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Inventan un método para que los barcos convencionales no contaminen
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Sin baterías ni hidrógeno

Inventan un método para que los barcos convencionales no contaminen

Un equipo de científicos han ideado una tecnología que podría reconvertir cargueros en naves de emisión cero con un coste mínimo, sin baterías y sin hidrógeno

Foto: Los cargueros representan el 2,5% de las emisiones globales de CO2 y serán el 17% en 2050 si no le ponemos remedio.
Los cargueros representan el 2,5% de las emisiones globales de CO2 y serán el 17% en 2050 si no le ponemos remedio.

Científicos americanos afirman haber ideado un método que puede reconvertir toda la flota de cargueros mundiales en naves que no emiten CO2. Y todo sin tener que instalar células de hidrógeno y baterías eléctricas ni tener que crear una nueva infraestructura de distribución de combustible.

El método es sorprendentemente ingenioso y sencillo —en apariencia— aseguran en su análisis. Aún más: los investigadores de la Northwestern University afirman que, dependiendo del origen del combustible, su tecnología permitiría que un carguero pase de ser un gran contaminador a una máquina de emisión negativa de CO2.

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Cómo funciona

Este “camino práctico” —como lo describen sus inventores— usaría una pila de combustible de óxido sólido que procesaría el combustible en un circuito cerrado. El combustible se transformaría en energía y el CO2 producido en el proceso se 'liquidificaría' al 100% en un depósito para su posterior uso como combustible o para almacenarlo permanentemente.

El método —pendiente de patente— incluye un depósito con dos cámaras internas de volumen variable separadas por una partición móvil. Al comenzar el viaje, el depósito estaría lleno de combustible: gasoil o biofuel (también afirman que el uso de biofuel resultaría en un barco de emisión negativa de CO2 porque se produce capturando ese gas de la atmósfera).

placeholder Un esquema del ciclo del combustible y el CO2 del motor de Northwestern.
Un esquema del ciclo del combustible y el CO2 del motor de Northwestern.

El combustible va a la pila de óxido, que lo convierte en energía en un proceso electroquímico. Al contrario que un motor convencional, el CO2 resultante no se enviaría a la atmósfera por la chimenea del barco, sino que permanece en un circuito cerrado.

Dentro de ese circuito, el CO2 se comprime en un líquido y se introduce en la segunda cámara del depósito de combustible. A medida que el combustible se consume y el volumen de CO2 crece, la partición se mueve dejando más espacio al CO2.

Los científicos afirman que se podría utilizar en cualquier tipo de barco, no solo grandes cargueros. Todos, desde pequeños ferris de pasajeros hasta grandes petroleros, podrían incorporar su sistema en sus salas de máquinas.

Urge una solución inmediata

Si están en lo cierto, las grandes empresas que dominan el transporte marítimo mundial tendrían la oportunidad de eliminar —en poco tiempo y sin grandes inversiones— todo el CO2 que emiten a la atmósfera. Ahora mismo, eso representa 940 millones de toneladas de CO2 anuales, aproximadamente el 2,5% de todas las emisiones globales.

Si no se hace algo antes de forma urgente, la estimación es que en el año 2050 lleguen a representar el 17% de todas las emisiones de CO2. Algunos nuevos barcos están adoptando tecnología eléctrica con células de hidrógeno, todavía son una minoría apenas testimonial debido a varios retos en la producción y distribución de ese combustible.

placeholder Desafortunadamente, no todo el hidrógeno es verde y, de hecho, el que nos quieren vender las petroleras es más contaminante que usar hidrocarburos directamente.
Desafortunadamente, no todo el hidrógeno es verde y, de hecho, el que nos quieren vender las petroleras es más contaminante que usar hidrocarburos directamente.

De hecho, como dice el autor principal del estudio y profesor de ciencias de materiales e ingeniería Scott Barnett, este método sería más ecológico que las baterías en estos momentos. Ahora mismo, las baterías no solo son impracticables porque no tienen la densidad energética suficiente, sino que además se suelen cargar con electricidad procedente de plantas de carbón o gas.

“Puede ser más difícil que la gente piense que la captura de CO2 a bordo sea ecológica porque se usa hidrocarburos como combustible”, dice Barnett, “pero la realidad es que [las baterías y células de hidrógeno] suelen ser menos verdes porque vienen de quemar carbón y el hidrógeno a menudo se convierte desde el gas natural, que genera un montón de CO2”.

placeholder El Yara Birkeland, primer carguero 100% eléctrico y autónomo del mundo, ahora en pruebas. (Yara)
El Yara Birkeland, primer carguero 100% eléctrico y autónomo del mundo, ahora en pruebas. (Yara)

Eso cambiará con el tiempo, claro, pero requiere de inversiones masivas mucho más grande de las que requiere este método, que usaría las redes de distribución de combustible ya existentes. Esa es una barrera de cambio considerable que se puede eliminar con esta tecnología de circuito cerrado de CO2.

Y aunque mañana mismo toda la electricidad e hidrógeno fueran 100% libres de CO2 y todos los nuevos barcos pasaran a ser 100% eléctricos —seguiríamos sin resolver el gran problema de los 56.000 barcos mercantes que navegan ahora mismo de un punto a otro del globo—. Pasarán muchas décadas antes de que todos esos barcos sean sustituidos por otros nuevos. Por eso necesitamos parches ingeniosos como estos.

Científicos americanos afirman haber ideado un método que puede reconvertir toda la flota de cargueros mundiales en naves que no emiten CO2. Y todo sin tener que instalar células de hidrógeno y baterías eléctricas ni tener que crear una nueva infraestructura de distribución de combustible.

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