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El emprendedor vasco que reinventó los anteojos para leer mejor la pantalla del móvil
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gafas para presbicia que se pegan al teléfono

El emprendedor vasco que reinventó los anteojos para leer mejor la pantalla del móvil

Correo electrónico, mensajería, aplicaciones... Tenerlo todo en tu 'smartphone' no sirve de nada si no puedes leer el texto que aparece en la pantalla

Foto: Patxi Duñabeitia, creador de Movilens
Patxi Duñabeitia, creador de Movilens

“No sirve de nada que tu móvil tenga 3G o 4G si no puedes leer lo que pone en la pantalla”, comenta Patxi Duñabeitia entre tajante y divertido. Este emprendedor vasco lo sabe bien. A sus 47 años, hace ya dos que comenzó a sufrir un defecto de vista que afecta antes o después a prácticamente todo el mundo: la presbicia. Este problema, igual que la vista cansada, que también aumenta con la edad,dificulta la visión en las distancias cortas. Cosas como leer un libro, anotar algo en una agenda o consultar un mapa se hacen mucho más complicadas.

Mirar algo en el móvil entra en la lista de tareas que ya no pueden hacerse sin ayuda de unas gafas. “Cada vez dependemos más de los datos que nos llegan directos a nuestro bolsillo, pero para los mayores de 42 años, leerlos es complicado”.

Duñabeitia vio en esto una clara oportunidad de negocio. “En España más de 21 millones de personas tienen problemas de vista cansada, y prácticamente todo el mundo tiene un smartphone”. El mercado estaba ahí, faltaba encontrar el producto perfecto.

Se llevan a cualquier parte pegadas al móvil

“Descubrí un invento, unas gafas pequeñas, poco más que las lentes, sin montura ni patillas, que se vendían en un estuche rígido. Las compré como consumidor, y me puse a investigar quién era el distribuidor, de dónde venían”. Remontó la cadena hasta llegar alcreador de estos anteojos modernos, un inventor chileno residente en Estados Unidos, y le propuso hacer algunas mejoras.

Así nació Movilens. “Cambié el concepto y lo reenfoqué a la idea de movilidad, de convertirlas en un complemento para el móvil”. Convirtió la funda rígida en flexible y le añadió un adhesivo para llevarla siempre pegada al teléfono. Simple pero eficaz, según Duñabeitia. Esto permite tenerlas a mano en cualquier ocasión sin peligro de olvidarlas en casa.

Desde ahí, este emprendedor, que compagina esta empresa con otro trabajo como autónomo,ha trabajado sin más socios ni ayuda que el apoyo de su familia, para llevar al mercado un producto que considera útil para mucha gente. Obtuvo la aprobación de la Comisión Europea, que clasificó Movilens como un producto farmacéutico de tipo 1, y se encargó de su importación, empaquetado y distribución.

En total lleva invertidos más de 60.000 euros en un año, pero asegura que empieza a recoger frutos: tiene un acuerdo de distribución con El Corte Inglés y está realizando distintas promociones con varias ópticas y farmacias. "Creo que hay tres puntos de venta naturales para Movilens: las farmacias, las grandes superficies y las tiendas de telefonía. Yo las veo como un accesorio para el móvil más, igual que una funda o un cargador".

Requiere tiempo para acostumbrarse

Igual que las gafas que se pueden adquirir en la farmacia, Movilens se vende sin recetay está disponible en distintas dioptrías. Duñabeitia asegura que los que lo prueban se hacen dependientes. "Todo el mundo se hace fan", asegura, explicando que solo ha recibido feedback positivo.

En Teknautas hemos podido probar Movilens lo cierto es que cumple con lo que promete: es realmente pequeño, por lo que se puede llevar en cualquier parte,dentro de la cartera o pegado al móvil, y así siempre está a mano. En cuanto a la mejora de la visión, hace la función correctamente igual que las gafas de farmacia, y es cuestión de elegir la graduación adecuada para cada uno.

Sin embargo, el invento tiene algunos peros. Sobre todo, es necesario acostumbrarse a él. Las dos pequeñas lentes están unidas por un puente que, a forma de pinza, las sostiene en la nariz. Esa es la única sujeción, ya que no tienen patillas, y se aguantan gracias a la presión, lo que puede resultar un poco incómodo hasta acostumbrarse.

También hay que hacerse a la sensación de que se van a caer en cualquier momento, sobre todo si se utilizan en la calle, en el transporte público o en cualquier ambiente donde haya algo de movimiento. Por lo que hemos podido comprobar, no se caen fácilmente, por la presión que mencionábamos antes, pero sí parece que lo harán al menor gesto de la cabeza.

“No sirve de nada que tu móvil tenga 3G o 4G si no puedes leer lo que pone en la pantalla”, comenta Patxi Duñabeitia entre tajante y divertido. Este emprendedor vasco lo sabe bien. A sus 47 años, hace ya dos que comenzó a sufrir un defecto de vista que afecta antes o después a prácticamente todo el mundo: la presbicia. Este problema, igual que la vista cansada, que también aumenta con la edad,dificulta la visión en las distancias cortas. Cosas como leer un libro, anotar algo en una agenda o consultar un mapa se hacen mucho más complicadas.

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