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Descubren que la presbicia no se puede prevenir: adiós al mito de no usar gafas
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ES MUY HABITUAL A PARTIR DE LOS 40 AÑOS

Descubren que la presbicia no se puede prevenir: adiós al mito de no usar gafas

Durante años se barajó la posibilidad de que retrasar el uso de gafas ayudaba a prevenir la vista cansada, pero ahora los expertos coinciden en que era una opción errónea

Foto: Las gafas y las lentes de contacto son las fórmulas más sencillas de corregir la vista cansada (EFE/MORELL)
Las gafas y las lentes de contacto son las fórmulas más sencillas de corregir la vista cansada (EFE/MORELL)

La presbicia es un proceso natural asociado al envejecimiento del organismo, por lo que la creencia de que se puede frenar el avance de los síntomas retrasando el momento de empezar a utilizar gafas es un mito. Según los expertos, el uso de las gafas no altera el proceso natural de envejecimiento del cristalino y, por tanto, la presbicia no se puede prevenir.

La vista cansada es un problema muy común entre la población, especialmente a partir de los 40 años y, además, su incidencia aumenta con la edad. Tal como lo define la Sociedad Española de Oftalmología, se trata de una pérdida de la capacidad de enfocar objetos cercanos y se desarrolla como resultado del envejecimiento del cristalino, que es la lente natural del ojo.

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En la antesala del Día Mundial de la Visión, que se celebra este jueves, el doctor Julio Maset explica que "a partir de los 45 años, alrededor de la mitad de las personas presentan presbicia. Sin embargo, la aparición de este problema visual no equivale a renunciar a ver bien de cerca o a perder calidad de vida. Debemos estar atentos a los síntomas que manifiesta para tratarlo de forma que nuestra vida diaria no se altere o lo haga mínimamente".

Síntomas de vista cansada

Las señales más habituales de la aparición de la presbicia son la dificultad para distinguir letras pequeñas, la necesidad de alejar el texto que estamos leyendo, la sensación de que las letras se ven borrosas o se mueven como si bailasen, dolor de cabeza y fatiga visual al terminar la jornada.

placeholder El uso de pantallas es uno de los mayores problemas para la presbicia (EFE/Alex Segura)
El uso de pantallas es uno de los mayores problemas para la presbicia (EFE/Alex Segura)

Como explica el doctor Maset, "la dificultad para enfocar de cerca puede convertirse en una verdadera limitación cotidiana si no se aborda: podemos tener problemas para leer desde el prospecto de un medicamento al ticket de la compra o, más aún por la falta de contraste o los mensajes del móvil".

Una vez aparece el problema de la vista cansada, las soluciones son muy diversas, y van desde corrección óptica con gafas o lentes de contacto hasta cirugías para implantar lentes o moldear la forma de la córnea. "Si se recibe a tiempo el tratamiento adecuado, se conseguirá mantener la calidad de visión. Por este motivo, es fundamental revisarse periódicamente la vista partir de los 40 años, especialmente si se dedican largas jornadas a leer o a trabajar en el ordenador, ya que ello puede contribuir a un desarrollo más temprano de la presbicia".

El uso de las gafas no altera el proceso natural de envejecimiento del cristalino y, por tanto, la presbicia no se puede prevenir

Por ello, Maset da una serie de claves para detectar y tratar este problema de la visión. En primer lugar, mantenerse alerta ante la aparición de cualquier síntoma. Es decir, las dificultades para ver imágenes próximas o para leer, así como el cansancio visual o los dolores de cabeza tras realizar tareas prolongadas de visión cercana pueden ser síntomas de presbicia.

También recomienda adoptar buenos hábitos a la hora de trabajar con el ordenador, recordando que es normal sentir cansancio ocular, para lo que recomienda realizar descansos visuales cada veinte minutos, fijarse en aspectos como el brillo, la posición de la pantalla y la distancia de lectura, ampliar el tamaño de letra de la pantalla y mantener una buena lubricación de la superficie ocular, recurriendo a soluciones de lágrima artificial.

Otros consejos son utilizar la corrección óptica adecuada, acudir al oftalmólogo cada cierto tiempo (sobre todo a partir de los 40), e informarse correctamente en caso de optar por una operación.

La presbicia es un proceso natural asociado al envejecimiento del organismo, por lo que la creencia de que se puede frenar el avance de los síntomas retrasando el momento de empezar a utilizar gafas es un mito. Según los expertos, el uso de las gafas no altera el proceso natural de envejecimiento del cristalino y, por tanto, la presbicia no se puede prevenir.

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