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¿Por qué solo los mamíferos tienen colmillos? La respuesta está en nuestro ancestro
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Hace entre 270 y 200 millones de años

¿Por qué solo los mamíferos tienen colmillos? La respuesta está en nuestro ancestro

La evolución del dicinodonte explica por qué ni aves ni reptiles ni anfibios tienen colmillos como los de una morsa o un elefante

Foto: Un ejemplar de dicinodonte. (iStock)
Un ejemplar de dicinodonte. (iStock)

Desde los temibles colmillos de los elefantes a los característicos incisivos de los jabalíes, pasando por los desgarradores caninos de los felinos o los impresionantes 'sables' de las morsas, son muchos los animales con un afilado par de dientes y todos tienen algo en común: son mamíferos. Un estudio, publicado este miércoles en la revista 'Proceedings of the Royal Society B', ha revelado el porqué.

"Hemos podido demostrar que los primeros colmillos pertenecían a animales anteriores a los mamíferos modernos, llamados dicinodontes", explica Kenneth Angielczyk, coautor del artículo. Para hacerse una idea de cómo era esta especie, basta imaginarse algo así como un hipopótamo con pico de tortuga y colmillos prominentes. "Eran animales muy raros", valora Angielczyk.

Los dicinodontes no eran mamíferos, pero se parecían más a estos que a los dinosaurios o a otros reptiles prehistóricos. En el argot paleontológico, pertenecen a un grupo extinto de parientes lejanos llamados terápsidos. Poblaron la Tierra antes de la era de los dinosaurios, hace entre 270 y 200 millones de años, y podían tener diversos tamaños: desde el de una rata hasta el de un elefante. Eso sí, la mayoría presentaban dos colmillos que sobresalían de sus mandíbulas superiores.

placeholder Fósil de dicinodonte. (K. Angielczyk)
Fósil de dicinodonte. (K. Angielczyk)

Este último punto fue el que hizo plantearse a los investigadores que el origen de uno de los rasgos más característicos de los mamíferos estaba en el dicinodonte. "Estábamos sentados en el campo en Zambia y había dientes de dicinodonte por todas partes", recuerda Megan Whitney, becaria posdoctoral en el Departamento de Biología Organísmica y Evolutiva de la Universidad de Harvard y autora principal del estudio. "Recuerdo que Ken los recogió y preguntó por qué se llamaban colmillos si tenían características que los colmillos no tienen".

En efecto, no todos los dientes que sobresalen son colmillos. "Es un término sorprendentemente ambiguo", matiza Whitney. Por ejemplo, los dientes de un cocodrilo pueden ser afilados, pero no son colmillos. Lo que diferencia a unos de otros es que, mientras que los dientes se desgastan, los colmillos crecen durante toda la vida del animal. Además, en la mayoría de los mamíferos la superficie de los colmillos está compuesta de dentina (un tejido más blando que el esmalte). Los animales, como los humanos, desarrollaron dientes duraderos, pero difíciles de reparar; no hay reemplazo para la pérdida de un diente adulto. En cambio, los colmillos son menos duraderos que los dientes recubiertos de esmalte, pero crecen de forma continua, incluso si se dañan.

placeholder Exámenes dentales. (M. Whitney)
Exámenes dentales. (M. Whitney)

Los dicinodontes estaban justo en la frontera evolutiva. Los primeros miembros de este grupo tenían un diente grande en lugar de un colmillo verdadero, pero al final de su historia evolutiva desarrollaron un colmillo en constante crecimiento. "Esta es una historia similar a lo que vemos en la evolución de los elefantes, ya que refleja muchos de los patrones que se han estudiado sobre cómo los elefantes obtuvieron sus colmillos", valora Whitney.

"Los colmillos de dicinodonte pueden decirnos mucho sobre la evolución de los colmillos de los mamíferos en general", celebra Angielczyk. "Por ejemplo, este estudio muestra que se necesitan tasas reducidas de reemplazo de dientes y un ligamento flexible que adhiera el diente a la mandíbula para que los verdaderos colmillos evolucionen. Todo va hacia arriba para darnos una mejor comprensión de los colmillos que vemos en los mamíferos de hoy", sostiene.

Desde los temibles colmillos de los elefantes a los característicos incisivos de los jabalíes, pasando por los desgarradores caninos de los felinos o los impresionantes 'sables' de las morsas, son muchos los animales con un afilado par de dientes y todos tienen algo en común: son mamíferos. Un estudio, publicado este miércoles en la revista 'Proceedings of the Royal Society B', ha revelado el porqué.

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