tiempo real bajo estas líneas es una prueba clara de que estamos al principio del final del trabajo manual.

Tecnología Inteligencia Artificial
El redactor recomienda